De un tiempo a esta parte, el enoturismo se ha vuelto una de las formas más solicitadas de turismo tanto por los extranjeros que visitan la Argentina como dentro del turismo interno, especialmente de los +35, con Mendoza como epicentro, aunque no de forma excluyente. Ya en 2023 el gobierno nacional había inyectado $ 300 millones para financiar el desarrollo de los pequeños y medianos productores de vinos mediante la creación de un Fondo para el Desarrollo del Enoturismo (FDE).
Con 900 bodegas y 209 abiertas al turismo, según el sitio oficial de la provincia, Mendoza conforma la red de enoturismo más grande de Latinoamérica, produciendo 70% de los vinos de Argentina y concentrando el 91% de las exportaciones. Mendoza es además Capital Mundial del Vino, integra la red mundial Great Wine Capitals, y Capital Iberoamericana de la Armonía Gastronómica Protagonista del Vino, designación otorgada por unanimidad por la Academia Iberoamericana de Gastronomía.
En este contexto, dentro de los circuitos vitivinícolas de Mendoza y descontando las zonas más conocidas como el circuito norte o el Valle de Uco, la zona sur presenta numerosas opciones que ofrecen historia, tradición con viñedos centenarios pero también modernidad y quiet luxury en un entorno natural sin igual con cañadas, ríos, diques y la pre-cordillera de fondo. Irrigada por los ríos Diamante y Atuel, incluye a General Alvear y San Rafael, y presenta varias bodegas de distintas escalas para visitar.
Dos cosas a tener en cuenta. Por un lado, San Rafael es una de las dos únicas DOC de Argentina (la otra es Luján de Cuyo). Además, cuenta con su propio aeropuerto y se puede llegar directo sin necesidad de pasar por la ciudad de Mendoza (Aerolíneas Argentinas tiene dos o tres vuelos diarios). A continuación, algunas recomendaciones de este destino menos publicitado pero que tiene mucho para ofrecer.
Bodega La Abeja
Fundada en 1883, La Abeja es la más antigua de todas las bodegas que se pueden encontrar en San Rafael y una buena manera de comenzar el circuito. Fue construida e inaugurada por Rodolfo Iselín, un inmigrante francés, que terminó siendo el fundador de la misma ciudad de San Rafael. No incidentalmente, la empresa de buses local lleva su nombre. En una zona reconocida por los viñedos de las variedades Malbec, Cabernet Sauvignon, Semillón, Merlot, Chenin y Cabernet Franc, Iselín se encargó de traer al país otras variedades de vino, como el Verdot, además de aplicar innovadoras formas de producción enológica ya probadas en su país de origen. La bodega ofrece un pintoresco recorrido que permite tanto realizar degustaciones como visitar los viñedos y, al estar emplazada en el corazón de la propia ciudad, es muy fácil llegar.
El dato: a unas pocas cuadras se encuentra la bella Plaza Francia Central, que está abierta hasta tarde y, aparte de ofrecer verde y fresco, tiene feria, foodtrucks y el Parque de los Niños.
Bodega Bianchi
Esta es la bodega más popular, grande y de producción masiva de la zona (produce 25 millones de litros anuales). Fundada en 1928, se encuentra sobre la RN143 (pegada al aeropuerto) y es una de las más emblemáticas. Al ser tan grande, está totalmente preparada para recibir al turismo con varios tours de visita por la bodega y degustación por día. La misma incluye un breve vistazo a los viñedos, algo de historia sobre la familia y, lo más entretenido, una degustación en la cava subterránea de la bodega (a unos 4 metros bajo tierra), sin dejar de visitar la zona de estacionamiento y fermentación, y la parte donde también se realiza el proceso de producción de su línea de espumantes (método tradicional) con unos impresionantes palets rotatorios que giran gracias a un brazo robótico. El 70% de la producción de la bodega es para consumo nacional y el 30% se exporta.
El dato: hay tours en bicicleta, pero como las temperaturas de San Rafael suelen ser elevadas en verano y no hay muchos árboles en el predio, es recomendable no hacerlos en hora pico.
