Navegar por las complejidades de comunicarse con supervisores desafiantes puede ser estresante. Creeme, lo sé. Aunque hoy soy el director ejecutivo de una exitosa empresa de tecnología de bienes raíces con sede en Nueva York, comencé mi carrera rodeado de gerentes y profesionales muy nerviosos.
Rodolfo, siempre encontrás algo malo para decir y No importa lo que vos quieras, lo que importa es lo que yo quiero son solo dos de las muchas frases agresivas que me lanzan. Si bien tu cuerpo puede enviarte todo tipo de señales e impulsos para que reacciones de inmediato, existen formas de mantener el profesionalismo y la cordura mientras manejás situaciones complicadas.
1. Mantené la compostura y establecé límites de inmediato
Optimizamos nuestra forma de trabajar escuchando, siendo profesionales y ayudándonos unos a otros. En el ejemplo mencionado anteriormente, cuando mi supervisor me dijo que siempre encuentro las cosas incorrectas que decir, estaba permitiendo que sus emociones tomaran el control.
Recordá, es fácil quedar atrapado en las emociones de una situación desafiante, pero es crucial mantener la compostura. Aprendé a manejar tus emociones y respondé de manera racional y profesional, independientemente de si deciden hacer lo mismo o no.
En la reunión que programé con ese supervisor, me sentí ansioso e incluso temí perder ingresos por hablar. Le expliqué cómo su estilo de comunicación estaba afectando mi bienestar y mi capacidad para realizar mi trabajo con eficacia. Al final de nuestra reunión, le envié un correo electrónico con todo lo que discutimos.
Una problemática unión monetaria
2. Comunicate con eficacia y claridad
Cuando un supervisor me dijo No importa lo que vos quieras, lo que importa es lo que yo quiero, fue muy claro y me sentí frustrado. Así que pedí hablar con él en privado. Se disculpó de inmediato, dándose cuenta de que había permitido que sus emociones lo dominaran.
La realidad es que hay muchos supervisores y gerentes que continuamente permiten que sus emociones nublen su juicio. Hablan primero y piensan después. La mayoría de los empleados no tienen el privilegio de hacer lo mismo. ¿Entonces qué podés hacer?
La comunicación efectiva es una de las cosas más importantes que podés hacer cuando tratás con un jefe exigente. Sé impecable con tus palabras. Decí solo lo que querés decir, y nunca uses tus palabras para infligir dolor.
3. Buscá apoyo
Puede ser beneficioso buscar la ayuda de compañeros de trabajo o un terapeuta. Hablar con alguien en quien confíes sobre tus experiencias puede ayudarte a procesar tus emociones y desarrollar estrategias para tratar con tu jefe.
Una vez que hayas establecido un sistema de apoyo, buscá los aspectos positivos de la situación para ayudarte a mantener tu motivación y actitud positiva. Recordate para qué está trabajando y establecé un plan.
Cuando se trata de un jefe exigente, es fundamental centrarse en las soluciones, no en los problemas. En lugar de insistir en los aspectos negativos de la situación, fijá un sistema de apoyo que te ayude a concentrarte en mejorar y seguir adelante.
*Con información de Forbes US