La coalición de Gobierno se dirige a lo que puede ser el último gran mojón legislativo de la gestión: la Rendición de Cuentas, el proyecto final de ajuste del gasto del quinquenio, que define los recursos extras para el 2024.
En el camino se vislumbran escollos políticos, vinculados a la reciente crisis que vivió el oficialismo por la amenaza de ruptura de Cabildo Abierto, y otros de índole económicos, ya que existe escaso margen para incrementar el gasto por la trayectoria fiscal según la visión de los analistas consultados por Forbes.
La historia post democracia de Uruguay muestra que en año de elecciones todos los gobiernos sacrifican el déficit fiscal, que en promedio sube un punto del Producto Interno Bruto (PIB) más que en el resto del período, comentó el gerente de Análisis Económico de CPA Ferrere, Nicolás Cichevski. Sin embargo, esta vez el deterioro fiscal se adelantó, ya que el rojo de las cuentas públicas pasó de 2,6% a 3,6% del PIB entre setiembre del año pasado y mayo, por factores más vinculados a la baja de ingresos que a la suba del gasto.
Esto puede explicar el mesurado anunció que realizó el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, quien ofició de vocero tras una reunión del Poder Ejecutivo el 24 de mayo para hablar sobre la Rendición de Cuentas.
La prioridad serán las áreas de salud mental y adicciones, indicó, que recibirán un incremento de US$ 20 millones.
MARGEN Y ANTICIPACIÓN
Agustín Iturralde, director ejecutivo del Centro de Estudios para el Desarrollo, sostuvo que el gobierno realizó en materia presupuestal una jugada que evalúa como anticipatoria.
“Fue inteligente dejar planificado ya el cierre del mandato, con recursos para 2023 y 2024 en la Rendición de Cuentas que se votó el año pasado”, sostuvo el analista. Recordó que por ejemplo el rubro educación tiene asignado US$ 60 millones extra; entonces, “aunque el proyecto sea de gasto cero, ya hay aumentos previstos” en áreas clave.
Este asunto fue destacado por el presidente Luis Lacalle Pou en el encuentro con sus ministros, donde habló acerca de la trayectoria ascendente del salario —en el sector público se logró una fórmula de recuperación—, y el dinero ya previsto para obras de saneamiento y vivienda.
En la pasada Rendición de Cuentas hubo un incremento de US$ 226 millones al presupuesto quinquenal y, según los números divulgados por el gobierno, más de US$ 330 millones adicionales están previstos para ejecutarse el año próximo.
Para Iturralde, ahora “el gobierno tiene la expectativa de una Rendición de Cuentas más austera, sin grandes novedades y que no sea expansiva”. Sí reconoció que quienes pueden tener “más ansiedad” por incrementar recursos son los socios de la coalición, que miran a la vez la gestión en los ministerios que lideran y la contienda electoral de 2024.
Cabildo Abierto adelantó que solicitará más recursos para el Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente y para mejorar el salario docente. El rubro educación se anticipa como un foco de conflictividad de cara a la Rendición de Cuentas, ya que los sindicatos denuncian un recorte presupuestal y la Universidad de la República pidió más de US$ 100 millones.
INGRESOS E IMPUESTOS
El margen de acción del gobierno en materia de gasto, indicó Cichevski, también tiene como condicionante la regla fiscal, aprobada al inicio del período, que topea el crecimiento del endeudamiento —y por ende del gasto público— en función del resultado fiscal ajustado por el ciclo económico.
Lo que importa es si los vaivenes en los ingresos y egresos del Estado son circunstanciales o estructurales, y el economista ve señales de lo segundo en la caída de la recaudación, que lleva tres meses consecutivos en baja en la comparación interanual.
Iturralde, por su parte, puso el foco en que los impactos en la recaudación más significativos vienen por el “contrabando” de mercadería desde Argentina, a raíz de la brecha de precios, lo que ya derivó en reclamos de las cámaras empresariales para implementar el “cero kilo”.
En agregado, Cichevski advirtió que “todavía” no se incorporaron a la trayectoria fiscal “los efectos de la reducción de impuestos” aprobada, sumado a que vendrán más cambios en la Rendición de Cuentas.
En marzo, a iniciativa del gobierno, se aumentó el nivel de deducciones que admite el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas y se elevó el mínimo de ingresos a partir del que se paga el Impuesto de Asistencia a la Seguridad Social.
Este último también sufrirá cambios a partir de 2024, según el acuerdo que alcanzó la coalición para votar la reforma previsional, y la primera franja bajará su tasa de 10% a 8%. Según el analista de CPA Ferrere, estas innovaciones impactarán entre 0,2% y 0,3% del PIB en el resultado fiscal.
Bajo este contexto económico y con la visión de los analistas de que la actividad mejorará en el segundo semestre, el gobierno buscará superar la Rendición de Cuentas y delinear el final del mandato, con el objetivo a cuestas de llegar a 2025 con un déficit fiscal de 2,5%.
