Después de cuatro décadas de mantener a sus clientes adinerados con sus icónicos tacos de suela roja, el diseñador de zapatos Christian Louboutin es, a los 61 años, multimillonario, gracias a su marca de moda homónima. Si bien sigue siendo más conocida por sus altísimos tacos aguja y sus peligrosas plataformas, la marca Louboutin se expandió a zapatillas, carteras y productos de belleza, así como líneas para hombres y niños.
La empresa fue valuada en US$ 3.200 millones el año pasado por Exor, la firma de inversión de la familia italiana Agnelli, que compró una participación del 24% en 2021 por unos US$ 650 millones. Louboutin todavía posee el 35%, que Forbes valora en US$ 1.100 millones. Esa participación representa la mayor parte de una fortuna estimada en US$ 1.200 millones, que incluye otras inversiones como el Hotel Vermelho, un complejo de lujo que abrió en el sur de Portugal el año pasado. Los representantes de Louboutin no respondieron a las solicitudes de comentarios.
“Comencé la empresa con mis dos mejores amigos”, dijo Louboutin en una entrevista de 2021 con The Business Of Fashion. “Nunca pensé en vender una parte de la compañía. Nunca pensé en otra cosa que no fuera diseñar zapatos bonitos”.
Esos zapatos, que cuestan alrededor de US$ 800 el par y rápidamente pueden llegar a los miles, llegaron a los pies de las personas más bellas del mundo. Louboutin abrió su primera boutique en París en 1991 y una de sus primeras clientas famosas fue la princesa Carolina de Mónaco. Desde entonces, sus suelas rojas se convirtieron en un elemento fijo en la alfombra roja. En los Globos de Oro de este año, sus zapatos fueron usados por una variedad ecléctica de estrellas, incluidas Selena Gomez, Lenny Kravitz, Heidi Klum y Simu Liu.
También se convirtieron en símbolos de la cultura pop. En Sex and the City, Carrie Bradshaw, adicta a los tacos, usó “Loubis” que no combinaban y comenzó una tendencia. Y Cardi B inmortalizó sus zapatos en su gran éxito de 2017, “Bodak Yellow”.
El año pasado, tanto Beyoncé como Taylor Swift usaron Louboutins durante sus respectivas giras de recitales (él diseñó un zapato diferente para cada era de Swift: mocasines para Red, botas hasta la rodilla con incrustaciones de pedrería para Midnights) y Margot Robbie usó un par para el estreno en Londres de Barbie. A pesar del mar de rosa, las suelas de sus zapatos siguieron siendo el rojo Louboutin, que tiene su propio código Pantone: 18-1663TP.
Nacido y criado en París, Louboutin provenía de un entorno de clase trabajadora. Su padre era carpintero, mientras que su madre se quedaba en casa criándolos a él y a sus tres hermanas mayores (muchos años después, a los 51, descubrió que su padre era en realidad un hombre egipcio que su madre había conocido cuando tenía poco más de 40 años). Cuando tenía 10 años, Louboutin visitó el Museo de Arte Africano y Oceánico de París y vio un cartel que prohibía que las mujeres usaran taco aguja. Eso no le sentó bien al joven Louboutin, lo que inició una obsesión de toda la vida por los zapatos.
“Nací en un ambiente muy femenino con mis hermanas, quienes me ayudaron a comprender a las mujeres y definitivamente me guiaron a lo que estoy haciendo”, dijo a Forbes en 2016. “Siempre solía dibujar zapatos cuando era niño pero, francamente, nunca pensé que crear zapatos nuevos pudiera ser una profesión”.
A los 16 años, fue expulsado de la escuela y viajó a la India antes de regresar a París para realizar prácticas en el Folies Bergère, donde comenzó a diseñar zapatos para bailarinas. Luego vino una temporada con el diseñador de calzado francés Charles Jourdan, seguida de un trabajo independiente para Chanel e Yves Saint Laurent. En 1988, fue contratado por Roger Vivier, mejor conocido por inventar el taco de aguja en la década de 1950. “Cuando tenía 16 años, alguien me regaló un libro sobre el diseñador de calzado Roger Vivier con una hermosa cubierta dorada”, dijo Louboutin a Forbes en 2016. “Pensé: 'Qué asombroso, realmente es una carrera'. ¡Podés ganarte la vida diseñando zapatos!”.
Luego se tomó un breve descanso del calzado (diseñando terrazas en Nueva York y jardines en Francia) antes de abrir su primera tienda en París en 1991 con la ayuda de dos amigos, Henri Seydoux y Bruno Chambelland (Seydoux vendió su participación en el acuerdo de 2021 con Exor).
