A lo largo de mi carrera, he sido arquitecto, profesor, ejecutivo con un equipo de más de 4.000 personas y fundador de una startup. Para mí, saber cuándo hacer un giro profesional es una ecuación simple.
¿Me siento emocionado de saltar de la cama por la mañana o no? Si un mayor porcentaje de días resulta en insatisfacción y hay un patrón continuo, es una señal de que es hora de explorar qué más hay por ahí.
Estos son mis mejores consejos para hacer un giro profesional que te lleve a un trabajo más satisfactorio.
1. Tomate un tiempo y diagnosticá los problemas
A menudo es mucho más fácil para nosotros identificar de qué estamos huyendo que identificar a dónde queremos ir, y eso está absolutamente bien.
En primer lugar, identificá si es el contexto o si son las tareas las que son problemáticas. Por ejemplo, ¿no te gusta la empresa en sí, su gerente, la industria, o no te gusta ser abogado?
Tal vez estés agotado todo el tiempo: sos introvertido y se te pide que realices actividades extrovertidas o viceversa. Comprendé esos desencadenantes y tu estilo de trabajo.
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2. Pensá hacia dónde querés correr
¿Cómo es un día increíble en el trabajo? Cuando tuviste control total sobre tu tiempo, ¿hacia qué actividades te decantabas? ¿Hiciste cerámica? ¿Aprendiste a programar? ¿Cuáles fueron esas cosas y cuáles te entusiasmaría conectar con tu sustento?
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Tomá medidas para explorar estas opciones organizando entrevistas informativas o participando en proyectos autodirigidos para asegurarte de que realmente sea el camino que querés seguir.
3. Resolvé las brechas entre donde estás y donde querés ir
Por lo general, estas brechas se pueden identificar como conocimiento (hechos e información), habilidades (habilidades aprendidas) y experiencia (prueba de tus habilidades).
La mayoría de estos vacíos se pueden llenar de manera creativa, como leer libros y boletines informativos relevantes, tomar un curso, ofrecerte como voluntario o crear un proyecto para tu cartera.
No esperes una oferta de trabajo de una empresa que esté dispuesta a capacitarte en todo lo que necesitás saber, porque esa oferta de trabajo no llegará. Tenés que demostrar que tomaste medidas de manera proactiva para abordar esas brechas.
4. Adaptá tu currículum y LinkedIn al trabajo que querés
Ahora que comenzaste a llenar algunos de los posibles vacíos, comenzá a crear tu currículum combinando tus habilidades nuevas y existentes para alinearlo con la carrera profesional elegida.
Considerá cómo podés recontextualizar un logro pasado de una manera que se superponga con lo que busca un reclutador. Los empleadores no asumirán que tus habilidades son transferibles: ¡tenés que volver a empaquetarte!
Mirá las descripciones de trabajo para identificar algunas palabras clave y asegurate de que aparezcan en la mitad superior de tu currículum.
5. Creá un plan
El proceso de gestionar un cambio de carrera depende totalmente de vos. Muy rara vez surge alguna fuerza externa para que esto suceda. Establecé objetivos procesables y con plazos para tu búsqueda de empleo y todos los pasos que te conduzcan.
Reservá tiempo todos los días, aunque sean solo 15 minutos. Centímetro a centímetro, generarás impulso para tu cambio de carrera y comenzarás a ver los resultados que estás buscando.
*Nota publicada en Forbes US
