Si estás buscando un lugar para descubrir en primavera, te ahorramos gran parte del trabajo: Villa Pehuenia Moquehue, en Neuquén, te espera en una época hermosa, cuando el abanico de tonos empieza a imponerse al blanco y pugna por volver multicolor el paisaje.
En esta joven aldea de montaña (tiene apenas 34 años) emplazada a 1200 msnm y situada a 15 km del límite con Chile, a poco más de 300 km de la capital provincial, hay playas de arena fina y hay nieve, hay montañas y lagos, hay actividades de aventura y familiares, hay opciones de relax y otras bien activas. Y hay, sobre todo, una naturaleza agreste y encantadora que se deja recorrer.
Los lagos Aluminé y Moquehue son los protagonistas del destino, al igual que el volcán Batea Mahuida con su parque de nieve. Es el rincón neuquino con más días esquiables porque la actividad se practica allí cada año hasta bien entrado octubre.
Aunque suene increíble, ese mismo lugar donde se esquía es conocido también como “el Caribe patagónico”. Es que la temperatura llega a superar los 30°C en verano y las aguas cristalinas de los lagos invitan a la zambullida ya que son de las más cálidas de la región.
Tres paseos ATP
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- Paseo lacustre. Hernán Pilone es el capitán y guía de un recorrido de una hora por el lago Aluminé, que significa cuenco brillante, y que se disfruta todo el año. Su embarcación bordea la península que aloja el puerto, se extiende por 3 km y está poblada de coihues de hasta 35 metros de altura y más de 500 años de vida. Estos árboles están protegidos en una reserva municipal. El lago tiene 54 km2 de superficie y una profundidad máxima de 280 metros. El Moquehue, con el que se une en La Angostura, menos de la mitad de su extensión.
A medida que avanza su lancha (en verano también ofrece paseos en velero) va contando que el Aluminé es generoso con sus playas, de acceso público. Hay varias en la costa, pero además en una de sus 19 islas e islotes tiene 4. Hacia esas arenas blancas la empresa de Pilone brinda en verano servicio de taxi acuático: llevan bien temprano a los visitantes y sus heladeritas portátiles, y los van a buscar a última hora porque no está permitido acampar. Desde el agua se divisan los complejos de cabañas, el volcán Batea Mahuida y su cráter, en el límite con Chile, y el perfil de la Bella durmiente, un monte de 2300 metros de altura.
También se ven ñires y sobre todo araucarias, árboles que crecen apenas entre 1 y 2 mm por año y se toman entre 25 y 30 para elegir su sexo, en función de lo que la comunidad necesite porque son las plantas hembras las que dan frutos. Pilone lleva 8 años instalado en Pehuenia con sus familiares, adonde llegaron desde Santa Fe en busca de “calidad de vida, tranquilidad y naturaleza”. Encontraron todo. Más info: Pehuenia Tours.
- Trekking. Marco Jellussich y Matías Salafia son los guías de Pehuenia Moquehue Expediciones, que con el aval de Luis Ñanco, poblador local que también organiza caminatas, diseñaron un trekking tranquilo que recorre antiguos caminos leñeros y bosques de araucarias hasta llegar a un domo mágico, a 1500 metros de altura. Desde allí se tienen una hermosa panorámica del Aluminé y la villa, pero también la chance de disfrutar de una merienda reparadora con pastelería local y bebidas calientes en el interior del refugio semiesférico, donde incluso se pernocta. Esta travesía se hace todo el año (en invierno, con raquetas, el resto del año, con bastones), de día y también a la luz de la luna llena. Se camina cuidando no pisar renovales, que son los brotes de araucarias. La experiencia demanda entre 4,5 y 5,5 horas en el caso de que los visitantes no se queden a dormir en el refugio, que está preparado para todo: hamacas, cocina a gas, mesa, bancos, salamandra.
