El ritmo vertiginoso al hablar, la concatenación de ideas sin perder el hilo y el entusiasmo en sus expresiones dejan ver en Rodrigo Arim a un fiel representante de la academia. Sin embargo, el economista de 52 años cambió sus ropas: tras ser docente, decano de Ciencias Económicas y rector de la Universidad de la República por seis años, recientemente asumIó como director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) del gobierno de Yamandú Orsi.
Imagina una conducción que cambie "la orientación actual", para posicionar a la OPP como "una plataforma de coordinación" y "evaluación" de "las políticas de Estado", sin tanto protagonismo en lo coyuntural. Sobre esos planes, su visión del nivel de déficit fiscal, el rol de las empresas públicas y las exoneraciones fiscales, conversó Arim con Forbes Uruguay.
¿Qué roles tiene la OPP dentro del Estado y cómo enfocarás tu gestión?
La OPP tiene un marco de acción que proviene de la Constitución de 1967. Su origen tiene que ver con la década del 60, tiene un sentido de época, porque se creyó que la planificación en sus distintas modalidades era un camino que había que recorrer para superar el subdesarrollo.
Es claro que tanto el presupuesto como la planificación que son los fines primarios de la OPP siguen teniendo vigencia, pero la reforma constitucional de 1996 le agrega un conjunto de tareas específicas, y hace a la oficina parte de la Presidencia de la República así como del equipo económico de gobierno. Además de todo esto, es una herramienta muy importante para el conjunto de políticas del Estado que requieren una mirada más de mediano y largo plazo, así como de acuerdos interinstitucionales.
Entonces, hoy la OPP tiene un rol muy marcado en la coordinación de políticas a nivel de los procesos de descentralización y desarrollo del interior. Después hay algo que para mí hoy día estamos lejos de cumplir de forma cabal -que lo dice explícitamente la Constitución-, que es generar que las empresas públicas, los ministerios y los gobiernos departamentales coordinen con la OPP el desarrollo de políticas y la unidad de acción en el territorio.
¿Es un objetivo entonces fomentar ese rol de coordinación de políticas?
Sí, tenemos que lograr que Uruguay tenga un espacio en donde la eficiencia en términos de políticas sea mucho más contundente. Para poner un ejemplo, si está la decisión de ampliar la infraestructura asociada a la educación, no es solo la ANEP que tome la decisión de abrir un liceo, hay que coordinar con otros actores, porque hay que evaluar si es necesario construir también un hogar estudiantil cercano. Para ese tipo de decisiones se requiere de coordinaciones políticas y cuando no lo hacemos al final estamos constantemente apagando pequeños incendios que surgen porque alguien toma una decisión que incide en otras áreas de políticas públicas.
Ese rol es propio de la OPP y debemos hacerlo mejor de lo que lo estamos haciendo. Sin responsabilizar a actores en concreto, hoy veo un rol más pasivo, de administrar los fondos y vigilar alguna cosa, entonces veo necesario un esfuerzo mayor y más activo para intentar coordinar todas esas políticas.
¿Eso implica extender el campo de acción de la OPP?
Es profundizar dentro de un área que hoy creo tiene dificultades, que es el planeamiento. Hoy los cuerpos técnicos de todas las unidades de la OPP tienen mucha solvencia, pero han tenido acotado el funcionamiento a algunas áreas programáticas puntuales, de desarrollo de planes piloto o evaluación de políticas puntuales.
Lo que debemos generar es que la OPP sea la plataforma a partir de la cual se puedan evaluar un conjunto de políticas de Estado.
También lo asocio con otro elemento que está en la Constitución y abre el abanico de lo que puede hacer la OPP, que es la potestad de generar comisiones sectoriales, es decir espacios interinstitucionales donde convergen ministerios, empresas públicas, otras entidades del Estado, actores de la actividad social como trabajadores o empresarios, para definir y coordinar políticas.
¿Para qué temas imaginás esa herramienta?
Está definido ya que lo vamos a usar para crear una sectorial de la seguridad social, donde vamos a discutir, intercambiar y finalmente resolver con los distintos actores las reformas que le vamos a proponer al país en el ámbito de la protección y seguridad social en el nuevo gobierno.
