Pragmatismo ante todo: análisis de la victoria de Yamandú Orsi, sus desafíos y el plan Oddone para impulsar la inclusión
Nelson Fernández Salvidio Periodista, docente y escritor
Nelson Fernández Salvidio Periodista, docente y escritor
¿Cómo construirá su propio camino? Dados estos anteceden tes históricos, ¿cuál sería su estilo de gestión y su impronta en el ejercicio del poder? ¿Qué estrategias diseñará para conciliar la visión económica moderna con el dogmatismo tradicional de sus espacios políticos?
Para entender las claves del nuevo gobierno es necesario comprender algunos interrogantes clave.
¿Quién es Orsi?
¿Qué particularidad tiene el presidente?
¿Qué es el MPP y qué es el MLN-T?
¿Cómo decide el Frente Amplio los asuntos políticos?
¿Qué esperar de la política económica?
¿Por qué Uruguay ingresa en un nuevo tiempo?
La historia de Orsi es bien conocida, pero hay datos de su bio grafía que pudieron pasar inadvertidos y son relevantes a la hora de imaginar su nuevo rol. Nació el 13 de junio de 1967 en el área rural de una ciudad que está a 50 kilómetros de la capital de Uruguay, hijo de un trabajador de viñedo y una costurera.
Cuando tenía cinco años, su familia se mudó a la ciudad e instalaron un almacén minorista. Detrás del mostrador, ordenando cajas o cumpliendo mandados, Orsi ayudaba desde pequeño.
Fue bailarín de folklore, se inscribió en la carrera de Relaciones Internacionales en la Facultad de Derecho de la Universidad estatal, pero cursó solo un mes y entró al instituto de formación de docentes para Enseñanza Secundaria, donde obtuvo el título de Profesor de Historia en 1991. Dos años antes, ingresó en actividad política como activista del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), que fue guerrilla en los años ´60 y ´70, y se convirtió en espacio político legal en 1985.
El sector lo designó en Maldonado hasta que en 2005 asumió un cargo jerárquico en la Intendencia de Canelones (la segunda más grande del país) y estuvo dos períodos como Secretario General (una especie de jefe de gabinete). Fue electo intendente en 2015 y reelecto en segundo período.
Este año ganó la interna para ser el candidato presidencial del Frente Amplio y las elecciones nacionales de octubre-noviembre. Por supuesto que su experiencia en la Intendencia de Canelones brinda un marco de referencia para imaginar su nuevo estilo de gestión.
Y el paso previo de José "Pepe" Mujica por la presidencia también es al menos un antecedente de la evolución histórica de aquella izquierda radicalizada que hoy llega al poder con resabios ideológicos, pero que intenta adaptarse a un mundo que sin dudas ya no es el mismo. Sin embargo, para comprender la estructura y los procesos de selección y po der de la izquierda actual, la historia aporta información precisa.
El MLN-Tupamaros fue creado entre 1961 y 1966 como guerrilla revolucionaria con el objetivo de tomar el poder por las armas para instalar un régimen socia lista. Fue derrotado en 1972; y en 1985 se integró a la vida política pública. Ingresó al Frente Amplio en mayo de 1989.
Con la figura popular de Mujica, crecieron en popularidad y en cantidad de afiliados.
El Movimiento de Participación Popular (MPP): nació en 1989 como alianza de los grupos más radicales de la izquierda: MLN-T y otros de inspiración anarquista (Por la Victoria del Pueblo, PVP), maoísta (Comunistas Revolucionarios), trotskistas (P. Socialista de los Trabajadores), Movimiento Revolucionario Oriental (MRO) y la Unión Popular.
Con el tiempo, los grupos se fueron y quedaron solo los tupamaros, más otros independientes de izquierda. El MLN-T y el MPP van en paralelo. Tanto el MPP como el MLN-T (que hoy son casi lo mismo) no tienen estructura de mando sino que hay conducción colegiada. Y ahí el presidente Orsi encontrará otro desafío.
¿Cómo decide el Frente Amplio los asuntos políticos?
La izquierda tiene una autoridad máxima que es el Plenario Nacional integra do por 85 delegados de los sectores de la coalición y 85 representantes de comités de base.
El actual plenario fue elegido en diciembre de 2021 y lo domina el Partido Comunista: eso no cambia con el resultado de esta elección. Para algunos casos en los que el Frente Amplio toma de cisión vinculante con sus legisladores, los comunistas tienen esa mayoría.
Eso bloqueó a Tabaré Vázquez en su momento el acuerdo TLC con los Estados Unidos en su primer mandato, y el TISA (servicios) en su segundo período. Es para tener en cuenta ante decisiones importan tes. Y sin dudas, es otro desafío.
El MPP, que surgió como alianza del ala más radical e intransigente de la izquierda uruguaya en 1989, asumió que la sintonía con las mayorías populares implicaba des pojarse de referencias ideológicas y con centrarse en fórmulas pragmáticas.
Durante muchos meses trabajaron en silencio mientras la campaña electoral generaba el típico barullo partidario, pero esta vez sin que eso sobrepasara la frontera del círculo político.
Análisis de números y series, recorridas por barrios pobres, muy pobres, reuniones con académicos y conversaciones informales con empresarios y con dirigentes gremiales o referentes sociales.