“El domo se llama Che Hueny, que significa Gente amiga, porque ese es el espíritu de nuestro vínculo con la comunidad y los visitantes”, dice Marco. El refugio tiene un deck para que uno se siente en primera fila a ver lengas, ñires, coihues y las imponentes araucarias, con el Aluminé de fondo. Con espíritu didáctico, el guía enseña desde cómo apoyar los bastones para trepar con eficacia hasta dónde hay que mirar para ver pájaros carpinteros en plena acción. Más info: Pehuenia Moquehue Expediciones
- Mountain bike. No hace falta ser campeón olímpico para hacer esta excursión que, de hecho, tiene foco en una clínica de la actividad, es decir, disfrutar en plena naturaleza mientras se aprende cómo hacerlo mejor. Fernando Mocco, al frente de Tu Aventura MTB, propone la travesía Moquehue Libertad, de baja exigencia y recorrido por un bosque encantado de araucarias. La jornada, de unas tres horas, comprende recorrer unos 15 km.
Empieza con la preparación de los bikers, quienes reciben instrucciones acerca de cómo subirse a la bici, cómo sortear pozos o raíces, cómo manejar los cambios y cómo pedalear en subidas y bajadas de modo de ahorrar esfuerzos y sentirse más seguros. Una vez puesto el casco, comienza el paseo al pie de la montaña que incluye acceder a lugares con permisos exclusivos, atravesar pequeños cursos de agua, detenerse para asombrarse con las dimensiones de los árboles milenarios y circular por senderos en soledad.
Un refrigerio en el corazón del bosque, con té con jengibre y alfajores de piñón, sirve para escuchar el silencio y completar la conexión con el entorno. El guía va dando referencias sobre la flora (se visita un pehuén “abuelo”, de más de 1000 años) y la fauna nativa, y cuenta, por ejemplo, de la presencia de monitos del bosque, unos marsupiales muy chiquitos. Es un paseo ideal para disfrutar con niños y niñas porque (al igual que sucede con los adultos) basta con que sepan andar en bici y porque Fernando sale provisto de todo: comunicación satelital, herramientas, botiquín y paciencia. Estos recorridos se hacen desde septiembre y hasta que el clima lo permite. Más info: Tu Aventura MTB.
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Ocho opciones de gastronomía auténtica
Hay opciones para todos los gustos, desde lugares bien gourmet hasta otros más populares pero con platos tremendamente sabrosos, pasando por comidas bien autóctonas y otras más contemporáneas.
Posada La Escondida. Con las olas del lago como música de fondo, el chef Sergio Ladisla propone langostinos sobre emulsión de brócoli y tomates confitados; risotto de hongos y frutos secos: cordero con vegetales asados y pesto de tomates; sorrentinos de calabaza. Inolvidable su cheesecake de chocolate y Amarula, con una presentación tan impactante como la ambientación de la posada, con delicadas antigüedades. Más info: @posadalaescondida.
El marino amarrado. Es el restaurante del hotel Amarras, pero también es el lugar para elegir en cualquier momento del día. Si es la hora del desayuno, tostadas francesas, bollitos de pan de papa con jamón, queso y tomate, tostones con huevo y palta, yogur con granola y frutas o medialunas permiten arrancar el día con todo. Al atardecer, la gran barra de tragos brinda compañía. En el almuerzo y cena, muy atractivas las opciones de tapeo (fiambres ahumados; ceviche de trucha; tostón de queso cremoso, jamón crudo, duraznos y miel) y sus platos principales. Entre otros, se destacan con cappelletti de trucha, manteca de hinojo, limón y pesto de piñón; y la trucha arco iris con repollos quemados, crema de castañas, oliva y limón. Su alfajor húmedo de chocolate relleno de pastelera y praliné es un postre super original. Más info: @el_marino_amarrado.
Borravino. Restaurante y wine bar a cargo del chef Matías Tesoriero que balconea sobre el Aluminé con calidez. Entradas con puré de porotos con aceitunas negras asadas; panes de queso; burrata; croquetas de jamón de cordero; escabeche de gírgolas; berenjenas fritas con salsa de tomate y pesto; zanahorias asadas con naranja, queso crema y avellanas. De principales ofrecen cocina de estación con productos regionales como trucha (maravillosa la que sirven en salsa verde con crema de papas y puerros) y cordero en cocción lenta, con puré de papas y curry. Además, ñoquis de papa rellenos con queso y fondue de tomates; ojo de bife a la plancha con verduras y huevo de campo y cavatelli con tapenade, ricota, pan grattato y limón. Más info: @borravinovp.
