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Sin firma e inconcluso: el enigma del Klimt perdido que se subastó por 30 millones de euros

Martina P. Veneziani

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La historia detrás del misterioso cuadro sin terminar que reapareció hace pocos años, tras haber estado desaparecido durante aproximadamente un siglo.

18 Mayo de 2024 09.00

La joven mira al frente, con ojos penetrantes. Su cuerpo está levemente retirado, posando a un ángulo de tres cuartos con respecto al espectador. Pero su postura es frontal y cercana. Su capa con flores multicolores la envuelve como una diosa primaveral de tonos intensos. El fondo es rojo, probablemente incompleto sin los exuberantes detalles decorativos que se suelen ver en otras obras del artista, cuya firma tampoco llegó a trazar.

El nombre que debería aparecer es el de Gustav Klimt, una figura central del Art Nouveau vienés, que encarna el espíritu del modernismo austríaco de finales de siglo más que cualquier otro artista. Sus obras, especialmente sus retratos de mujeres exitosas pertenecientes a la alta sociedad del inicio del siglo XX, disfrutan de un reconocimiento mundial sin igual: se venden a precios exorbitantes y sus retratos femeninos rara vez son puestos a subasta. Pero todo cambió con el “Retrato de Fräulein Lieser”, una de las últimas obras creadas por Klimt que se consideró perdida durante un siglo, y cuya historia y proveniencia la engullen en un halo de misterio.

A fines de abril, la pintura fue vendida por unos 30 millones de euros en una subasta llevada a cabo en Viena, más precisamente en la casa im Kinsky. La existencia de este cuadro, que se habría pintado durante la primavera de 1917, había permanecido en la oscuridad hasta que la casa de subastas anunció su redescubrimiento en enero. 

Antes de ser presentada en todo su esplendor, lo único que se conocía públicamente era una fotografía en blanco y negro. Por eso, su repentina reaparición, junto con una intrigante historia, alimentaron su mito: ¿dónde estuvo la obra? ¿Fue robada durante la Segunda Guerra Mundial? ¿Quién es la joven retratada?

La mujer posiblemente perteneciera a una próspera familia judía que tenía conexiones en los círculos sociales más elevados de Viena. Sin embargo, todavía está en discusión cuál de las hijas podría ser la protagonista.

De acuerdo a la casa de subastas, en la primera publicación exhaustiva de las pinturas de Klimt, realizada en 1967 por Fritz Novotny y Johannes Dobai, la modelo de este cuadro fue identificada como Fräulein Lieser. Sin embargo, en catálogos más recientes, se ha establecido que la modelo es Margarethe Constance Liese, hija del influyente magnate industrial Adolf Lieser. Una investigación adicional llevada a cabo por im Kinsky sugiere que la modelo podría haber sido otra miembro de la familia Lieser: Helene Lieser, la hija mayor de Henriette Amalie Lieser-Landau y Justus Lieser, o posiblemente su hija menor, Annie Lieser.

Gustav Klimt
Gustav Klimt

La familia Lieser era parte del selecto círculo de la alta sociedad vienesa, donde Klimt encontraba tanto mecenas como clientes. Los hermanos Adolf y Justus Lieser eran prominentes industriales en la monarquía austrohúngara. Henriette Amalie Lieser-Landau, conocida como Lilly, estuvo casada con Justus Lieser hasta 1905 y fue una importante benefactora de las vanguardias artísticas. Según los registros de los catálogos de pinturas de Klimt, Adolf Lieser habría encargado a Klimt el retrato de su hija de dieciocho años, Margarethe Constance. Sin embargo, existe la posibilidad de que Lilly Lieser, quien tenía un gran interés en el arte, fuera la que solicitara a Klimt inmortalizar a una de sus hijas.

Lo que sí se sabe con certeza es que la persona retratada en la obra visitó el estudio del artista en Hietzing en nueve ocasiones durante la primavera de 1917. El artista creó más de 25 bocetos preliminares de la joven. Tras la muerte de Klimt, la familia Lieser adquirió la obra, que posiblemente formaba parte de una exposición cuando se capturó la única fotografía conocida de la pintura.

La única imagen existente del cuadro se encuentra archivada en la Biblioteca Nacional de Austria. Es probable que haya sido capturada en 1925 con motivo de la exhibición de las obras de Klimt en la Neue Galerie de Viena, organizada por Otto Kallir-Nirenstein. En la ficha de inventario del negativo se menciona: "1925 en posesión de la señora Lieser, IV, Argentinierstrasse 20". Sin embargo, el destino concreto de la pintura después de ese año no está claro. Se sabe que fue adquirida por un predecesor legal del actual vendedor en la década de 1960 y ha pasado a través de tres herencias sucesivas hasta llegar al propietario que la subastó.

"Hemos revisado todos los archivos y no hemos encontrado evidencia de que la pintura haya sido exportada fuera de Austria, confiscada o saqueada", aclaró en entrevistas Claudia Mörth-Gasser, directora de arte moderno de im Kinsky, pero tampoco tienen “pruebas de que el cuadro no haya sido saqueado en el período comprendido entre 1938 y 1945”.

Ante estas incertidumbres, los propietarios y los descendientes de la familia Lieser llegaron a un acuerdo confidencial para la venta. Según la casa de subastas, esta decisión se tomó "de conformidad con los Principios de Washington de 1998", un acuerdo internacional diseñado para facilitar la restitución de obras de arte saqueadas por los nazis.

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Retrato de Fräulein Lieser

A pesar del precio alcanzado por la obra, la realidad es que estuvo en lo más bajo de su estimación inicial de entre 30 y 50 millones de euros. Resulta sumamente inusual que una pintura de gran importancia de un artista moderno reconocido aparezca en el mercado tras haber estado desaparecida durante casi un siglo, sobre todo en una casa de subastas regional en vez de algunas de más renombre internacional como Sotheby's o Christie's. La cuestionable procedencia de la obra podría explicar por qué la pintura estuvo oculta durante tanto tiempo y no fue enviada para su venta a una casa de subastas internacional, de acuerdo a expertos del mundo del arte.

La casa de subastas reconoció que el recorrido del cuadro durante el período nazi "no estaba claro".

La identidad de los últimos propietarios austríacos antes de la venta de abril no se ha hecho pública, y la oferta ganadora fue presentada por Patti Wong, fundadora de la empresa de asesoramiento artístico con sede en Hong Kong, Patti Wong Associates, en nombre de un cliente asiático.

El precio de venta también fue afectado negativamente por la ausencia de la firma del artista, el toque final que la obra ya está terminada -o a punto de- y está lista para salir al mundo.

Las obras de Klimt han alcanzado cifras astronómicas en subastas anteriores. Por ejemplo, "La dama del abanico" fue vendida en Londres por 85,3 millones de libras esterlinas en junio, estableciendo así un récord como la obra de arte más cara jamás vendida en una subasta en Europa.

Con respecto al “Retrato de Fräulein Lieser”, algunos especialistas han solicitado una investigación más exhaustiva sobre el origen de la obra. "Hay varios puntos que deberían cuestionarse más críticamente, ya que el origen de la imagen aún no está completamente aclarado", afirmó en diálogo con la revista austríaca Profil Monika Mayer, jefa de archivos del museo Belvedere, que alberga el famoso "Beso" de Klimt.

Antes de la subasta, el cuadro se exhibió en Austria, Gran Bretaña, Alemania, Hong Kong y Suiza, pero no se presentó en Estados Unidos, se cree que por temor a que pudiera ser retenido allí, como ya ha ocurrido anteriormente con las obras austriacas en disputa.


 

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