Rafaela Keuliyan es arquitecta y emprendedora. Se dedica al interiorismo y dirige el estudio Signo, que se encarga de hacer obras, reformas, equipamientos y proyectos de diseño integral. Keuliyan ha trabajado para que la impronta de Signo sea lograr una conjugación equilibrada entre la arquitectura y el diseño. "Se trata de vivir el confort no solo desde lo estético, sino también desde lo funcional", explica la arquitecta.
En un principio, Signo manejaba proyectos vinculados a la iluminación, pero se fue expandiendo al interiorismo y enriqueciendo su propuesta de negocio. En la pandemia de Covid-19, Keuliyan señala que hubo "un punto de inflexión" en este rubro, dado que las personas comenzaron a pasar más tiempo en sus hogares y querían estar cómodos y que sus casas les fuera funcional. "Ese es nuestro objetivo: estar presentes en la vida de todos, no solo en la de algunos", puntualiza Keuliyan. Si bien el uruguayo es conservador a la hora de interesarse por el interiorismo, la empresaria lo ve "cada vez más involucrado en este mundo". A continuación, un resumen de la entrevista.
¿Cuál es tu visión sobre el sector del interiorismo en Uruguay?
Al uruguayo lo veo cada vez más involucrado en este mundo. Antes, el interiorismo parecía algo lejano, algo exclusivo de un segmento de la población o de quienes estaban interesados en el arte y el diseño en particular. Hoy en día, si bien sigue tratándose de un mercado selecto, me parece que se está integrando mucho más en la vida cotidiana, está entrando en las casas de muchos más. Eso me parece genial. Es como si estuviera tocando más puertas y dejando de ser algo distante para convertirse en algo más propio y accesible para todos.
La pandemia marcó un punto de inflexión, ya que muchos empezaron a vivir sus casas de otra forma y sintieron la necesidad de hacer cambios significativos. Creo que ese es justamente el rol de Signo: lograr que la gente entienda el interiorismo como algo que puede formar parte de la vida de cualquier persona, no como algo segmentado o reservado para unos pocos. Con una buena planificación, un buen diseño y un buen proyecto, el interiorismo puede estar presente en cualquier hogar.
¿Qué líneas de negocios trabajan?
Nuestro foco es lo residencial, aunque también trabajamos en el área corporativa. De todos modos, la proporción es 90% residencial y 10% corporativo.
¿Cuál es el diferencial del estudio en el mercado local?
Lo describiría como un estudio joven, fresco, con ganas de hacer proyectos diferentes, pero sin salirnos de nuestra línea. Creo que ese es nuestro diferencial: saber lo que nos gusta y mantenernos en eso. Por supuesto, respetamos las necesidades del cliente y las demandas del mercado, sin cerrarnos solo en lo que pensamos. Nos enfocamos en mantener nuestra identidad con un estilo simple, donde el color y la línea son fundamentales. Es algo que la gente identifica al ver nuestro trabajo; me dicen que reconocen enseguida la impronta de Signo. Nuestro diferencial es que combinamos arquitectura y diseño, y abarcamos el proyecto desde el inicio hasta la ejecución, lo que nos permite un control integral sin tener que recurrir a asesores externos, aunque respetamos que cada uno aporta desde su especialidad.
¿Cómo es el perfil de los clientes que llegan a Signo?
Las personas que nos llaman ya no buscan "arreglar" sus espacios de cualquier forma; valoran el diseño y quieren un cambio real, es decir, un aspecto pensado. Antes, el trabajo de un interiorista parecía reservado para casas grandes o para quienes podían pagarlo. Ese paradigma está cambiando y cada vez más personas se animan a preguntar, a ver qué podemos hacer con el presupuesto que tienen. Creo que esa apertura está haciendo del interiorismo algo mucho más accesible.
¿Qué tipo de proyectos y espacios suelen ser de mayor interés para sus clientes?
La mayoría de nuestros clientes nos buscan para integrar arquitectura y diseño en sus proyectos, desde la reforma de una cocina hasta la intervención de espacios comunes en la casa. Las cocinas integradas y los espacios compartidos son lo que más nos solicitan, aunque durante la pandemia los escritorios o home offices fueron muy demandados. También trabajamos en casas nuevas, donde podemos involucrarnos desde el comienzo de la obra; estos proyectos suelen dar excelentes resultados, porque nos permite pensar en todos los detalles, desde la iluminación hasta la distribución del ambiente. En esos casos, trabajamos junto a otros profesionales, aprendiendo en el proceso y asegurando que cada aspecto esté bien resuelto.
¿Cómo manejan la relación entre las tendencias y el propio estilo de Signo?
Nos gusta estar al tanto de las tendencias, pero el mercado en Uruguay suele ir hacia lo clásico, hacia lo que dura. Nos enfocamos en incorporar pequeños toques de tendencia que puedan ser modificables, porque no queremos que el cliente se aburra a los pocos años. Nos mantenemos fieles a nuestro estilo, respetando lo que se usa, pero adaptándonos a lo que realmente necesita el mercado uruguayo.
¿Qué balance hacés del 2024 y qué esperas para este año?
Este año estuvo lleno de proyectos en etapa de planificación: desde la elección de materiales hasta presupuestos y proveedores. No fue un año con muchas obras, pero eso se debe a nuestra agenda, no al mercado. El próximo año esperamos ejecutar todos los proyectos que planificamos, y estamos organizando todo para tener una obra bien enfocada y ordenada. Afortunadamente, ya tenemos proyectos planificados hasta setiembre, lo que nos da cierta tranquilidad para empezar el año con un norte claro.
¿Qué es lo que te inspira a la hora de diseñar?
No me inspira algo, sino alguien. Es el cliente quien me inspira, su vida. Es difícil de entender, pero, cuando conocés a alguien, su personalidad, sus necesidades, la etapa de vida en la que se encuentra, entre otras cosas, nos damos cuenta lo que necesita. Muchas veces, lo que te pide en la primera instancia no es lo que quiere o le es funcional. Entonces, en ese proceso, se razona hacia dónde realmente le sirve ir.
¿Con qué desarrolladores han trabajado?
Hemos trabajado en el proyecto Cala del Yacht, de La Buonora Desarrollos, y en algunas torres del proyecto Ventura, de Kopel Sánchez. En estos casos nos enfocamos, más que nada, en los espacios comunes de estos proyectos.
¿Dónde está su nicho hoy por hoy?
Lo importante no es abarcar proyectos y proyectos, sino cumplir con los clientes. En este mercado, el boca a boca es fundamental y para nosotros esto es importante, porque el uruguayo es familiero y amiguero, por lo que, cuando necesite diseñar su casa, un ambiente puntual, no va a recurrir a los grandes estudios. Va a recurrir a las experiencias de sus allegados. Ese es nuestro nicho.
¿Cómo convive la arquitecta y diseñadora con la empresaria?
No conviven (risas). En nuestro caso, lo fundamental no es generar rentabilidad en sí, sino generar un impacto real. Para eso conocer y entender a cada cliente es fundamental.