We Folil. A 8 km del centro de Pehuenia, en el inicio del Camino de las 5 lagunas (se visitan 4 y en temporada se paga acceso al entrar en la comunidad), Alberto Puel y su mujer, Gabriela Abello, deleitan en We Folil (Brote de raíz) con platos de cocina autóctona que fusionan con otras tradiciones. Los sirven en una construcción de adobe, con piso de tierra, mesas rústicas y mucho encanto.
“Arrancamos hace 8 años con un quincho en el que vendíamos torta frita, pan casero y pizzas porque era lo que nos pedían. Pero decidimos arriesgarnos a todo o nada y retroceder para avanzar. Empezamos a recopilar recetas de mi familia”, cuenta Alberto.
Como heredero de las tradiciones de ese pueblo de origen mapuche, cazador y recolector que luego aprendió a trabajar la huerta y a domesticar animales, procura ir cada vez más hacia sus ancestros. “Vamos a usar raíces, hongos como el llao llao, brotes; queremos volver al curanto, a los piñones, que tienen un gusto parecido a las castañas; al catuto, que es un snack crocante hecho con piñones hervidos, deshidratados, ahumados y molidos en mortero. A esa pasta se le da forma de bolita y se fríe en grasa de cerdo para que quede como un snack crocante”, detalla.
Por ahora, para empezar, convidan unas tortas fritas hechas con forma de bollos, con una pastita hecha con ajo, morrón, cebolla, tomate y pesto. Como principales, trucha a la manteca, al limón, a la oliva y al roquefort hecha en horno de barro, con budín de zanahorias con alioli; lasagna, empanadas y canelones de cordero; sorrentinos de chivito y chivo asado son algunas opciones.
De postre, una formidable crepe de manzanas con caramelo y helado de crema hecho con leche de vaca Jersey. Para beber, limonada con menta de la huerta.
Ofrecen 30 cubiertos y en temporada alta llegan a armar hasta tres turnos para servir las mesas. Abren de septiembre a mayo, y atienden solo con reserva al Whatsapp: +54 9 2942 55-6673
Parador del lago. Cuesta sacar la vista del lago Aluminé, que se extiende delante de la terraza del restaurante. Pero si uno lo logra verá en su plato la recompensa: sorrentinos de trucha con salsa de puerros, o de cordero con salsa de hongos; goulash de ciervo con spaetzel y hamburguesa de lentejas, cabutia y puerro, con chutney de tomate y cebolla caramelizada; En el momento dulce, el brownie con frutos rojos, helado de americana y salsa de chocolate resulta imbatible. Más info: @paradordellagopehuenia.
La Familia Restó Bar. Gran salón para 90 cubiertos en el que una tremenda sopa de calabaza, cremosa y con un toque de pimienta, da la bienvenida. Después, trucha al limón con papas a la crema, guiso de lentejas y crumble de manzanas con helado. Todo bien casero y reconfortante, con gran variedad de cervezas industriales y artesanales. Más info: @lafamiliavpa.
Los radales. Berenjenas en escabeche con pan casero para picar; provoleta crujiente; entraña con papas fritas y otras opciones de parrilla más variadas pastas son la alternativa perfecta para almuerzos y cenas en este restaurante, con amigos o familia. A la hora del postre, pelean por el primer puesto la marquise de chocolate con frutos rojos y el tiramisú. Más info: @losradalespehuenia.
Maddy casa de té. Alejandra Bucci ofrece 9 tortas imponentes con una vista que le hace honores. Desde el deck que balconea sobre la costanera del lago Aluminé, frente al Muelle turístico, o el salón con ventanas a esa postal, su waffle con frutos rojos; su torta Oreo con ganache de chocolate, su tarta de ricota, su crumble de manzana, su brownie con nuez y dulce de leche y su budín de mandarinas hacen difícil la elección. Tés en hebras nacionales e importados, chocolate caliente y café acompañan los momentos dulces. A los desayunos y meriendas suma ahora también pizzas a la piedra con variedad de sabores y cerveza tirada artesanal y pronto, juegos para chicos y chicas en el jardín. Más info: @maddycasadete.
Un producto único: el piñón
Villa Pehuenia y Moquehue (entre ambos cuentan con apenas 3200 habitantes permanentes) se levantan al abrigo de un cordón cordillerano. Moquehue, si bien pertenece a la misma comuna, dista 20 km de Pehuenia. Y las dos ciudades son sede en mayo desde hace 17 años del Festival -desde 2023, Fiesta Nacional- del Chef Patagónico, lo que las convierte en la capital gastronómica provincial.
