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Liderazgo
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La idea de un empresario exitoso está asociada a la figura de alguien que toma decisiones difíciles sin dudar. ¿Qué papel tienen las emociones en la construcción de esa clase de liderazgo?

17 Septiembre de 2023 09.10

En el acelerado mundo empresarial actual, donde las métricas y los datos son reyes, a menudo se pasa por alto un componente fundamental para el éxito sostenible: la inteligencia emocional. La habilidad de comprender, gestionar y utilizar las emociones de manera efectiva puede marcar la diferencia entre el fracaso y el triunfo en los negocios.

En esta era de innovación constante, donde la tecnología y la automatización están en auge, la importancia de ser emocional nunca ha sido tan evidente. Popularizado por el psicólogo Daniel Goleman, el concepto de inteligencia emocional se refiere a la capacidad de reconocer y regular las emociones propias y de los demás, así como utilizar esta comprensión para tomar decisiones informadas. Si bien puede parecer un concepto suave en un mundo impulsado por números y resultados, sus beneficios son reales y tangibles.

Una falsa idea de debilidad

El especialista Sebastian Struck sostiene que, el hecho de que ser emocional aún sea visto como algo negativo en los negocios, es justamente el problema. “Justamente, significa que tenemos que desarrollar aún más la inteligencia emocional en los negocios”, introduce.

Sebastian Struck, conferencista y escritor.
Sebastian Struck, conferencista y escritor.

Según el conferencista y escritor, experto en el manejo de emociones, “está tan arraigada la creencia de que ser emocional es una debilidad que creemos que la inteligencia emocional significa controlar las emociones para no llorar y para no sentir emociones desagradables”.

Por lo general, la idea de un empresario exitoso está asociada a la figura de alguien que toma decisiones difíciles sin dudar. Una persona que sobrepasa muchas adversidades y se mantiene en control y serenidad sin importar la circunstancia. 

“Es una buena descripción, y en los negocios realmente necesitamos esas características. El problema es cómo queremos llegar a esas características”, explica Struck. “Está la creencia que para ser fuerte y estar bien en la vida, lo mejor que podemos hacer es controlar nuestras emociones. Evitamos sentir o reprimimos las emociones”, completa.

Sin embargo -enfatiza-, “expresar las emociones es mucho más sano que reprimirlas y guardarlas”. “Se cree que ser emocional es una debilidad, sobre todo en los negocios. Que se aprovecharán de ti, que no te respetarán, que te podrán herir o que no tendrás liderazgo. Sin embargo, no ser emocional es un grave problema para los negocios”, agrega.

La gestión emocional

Manuel Celi, Coach Ejecutivo, contó una experiencia de su trabajo en Linkedin, en la que se reunió con 15 empresarios para dialogar sobre cómo estaban funcionando en sus organizaciones. “Les pregunté cuáles eran sus emociones dominantes”, introduce el especialista. “No resultó fácil que se abrieran, pero al final todos respondieron que experimentaban sentimientos vinculados al miedo: ansiedad, angustia, temor, entre otras”, completa.

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Existe una creencia antigua de que las emociones y la vulnerabilidad que llevan atada constituye una señal de debilidad de quien lidera. 

Según el experto, la mayoría de las personas se esfuerzan en evitar este tipo de sensaciones cuando la realidad es que no hay emociones buenas o malas emociones. “Solo necesitamos saber cómo gestionarlas en nuestro beneficio y de los objetivos que tenemos en conjunto. Lograrlo no es algo fácil, aunque les aseguro que devuelve beneficios contundentes en la práctica”, enfatiza.

Existe una creencia antigua de que las emociones y la vulnerabilidad que llevan atada constituye una señal de debilidad de quien lidera. Sin embargo, Celi remarca que se “requiere de mucha fortaleza y adultez para pedir colaboración, incorporar la mirada de los demás e inspirar a que se vuelva un valor de humanidad y humildad en la organización”.

“Ese liderazgo será referencia y a corto y largo plazo se verán los resultados. Incluso habrá empresas que lleguen a ganar una característica emocional que se vuelva parte de su ADN corporativo, de su cultura empresarial”, sostiene.

El rol de las emociones en los negocios

Sebastian Struck explica que el ser humano se conecta a través de las emociones. “Nuestro cerebro evolucionó para cooperar. Cuando cooperamos liberamos oxitocina, es decir, nuestro cerebro nos recompensa cuando cooperamos”, precisa.

En esta línea, insiste en que el propósito de las emociones no solo es darnos un mensaje para reaccionar a nuestro entorno. “Las emociones también evolucionaron porque es a través de ellas que sentimos empatía y conexión para poder cooperar; lo que significa supervivencia”.

“Mostrar nuestras emociones, justamente, es lo que provoca que haya empatía, cooperación, e incluso respeto y liderazgo. El problema no es ser emocional o mostrar emociones; el problema es que no sabemos manejar nuestras emociones y nadie nos lo enseña. 

Cómo impactan las emociones en nuestra vida

La investigadora estadounidense Brené Brown, muy conocida por su charla TED sobre vulnerabilidad, recientemente confeccionó un atlas de emociones donde explica una lista extensa de ellas presentes en la vida moderna que incluye a la vida de los líderes. Sintetizó estas ideas en su libro Atlas of the Heart (2021), un libro que explora la importancia de las emociones en nuestras vidas y cómo podemos aprender a comprender, aceptar y gestionar nuestras emociones para llevar una vida más auténtica y satisfactoria, así como para construir relaciones más significativas con los demás.

Algunas de las ideas principales del libro sugieren que:

Las emociones son mapas: nuestras emociones actúan como mapas que guían nuestras acciones y decisiones. Al comprender y aceptar nuestras emociones, podemos tomar decisiones más conscientes y auténticas en nuestras vidas.

Diferenciación emocional: Brown destaca la importancia de diferenciar y nombrar nuestras emociones con precisión. Esto nos permite tener una comprensión más profunda de lo que realmente estamos sintiendo y por qué.

Las emociones difíciles son necesarias: se aboga por la importancia de abrazar todas nuestras emociones, incluso las difíciles o incómodas. Estas emociones, como el miedo, la vergüenza o la tristeza, son parte de la experiencia humana y nos proporcionan valiosas lecciones y oportunidades de crecimiento.

Conexión emocional: Brown enfatiza cómo la conexión emocional con nosotros mismos y con los demás es esencial para la satisfacción y el bienestar en la vida. La vulnerabilidad y la autenticidad son elementos clave para construir relaciones significativas.

Cultivar la empatía: el libro promueve la importancia de desarrollar la empatía hacia nosotros mismos y hacia los demás. Al comprender y apoyar las emociones de los demás, podemos fortalecer nuestras relaciones y promover la comprensión mutua.

El proceso del corazón: se describe un proceso de tres pasos para procesar las emociones de manera saludable: sentir, reflexionar y actuar. Al seguir este proceso, podemos gestionar nuestras emociones de manera más efectiva y tomar decisiones alineadas con nuestros valores.

La gestión emocional es esencial para liderar con éxito en el entorno empresarial actual. Al reconocer y abrazar nuestras emociones, no solo construimos relaciones más auténticas y significativas, sino que también fomentamos la colaboración y la empatía, factores clave para el éxito en cualquier organización.

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