Se autodefine como emprendedor social. Dirigió el proyecto educativo Los Pinos y creó la fundación Piso Digno para que ningún niño nazca en piso de tierra. Como gerente de Desarrollo Social y Humano de CAF, en el último año y medio fue a la selva, sierras, ciudades y a los cinturones pobres de América Latina. Pablo Bartol dejó el Ministerio de Desarrollo de Luis Lacalle Pou y hoy colabora con gobiernos de toda la región para apalancar proyectos en educación, salud y primera infancia. Insiste en que Uruguay debe invertir más en educación para impulsar el desarrollo y que los empresarios deben nutrirse de experiencias del exterior para escaparle a la mediocridad.
¿Cómo está Uruguay en el camino al desarrollo?
Cuando recorrés los países de América Latina, el Caribe y Centroamérica, pensás ¡qué bien que estamos en Uruguay! El nivel de desarrollo es muy grande sobre todo en el alcance y profundidad de los servicios del Estado, aunque uno vea todas las dificultades que tenemos como sociedad.
¿A quién tendríamos que mirar?
En lo educativo, Uruguay tiene que mirar mucho más a Finlandia. Hace 40 años era mucho más pobre que nosotros y, sin embargo, hizo un cambio cultural muy grande que puso en primer lugar a la educación. Hizo inversiones muy grandes en infraestructura, en calidad docente, y dio resultado.
La sociedad uruguaya tendría que hacer un esfuerzo más grande para llevar mucho más presupuesto al sistema educativo. Según el Banco Mundial, América Latina en promedio invierte unos US$ 2.000 por año por alumno en Primaria, y el promedio de países europeos o de OCDE es de US$ 8.000. No podemos esperar resultados invirtiendo la cuarta parte. La Rendición de Cuentas, ¿dónde está queriendo poner recursos extras? Si no es en educación Primaria y en mejora de la calidad docente, entonces está condicionando.
En los últimos años muchos empresarios volcaron fondos para la educación en becas o proyectos. ¿Se necesitan más mecenas?
Son cosas muy buenas que cambian la vida de personas concretas y les dan una oportunidad de oro, pero en los promedios no incide en nada. Hay que ir a los números grandes. Eso solo se hace con el dinero del Estado.
Si la educación pública es el 85% de los estudiantes en Uruguay, quiere decir que con pequeños proyectos incidís en el 15%. Es casi como decir que quiero arreglar mi casa y empiezo cambiando un jarrón.
Los centros María Espínola de tiempo integral que este gobierno está impulsando tomaron algunos elementos de esos proyectos, pero en general el impacto todavía no ha sido tal.
¿En qué hay que invertir?
Este año y medio que llevo mirando todo América Latina me convencí de que lo único que cambia un resultado educativo es la calidad docente. Que uses tecnología o no también es casi decorativo. Si la pedagogía no es buena, la tecnología es inocua, es anecdótica.
¿Las ceibalitas no generaron un impacto positivo?
En resultados de lectoescritura, matemáticas, en las cosas básicas que originalmente se propuso cuando se lanzaron, no generaron ningún cambio. En Perú repartieron más de un millón de computadoras y tampoco generó ningún cambio.
En Corea solo el 40% de los niños usan la computadora en el aula y tienen los máximos niveles académicos en las pruebas PISA. A veces no dimensionamos lo lejos que estamos en los niveles de educación de calidad, que ellos alcanzan con un bilingüismo, trilingüismo y un desarrollo intelectual que realmente asombran.
A la luz de esto, ¿cómo evaluás la reforma educativa en Uruguay?
Insisto en un solo tema: si queremos reforma educativa, necesitamos mejores docentes y ahí hay que poner toda la inversión. Voy a decir algo que capaz que suena hasta contracorriente, pero si tenés que recortar presupuesto en tecnología para dar más a la mejora de la calidad docente, hacélo. Si necesitás dar más becas para atraer mejor talento, invertílo.
¿Qué opinás del voucher para la educación que propone el candidato a la presidencia en Argentina Javier Milei?
Detrás de eso está la creencia de que los padres siempre estarán mejor informados sobre dónde es mejor mandar a su hijo y en esa elección van a ir cambiando el sistema. No veo que sea tan así ni tampoco que mejore el sistema en general. En Chile hubo una fragmentación muy grande de la sociedad y no se logró una homogenización hacia arriba. En la práctica nadie muestra que en tal lugar lo aplicaron y mejoró el nivel general de educación.
¿Qué hay que medir para evaluar el nivel de desarrollo en educación?
A los que entran hoy al Instituto de Profesores Artigas (IPA) y a Magisterio, mirarles sus notas en secundario en los últimos años y comparar con los que entran en Derecho en la Udelar o en UTEC. Si están por debajo, estás captando peor talento para el sector educativo que para la abogacía o para hacer negocios o ingeniería o software. Esa tendría que ser la medida de cualquier gobierno todos los años.
Si capto por debajo del promedio de calificaciones, por más voucher, tecnología, ceibalita, 5G o campaña niño cero falta, no va a pasar nada, pues son todos cambios cosméticos respecto a la única fuerza poderosa, que es que el docente sea el mejor profesional disponible. Hoy no lo tenemos ni cerca, lamentablemente. Como siempre, hay excepciones.
El presidente de CAF, Sergio Díaz Granados, dijo recientemente que, si bien hay 500 bancos de desarrollo en el mundo desembolsando capital, no es suficiente porque la crisis va por el ascensor y nosotros por la escalera. ¿En qué ejemplos concretos ven eso?