Un ex jerarca de gobierno, que en los últimos años se volcó al sector privado y los negocios internacionales, transmitió al MPP que el indicado para liderar un plan económico en ese sentido era el economista Gabriel Oddone, de corazón frenteamplista pero con una cabeza liberal, respetado y valorado por empresarios y organismos internacionales.
"Oddone es el indicado y es el que va a traer la fórmula de crecer y repartir", fue lo que les dijo para convencer a los jóvenes tupamaros, que debían no solo confiar en él, sino también que tenían que asegurarle apoyo político solo. Fue necesaria una etapa de conocimiento mutuo: el MPP y Yamandú Orsi tenían que seguir su razonamiento, convencerse de que era el indicado, y que aparte de solvencia técnica contaba con cabeza política.
Oddone precisaba reformatear la valoración que tenía de los tupamaros, porque desde la militancia estudiantil en los ochenta estaba con el socialismo democrático, y tanto los tupamaros como los comunistas iban en la vereda de enfrente. Oddone (Montevideo, 1963) es un prestigioso economista, que en los últimos 20 años ha sido el consultor de referencia de las empresas y grupos de inversión más relevantes en Uruguay así como también de organismos internacionales como el Banco Mundial, el Banco de Desarrollo CAF, BID y el Fondo Monetario Internacional.
Oddone, con posgrado en Historia Económica en la Universidad de Barcelona, proviene de un hogar de intelectuales de la generación de pensadores de izquierda de los años ´60. Su activismo político comenzó en 1983 con la creación de una organización gremial estudiantil durante la última dictadura militar, y en el Partido Socialista al que renunció en 2015, por discrepancia con la línea marxista ortodoxa.
Llega a un cargo para el que se preparó mucho tiempo, con la combinación de su experiencia profesional y su involucra miento con la política, así como también con la matriz heredada de foco de izquierda intelectual.
Un libro de su padre, Juan Oddone, se ilustró con la foto del niño Gabriel desembarcando en París en abril de 1968 junto a sus padres. El espíritu rupturista del mayo francés se combina con un hogar de valores de educación.
Junto con su equipo, Oddone ya tiene un plan económico que contempla acciones inmediatas y que serán parte de una ley marco de reformas que irá al Parlamento en el proyecto de Presupuesto que deben aprobar Senado y Diputados:
Refuerzo de cuidado de equilibrios macroeconómicos con inflación baja
Reordenamiento fiscal para optimizar recursos y atender prioridades
Presupuesto que contemple metas en materia de inversión y protección social
Reformas estructurales para potenciar la tasa de crecimiento económico
El plan procura: más innovación, reformas en el sector no transable e inserción internacional menos dependiente de la región, y eso implica lo siguiente:
Reformar al Estado y sus vínculos con el sector privado,
Promover la competencia en varios mercados Integrar al país más intensamente con otras zonas del mundo.
Los desafíos fijados por el nuevo equipo económico ya están plasmados en documentos internos que se espera anunciar cuando se realice el cambio de mando, en marzo 2025.
Algunos de los puntos salientes serían:
Asegurar estabilidad macroeconómica
Acelerar la tasa de inversión: captar inversión extranjera di recta y fortalecer tasa de inversión doméstica
Fortalecer el sistema de protección social para un sector de la población de trabajo informal y que vive al margen de políticas públicas, con la meta de un ingreso básico relevante
Proveer los recursos necesarios para cooperar en mejorar sustancialmente la seguridad pública
Estos cuatro puntos podrían constituir su guía maestra para la gestión. Para llevarlo adelante, requerirán acuerdos políticos en el Consejo de Ministros donde están represen tados los sectores que tienen los votos en las cámaras legislativas. No será fácil pero tam poco imposible. El arte de la negociación de terminará el resultado. En ese marco, el núcleo Orsi está dispuesto a ceder en algunas propuestas de comunistas y socialistas, por ejemplo, en sistema previsional.
Más allá de la propia dinámica de la polí tica, la izquierda retoma el poder en un país que apuesta a la continuidad de las políticas de Estado modernas acorde a los nuevos tiempos.
En ese contexto, la izquierda renueva sus liderazgos tras la muerte del ex presidente Tabaré Vázquez (2005-2010 y 2015-2020) y del ex ministro de Economía y ex vicepresidente Danilo Astori que fue el más influyente en las políticas públicas del gobierno del Frente Amplio (2005 2020), mientras el ex presidente José Mujica (2010-2015) cumple 90 años con deli cados problemas de salud.
La renovación de liderazgo implica el principal desafío político para la izquierda uruguaya. Con su alta popularidad, Orsi co menzará su gestión con el desafío de reem plazar a un presidente que deja el cargo con alta aprobación de su gestión. Los urugua yos votaron por un cambio de partido en el poder, pero con un mandato de cierta con tinuidad general.
Uruguay celebra y expone la fortaleza de la democracia, con partidos fuertes, que al ternan en el poder sin traumas y esa es su ventaja comparativa. La prosperidad tan buscada dependerá de que el gobierno y el país puedan acentuar el crecimiento económico y que sea percibido por todos los sectores de la sociedad.
Un plan con una trenza de objetivos: acelerar el crecimiento, escalera social para 300.000 uruguayos que viven al margen y generar recursos para combatir al crimen organizado. Incentivar nuevas oportunidades de Uru guay hacia el mundo y del mundo hacia Uru guay. Ahí se concentra el principal desafío del presidente Orsi y de toda la estructura de poder que lo acompaña para estos nuevos tiempos.