Otra área donde podemos colaborar es en pensar políticas para el área metropolitana, que es un espacio re levante pero no tiene una gobernanza propia, cada intendencia toma sus decisiones, sea en transporte o saneamiento. El objetivo es que la planificación de inversiones de largo plazo supere los ámbitos locales de gobernanza. Nos estamos preparando para ser esa plataforma de coordinación de políticas en el Estado, sin dejar de lado que también la OPP tiene la responsabilidad en el corto plazo de defender y explicar el presupuesto quinquenal junto al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
¿Ya hay definiciones respecto al presupuesto?
Hay prioridades que están claras, en la medida que las anunció oportunamente el presidente electo y debemos instrumentarlas. Lo que hay que ver es un tema de timing, cuándo se incorporan y en qué momento vamos concretando algunos proyectos de ley, o si esas medidas van dentro del presupuesto. También hay consistencias macro económicas que nos importan, porque Uruguay uno de los acervos que tiene y hay que cuidar son los equilibrios macro, donde el déficit es un componente que nos preocupa. ¿Plantea restricciones el actual déficit en torno a 4% del PIB?
Estamos lejos de una situación dramática, es manejable, pero plantea un conjunto de restricciones. Además, hay un compromiso explícito de no incrementar la base impositiva y eso hay que tenerlo en cuenta. Sabemos que habrá necesidades adicionales, y habrá que administrarlas con los recursos que se vayan generando a partir del crecimiento económico.
Hay necesidad de rever los estímulos fiscales, es una agenda importante, revisarlos de forma seria y sistemática
Ponés el foco en las tareas de coordinación, ¿va a requerir un trabajo fino para hacer coincidir los intereses de actores muy distintos?
Sí y para ello creo tener activos que me interesa poner al servicio de esos procesos. Ya gestioné espacios complejos, porque la Universidad de la República es una institución con mucha presen cia en el territorio y muy diversa internamente. A su vez, el hecho de estar asumiendo un papel de coordinación que no es un rol de protagonismo a la hora de definir las políticas, sino de asegurarnos de que sucedan los asesoramientos adecuados desde el punto de vista técnico, nos brinda una fortaleza.
Buscaremos transmitir que no hay una necesidad de protagonismo de la OPP sino la intención de colaborar en un proceso que le va a hacer bien al gobierno y a la sociedad en general.
Tomando lo que decís, ¿vamos a ver a una OPP distinta?
Sí, porque en términos de orientación la nuestra es que la OPP sea todo lo que comenté, que no es la orientación actual. Dentro del debate económico sobre los recursos, hay voces en el FA que plantean revisar las exoneraciones fiscales.
¿Cuál es tu visión?
Hay necesidad de rever los estímulos fiscales, es una agenda importante, revisarlos de forma seria y sistemática, lo que implica también evaluar impactos y buscar rediseños. La inversión es imprescindible para que Uruguay pueda reto mar una senda de crecimiento y salir de una etapa anémica que tuvimos en los últimos años.
Debemos pensar, como forma de evaluar las políticas, qué hubiese ocurrido con la inversión en ausencia de esos estímulos. Hay que hacerlo con mesura pero con decisión, y analizar si no tenemos que profundizar algunos incentivos en algunas áreas y quizás retirarlos de otras donde no hay un efecto claro en función de los resultados.
¿Cómo ves hoy el porcentaje de renuncia fiscal que hace Uruguay?
Diría que es normal, se fueron dando en el tiempo medidas sucesivas que aumentaron ese espacio de renuncia fiscal, en varias áreas. Debemos ver globalmente cuál es la renuncia fiscal que está haciendo el Estado uruguayo y para qué.
¿De esa revisión de las exoneraciones pueden surgir recursos para financiar otras políticas?
Puede haberlos o puede que no. La decisión es rever, porque eso te da la magnitud del esfuerzo fiscal que se está haciendo y también da claridad de cuál es el retorno que obtiene la sociedad. En ese proceso, si hay que obtener recursos a partir de ese mecanismo (de exoneraciones) que permitan financiar otras prioridades del Estado que son más eficientes, habrá que hacerlo, pero puede que no.
FOTOS: NICOLÁS GARRIDO
*Este artículo fue publicado originalmente en la edición impresa de Forbes Uruguay de febrero de 2025. Para suscribirte y recibirla bimestralmente en tu casa, clic acá.