Bodega Simonassi-Lyon
Lo bueno del circuito sur es que es posible encontrar bodegas muy tradicionales o grandes, pero también, cada vez más, proyectos pequeños que apuntan hacia la producción de los llamados vinos naturales (de baja intervención) o biodinámicos. Este es un hermoso proyecto familiar y boutique (producen unas 60.000 botellas) que, si bien tiene mucha historia (uno de sus viejos Malbec data del año 1922), también incorpora una mirada fresca y moderna del vino. Como plus, está dirigido y sostenido por mujeres. Reni y Flor son hermanas y son las guías, bodegueras y responsables de llevar adelante este proyecto junto a su madre, Silvia Simonassi, que está transicionando hacia un modelo regenerativo de agricultura que busca restaurar y conservar la calidad del suelo y su ecosistema. Esto significa que sus viñedos se sostienen de forma lo más natural posible con abono orgánico, la creación de colchones vegetales y solo emplean herbicidas. Realizan paseos por la finca, charlas sobre su metodología y degustaciones.
El dato: la experiencia (paseo+degustación) se puede completar con almuerzos o cenas caseras cocinadas por Silvia. Otra cosa a la que vale la pena prestarle atención es el diseño de sus etiquetas (varias realizadas por una de las hermanas, Flor, que es diseñadora gráfica), especialmente las de la línea de vinos Pokhara.
Chaglasian Wine & Suites
Es una de las bodegas más tecnológicas y modernas de San Rafael. Su producción está localizada en vinos de alta gama y sin aditivos, pero que en su mayoría, a diferencia de las otras bodegas, son para exportación a países como EE.UU. (aproximadamente el 70%), donde su dueño trabajó mucho tiempo. La bodega comenzó en 2017 y son 20 hectáreas repartidas en dos predios. Primero se construyó la viña familiar y luego se hizo el hotel, que tiene solo 12 habitaciones, donde hay alojamiento, con la particularidad de estar en medio de un viñedo. De hecho, es la única bodega-hotel en Sudamérica. Al provenir de familia con ascendencia armenia, todo el predio recibe influencia de su arquitectura y la bodega desde afuera asemeja un convento armenio. Asimismo, tiene fábrica de espumantes por método tradicional y una impresionante y elegante cava subterránea ubicada a unos 5 metros de profundidad en donde se realizan degustaciones y también se puede cenar. Producen vino de guarda de las variedades Malbec, Cabernet, Chardonay y Tempranillo, y espumosos con una fórmula especial de la bodega que incluye Pinot Gris, Chenille y Semillón.
El dato: en estos momentos se encuentran moviendo el restaurant del hotel con una gran obra que dejará el espacio gastronómico más integrado a la bodega y con una vista excepcional. El lugar transmite una paz total a tan solo 15 minutos de la ciudad y es ideal para desconectar.
Bodega Goyenechea
Esta bodega de tipo familiar está ubicada a unos 50 km de la ciudad de San Rafael. Fundada en 1868 y con seis generaciones, atendida por los hermanos parte de la familia, ofrece una visita guiada en la que se puede recorrer sus viñedos, conocer su bodega centenaria y degustar sus vinos premiados. Además, cuenta con un museo y se pueden degustar los vinos con unas picadas regionales.
¿Dónde quedarse?
Hotel Tower Suites Inn
Es uno de los hoteles más antiguos y tradicionales de la ciudad, un proyecto iniciado por el mismísimo Don Valentín Bianchi, que luego de su muerte se vio detenido y se retomó hace unos años comprado por el Grupo Andreani. Es el único hotel 4 estrellas y cuenta con pileta descubierta, spa, gimnasio y un restaurante propio bien puntuado, Sud. Además, se encuentra al lado del casino.
Apart Hotel Los Reyunos UTN
Si la idea es pasar unos días en plena naturaleza, Los Reyunos, a 40 minutos en auto desde San Rafael, ofrece tranquilidad, paisajes impresionantes y turismo aventura. Este hospedaje poco publicitado es un secreto bien guardado de la zona. Depende de la UTN y no se encuentra en sitios de booking oficial (se reserva directamente por whatsapp o por mail). Ubicado directamente sobre el dique Los Reyunos, ofrece vistas imperdibles desde sus habitaciones (cuenta con 12 unidades) y una pileta infinita ideal para sesiones de fotos. También cuenta con cabañas y hostel. El predio incluye estacionamiento, parrillas y restaurante, pero conviene ir en auto ya que no hay mucho más en la zona. Para los fans del turismo aventura, se puede hacer canotaje en el dique, además de buceo, catamarán y pesca, y tiene la tirolesa más larga del país (1000 m sobre el Dique los Reyunos).