Hay un desenganche muy grande entre las capacidades que generamos en el mundo educativo y las que requiere el mundo laboral. Seguimos creando jóvenes que tienen gran dificultad para insertarse. En toda América Latina el nivel de desempleo juvenil es altísimo; en Uruguay es del 30%. Eso es un desafío enorme para los bancos de desarrollo.
¿Las empresas están preparadas para participar de esa transformación?
La educación dual que en Alemania la usa el 40% o 50% de los jóvenes, en los países de América Latina es totalmente marginal. Por ejemplo, Ánima y otros que están haciendo ensayos en Uruguay.
¿En qué medida el narcotráfico mina los esfuerzos de desarrollo?
El narcotráfico destruye los vínculos familiares, los vínculos de confianza de amistad, la confianza de uno en otro en una sociedad.
¿Hoy es un problema crítico para el desarrollo de Uruguay?
No muy distinto de lo que le pasa a EE.UU. y los países de Europa, donde hay niveles de consumo de drogas pesadas en proporción mucho mayor que acá y, sin embargo, siguen creciendo. No necesariamente el narcotráfico está vinculado al subdesarrollo.
Cuando tu quintil 1 tiene niveles de desempeño intelectuales peores que el quintil 5 coreano, el problema no son los que quedan atrapados por el narcotráfico, sino aquel sector que tiene las mejores oportunidades y trae innovación a la sociedad, pero tiene un desempeño mediocre en términos internacionales.
¿Qué factores rompen esa cadena?
En EE.UU., a nivel Primaria o Secundaria tampoco son tan buenos en los promedios de las pruebas; no está ni entre los primeros 10. Pero tienen un sistema universitario que atrae al mejor talento del mundo. Es decir, montó un sistema de conocimiento superior súper atractivo para el mejor talento del mundo, de países como China o Corea.
En Silicon Valley, el 50% de las empresas unicornios fue creado por extranjeros. Ricardo Hausmann, exministro venezolano de Planificación que dirige el Centro para el Desarrollo Internacional de Harvard decía que Rafael Nadal juega tan bien al tenis, entre otras cosas, porque todas las semanas juega con los mejores del mundo.
Hoy tenemos riesgo de estar creando —voy a decir una barbaridad— una clase dirigente muy berreta en Uruguay. Siempre vas a tener excepciones en los mejores de Uruguay que se van a EE.UU., pero esos son el 0,5%. Digo el 20% de los que tienen mejores oportunidades.
O sea, las perspectivas para los próximos años son de nubarrones negros.
No vamos a generar un gran cambio respecto a las dificultades que conocemos hoy: que un profesional en Uruguay de buen nivel la pelea para llegar a fin de mes hasta el último día de su profesión y, después jubilado, también. ¿Cuál va a ser tu sueldo si lo máximo que dirigís son cuatro o cinco personas y en México cualquier Carlitos dirige 200?
¿Qué pueden hacer los empresarios para cambiarlo?
Tienen que salir del país a más reuniones, congresos, conocer experiencias de otras empresas. Si acá te sentís que estás en la cresta de la ola, salí corriendo a buscar alguien que te desafíe en otro lugar. Un empresario, si quiere cambiar esta sociedad, tiene que conseguir gente mejor que él y ponerla bajo suyo o traerla como socio. Si en Uruguay sos muy bueno, en el fondo, todavía no le ganaste a nadie.
En la agenda pública pocas veces se discute sobre desarrollo territorial, ¿qué tan atrasado está el interior respecto de la capital?
Una cosa buena ha sido la Universidad de la República (Udelar) hacia el interior, abriendo nueva oferta y el desarrollo de la UTEC para captar talento ahí donde está, formarlo y ver cómo darle oportunidad de trabajo. Nosotros ahora desde CAF (N. de R.: registró una cartera de proyectos por US$ 969 millones en 2022) estamos apoyando el nuevo edificio de la Udelar que va a ser en Paysandú con US$ 25 millones de inversión.
Hubo una madurez muy grande de todo el sistema político en apoyarlo y de la Intendencia de Paysandú, que lideró poniendo terrenos.
Acá hay un tema gordo: los países que más crecen son los que tienen unidad política. La foto del presidente Luis Lacalle con Julio María Sanguinetti y José Mujica en la asunción de Lula fue un símbolo enorme que en América Latina no logra nadie. El narcotráfico sí es un cáncer y destruye todo, pero mucho más la inestabilidad política.
En salud sigue habiendo disparidad. El sindicato de médicos del interior dice que hay cerca de un 40% menos de pediatras para atender a los niños respecto de Montevideo.
Si sos un médico talentoso y te vas muy lejos, tenés miedo de perderte del progreso en tu profesión, por no estar en contacto con los mejores ni estar haciendo cosas más desafiantes. Es lógico que la medicina genere cierta concentración; pasa en todos lados. Por eso veo con esperanza un proyecto que estamos impulsando en El Salvador de telemedicina. Va a ser el primer país del mundo en tener telemedicina a nivel nacional para toda la población y con servicios complejos.
¿Volverías a ser ministro?
Encantadísimo, ministro o donde se me requiera en la función pública. Fue una experiencia muy linda haber servido a mi país. Me hizo entender la importancia de toda la cadena de responsabilidades dentro de un gobierno. Fue apasionante.