Como explica Natalia Manavella, secretaria de Turismo y Planificación de la Municipalidad, el eje de este encuentro está puesto en el producto emblemático local, el piñón, fruto de la araucaria o pehuén.
“En otoño es cuando cae esta semilla, que tiene su recolección regulada oficialmente y ha sido usada desde tiempos inmemoriales por los pueblos originarios para hacer alimentos y bebidas. Actualmente, es materia prima para alfajores, galletas, licores, escabeches, dulces y hasta pastitas para dips. Si bien se recoge en otros puntos de Neuquén, Villa Pehuenia Moquehue es la única ciudad de la provincia que produce alimentos a base de piñón para ser comercializados”, indica la funcionaria.
Es el caso de María Teresa Stowhas Spinoza, quien nació en Valparaíso, Chile, y vive en Argentina hace casi medio siglo. Está al frente desde hace 23 años de Huerquen, la marca con la que desde Moquehue elabora licor de piñón, su producto pionero. Luego incorporó aderezos en base a ese fruto (con finas hierbas, con tomate), una mermelada, una pasta untable dulce, piñones encurtidos, en almíbar y alfajores.
En el predio de 10 hectáreas donde están tanto su casa como su planta, junta unos 200 kilos de piñones cada año. Cada ejemplar de estos árboles genera unas 30 piñas al año, y a la vez cada una de ellas contiene hasta unos 300 piñones.
Otra emprendedora, Yanina Bianchi, lidera Nous, sello con el que fabrica en Pehuenia 11 productos a base de piñón que vende a los visitantes y envía hasta Buenos Aires.
“Empezamos con alfajores, pero sumamos piñones en escabeche, piñones en almíbar, licores, dulce de piñón, pastita suave y picante, chutney y ahora hasta tenemos café de piñón y estamos probando con galletas saladas”, detalla.
Bianchi es mendocina, aunque vive desde 2008 en Pehuenia, donde tenía una panadería familiar que, junto con su mamá, reconvirtió en su actual fábrica desde donde elabora y vende hasta 30.000 cajas solo de alfajores cada año (con y sin cobertura de chocolate, rellenos con dulce de leche o con frutos rojos), más unos 3000 frascos de conservas.
“Nos apoyamos en la experiencia de los miembros de la comunidad a la que le compramos los piñones y fuimos avanzando con ensayo y error hasta encontrar el punto a cada producto”, revela.
Llevarse de recuerdo uno de estos productos prolonga el alcance de ese domingo atemporal en el que Pehuenia Moquehue tiene clavado el almanaque.
Cómo llegar
Para ir en auto, manejar hasta la ciudad de Zapala y desde allí hay tres posibilidades:
- Por Ruta 13 (Primeros Pinos). Desde Zapala son 120 km hasta Pehuenia, de los cuales 55 son de ripio. Esta ruta puede que se cierre en caso de extremas nevadas.
- Por Ruta 23 (Pino Hachado). Son 155 km, de los que 35 son de ripio.
- Por Ruta 46 (El Rahue). Son 210 km, de los cuales 50 son de ripio (en dos tramos).
Está en construcción una ruta asfaltada,4pero por el momento conviene llamar desde Zapala para informarse sobre el estado de los caminos, a Vialidad Provincial (0810-333-7882) o la oficina de turismo local (02942-498044). Más info: https://villapehuenia.gob.ar/
Dónde dormir
- Hotel Amarras: gran hostería con 15 habitaciones y 2 cabañas en dos plantas en la costa oeste del Aluminé. Todos los cuartos tienen vista al lago y están rodeados de bosques. Sala de juegos infantiles, desayuno a la carta y asador con parrilla en cada cabaña.
- Domos Moquehue: increíbles domos para sentirse en medio de un cuento, abrazar una araucaria y negarse a irse. Habitaciones que son verdaderas casitas con baño, cocina y calefacción para mirar las estrellas desde la cama sin resignar nada de confort. Domo central donde se sirve el desayuno, con hermoso living y fogón.
*Fotos: gentileza Lili Vechis, entrevistados y Cristina Mahne
