Ayer, luego del anuncio en Torre Ejecutiva, todos los medios de comunicación uruguayos salieron a buscar la opinión de una de las personas más felices del día, sin dudas, el presidente de la Cámara de Comercio Uruguay-China, Gabriel Rozman.
"Hace mucho tiempo estábamos esperando este anuncio", dijo sin poder ocultar la alegría de uno de los días de su vida que jamás podrá olvidar.
En diálogo con el programa Otra mañana de Radio Oriental, el empresario detalló qué implica un tratado de tercera generación como el que se comprometieron a firmar las autoridades chinas y uruguayas a fin de este año o el próximo.
Tratando de contener su entusiasmo, Rozman dijo que los de primera generación solo incluyen productos; los de tercera generación incluyen movimientos de dinero de un lado al otro, protección de inversiones; movimiento de personas, todo lo que tiene que ver para que un país pueda invertir y trabajar bien en el otro detalló.
expresó este jueves entusiasmo por el anuncio de que Uruguay inicia las negociaciones formales para un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China. .
El principal objetivo de los dos países es exportar sin aranceles y tener beneficios de importación y muy particularmente las inversiones de un país como China que las realiza en todos los continentes y en sectores bien distintos.
Más allá de los negocios, la gran pregunta de la mayoría es la fecha probable de la firma del acuerdo y su puesta en funcionamiento, sobre eso Rozman fue concreto, "cuando los chinos quieren hacer las cosas, las hacen rápido. Ponen reglas y fechas".
Cuando le volvieron a insistir con el asunto de la fecha, Rozman se animó a más y dijo que posiblemente sería en "junio o julio del año siguiente".
Finalmente, tratando de poner paños fríos a tanto entusiasmo, Rozman aclaró que será muy importante la actitud de los empresarios uruguayos que deberán estar a la altura de un socio tan importante y tan grande como exigente.
Los que se benefician deberían hacer un fondo para proteger a los que no se benefician dijo a modo de reflexión no sin antes destacar y felicitar al equipo de técnicos de la cartera del Ministerio de Relaciones Exteriores comandada por Francisco Bustillo.
La mirada desde Argentina
Más allá del secretismo con el que se manejaron las reuniones bilaterales, la embajada de Argentina en Uruguay -al mando del Embajador Alberto Iribarne- estuvo siempre atenta a la posibilidad de la firma de un acuerdo.
Desde allí tomaron nota de todo lo acontecido, de las primeras reacciones y de todo aquello que pueda servir para la que será la postura del gobierno del Presidente Alberto Fernández en la próxima Cumbre del bloque sudamericano que se realizará la semana que viene en Paraguay.
Ese será el primer marco fuera de Uruguay donde los representantes del gobierno de Lacalle rendirán cuentas a sus pares del Mercosur a modo informativo a fin de que los demás países socios puedan evaluar las condiciones y los efectos del próximo tratado a firmar por uno de los países miembros con una de las potencias extranjeras más poderosas del mundo.
Vale recordar que el mismo Embajador Iribarne ya dio su opinión sobre la posibilidad de un acuerdo el año pasado cuando comenzaron las conversaciones y dijo a fines de mayo que si Uruguay firma un TLC con China se estaría dinamitando el Mercosur y agregó que que "forzosamente va a tener que discutirlo dentro del bloque si no quiere romper el acuerdo de Asunción", que en su momento conformó el Mercosur.