Las famosas suelas rojas llegaron en 1992, cuando quedó decepcionado con un prototipo de zapato en su taller y vio que su asistente se estaba limando las uñas. “Me tomó un tiempo darme cuenta de que era porque la suela era negra”, dijo Louboutin a Forbes en 2016. “Agarré el esmalte de uñas de mi asistente y pinté las suelas de rojo”.
Desde su primera boutique en la Galerie Véro-Dodat, una galería comercial neoclásica del siglo XIX a pocos pasos del Louvre, la marca siguió creciendo, abriendo boutiques en Nueva York en 1994 y en Londres en 1997. Durante la siguiente década, sus tacos se verían en todas partes, desde el funeral de la princesa Diana hasta los videos musicales de Madonna. Registró la suela roja en Francia en 2000 y tres años más tarde empezó a vender carteras, seguidos de zapatos de hombre en 2009.
Hoy, Louboutin tiene más de 160 boutiques en 32 países de cuatro continentes, incluidas 35 en Estados Unidos, 23 en Japón y 20 en China. “Louboutin es un raro ejemplo de marca de calzado que aparentemente es capaz de expandirse a otras categorías de productos, incluidas prendas de vestir y carteras”, dice Luca Solca, analista senior de investigación de artículos de lujo en Bernstein.
A lo largo de los años, su empresa protegió agresivamente su suela roja en numerosos juicios en todo el mundo. Eso llevó a enfrentamientos con titanes de la industria en demandas contra Zara (propiedad de Inditex, del multimillonario Amancio Ortega) –que perdió– y con Yves Saint Laurent (parte del conglomerado de lujo LVMH, de Bernard Arnault), que ganó parcialmente. El año pasado, Louboutin ganó casos de marcas en Brasil e India y presentó una demanda junto con el gigante tecnológico Meta contra un falsificador mexicano que vendía Louboutins falsos en Facebook e Instagram.
Su cartera de real estate también se extiende por todo el mundo. Es propietario de un amplio departamento con suelos de caoba roja cerca de la Ópera Garnier de París; una casa con velero en Luxor, Egipto; departamentos en Los Ángeles y Río de Janeiro; una casa del siglo XVII en Alepo, Siria, que resultó dañada en la guerra civil; un complejo de 350 acres en Melides, Portugal, cerca de su hotel; y una villa de siete dormitorios en Lisboa y el castillo de Champgillon del siglo XIII en la campiña francesa (donde, según se informa, guarda una colección de 8.000 zapatos), ambos en copropiedad con Chambelland.
Aunque se expandió de los tacos a las zapatillas y el maquillaje, el propio Louboutin sigue siendo esencial para el éxito de la marca. Diseña las colecciones de otoño e invierno en su castillo francés o en Portugal, y trabaja en las colecciones de primavera y verano en Egipto o Brasil. Luego, los bocetos se transforman en zapatos en fábricas de Italia y España. “Primero dibujo. Empiezo con una lapicera. Me aíslo durante al menos dos semanas y dibujo”, dijo Louboutin a Forbes en 2016. “Cuando es una colección de invierno, voy a un lugar frío y, en verano, voy a un lugar cálido. Soy receptivo a la luz y al calor”.
La compañía produce más de 1 millón de pares de zapatos al año y, como ocurre con muchas marcas de moda de lujo, los altos precios son clave para su permanencia. “A los mercados financieros les gustan las empresas de lujo porque tienen mayores márgenes, altos rendimientos del capital y un alto poder de fijación de precios”, dice Joren van Aken, analista del banco de inversión belga Degroof Petercam. "Después de todo, la gente rica no dejará de comprar artículos de lujo, ya sea que la inflación sea del 2% o del 5%".
Después de registrar ganancias récord durante la pandemia, la industria de artículos de lujo experimentó un crecimiento más lento en 2023. Los zapatos fueron la categoría de lujo de más lento crecimiento el año pasado, con una expansión de solo entre un 2% y un 3%, según Bain & Company. Eso también afectó a Louboutin. La empresa registró ganancias netas de US$ 37 millones en el primer semestre de 2023, un 51% menos que en el mismo período de 2022, en medio de la escasez de materias primas y el lento crecimiento en China. Aún así, la compañía agregó 10 boutiques y “continuó brindando rentabilidad de primer nivel”, según el informe semestral de 2023 de Exor.
Louboutin no está listo para irse todavía. En febrero, su marca anunció una nueva línea de anteojos de sol con el fabricante italiano de gafas Marcolin. Y la semana pasada, diseñó una brillante gala benéfica con temática disco Bal de la Rose para su vieja amiga la princesa Carolina en Mónaco, repleta de 59 bolas de espejos, una actuación de Gloria Gaynor y tacos, muchísimos tacos.