La actividad humana es la principal causa del calentamiento global. Aunque esta afirmación sigue siendo discutida por la política, es sorprendentemente bien comprendida por los CEO y altos ejecutivos de las empresas. Si bien es cierto que el capitalismo nos metió en esta situación, también es verdad que existe un compromiso para mejorarla.

Cuando visito altos ejecutivos de empresas de Estados Unidos, Europa y Japón, como hice en los últimos dos o tres años, se repite la importancia del mantra de liderar haciendo que la actividad económica sea sostenible para el planeta. La cuestión con la que todos estamos luchando es cómo lograr que funcione dentro de la realidad del sistema de mercado. Es un gran desafío.

Por eso, Dan Kolodziej va a centrarse en este tema en la próxima de su serie de mesas redondas del Imperial College Business School de Londres y su acelerador Wicked Lab. La mesa redonda reunirá a empresas de diversos sectores para debatir estrategias prácticas de innovación para la sostenibilidad.

Existen cinco estrategias que las empresas pueden seguir. Si  bien todas son útiles para el objetivo de salvar el planeta, no funcionan en la misma medida. 

1. Conseguir una alta calificación ESG para su marca

Las calificaciones medioambientales, sociales y de gobernanza empezaron siendo una cosa, pero se convirtieron en otra. Las calificaciones ESG aparecieron hace unos diez años como una forma de comparar las inversiones con los compromisos para hacer realidad los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Era un marco de gestión de riesgos para evaluar si los ASG podían afectar al valor de una empresa. Se convirtieron en una forma de aparentar acciones en materia de sostenibilidad.

La promesa de estas puntuaciones es que convertiría un concepto abstracto en algo que los mercados financieros pueden entender. El resultado fue una multitud de fondos de inversión que prometían invertir el dinero de sus clientes únicamente en empresas con buenas puntuaciones ESG. 

Se sobreentendía que el tabaco, el petróleo y el gas, y las empresas relacionadas con el ejército quedarían excluidas de los fondos. Una gran idea. Tengo que admitir que invertí en tales fondos y que me fue muy bien, porque da la casualidad de que las empresas tecnológicas se alinean muy bien con esta misión.

El problema es que estas puntuaciones ESG carecen en gran medida de sentido. Un proyecto de un cliente me hizo comprender esto hace varios años. El CEO de la empresa es un apasionado ecologista, y se quedó atónito al descubrir que las puntuaciones ESG de su compañía estaban por debajo de las de sus competidores más cercanos. Nos pidió que investigáramos y encontráramos la razón. 

Descubrimos que las bajas puntuaciones de la empresa no tenían nada que ver con sus prácticas y sí con la forma en que completaban los formularios de las agencias que publican los índices ESG. Una victoria fácil para mi cliente, pero una victoria vacía, ya que estaba claro que mejorar estas puntuaciones no salvará el mundo.

2. Limitar los daños medioambientales en la cadena de suministro

Tomar medidas en este punto es fundamental. La directiva de la UE sobre el «alcance 3 de las emisiones» ya está impulsando la acción en muchas industrias, ya que las empresas serán consideradas responsables del impacto indirecto que tienen sobre el medio ambiente a través de sus cadenas de suministro.

Ya hay algunos líderes que muestran el camino. La empresa sueca de equipos de construcción, Sandvik, diseñó toda su estrategia empresarial en torno a la promesa de tener una «economía circular». Eso significa que reutilizan y reciclan las materias primas necesarias para crear sus productos, lo que conduce a una reducción masiva del carbono neto.

Estuve recientemente involucrado en proyectos para eliminar los productos químicos nocivos utilizados en la producción de todo, desde semiconductores hasta textiles. De nuevo, un conjunto de acciones vitales que pueden tener un enorme impacto medioambiental. Sin embargo, me queda la sensación de que se trata de limitar los daños, no es lo mismo que revertir el constante desplome de los ecosistemas naturales del planeta.

3. Hacer que la sostenibilidad forme parte integral del diseño empresarial

En este punto entra en juego el rol de la innovación. Existe un consenso sobre la necesidad de que los desarrolladores de productos sumen un cuarto criterio a la evaluación de sus proyectos: la conveniencia, la viabilidad y la factibilidad siguen siendo importantes, pero también necesitamos que la sostenibilidad tenga la misma importancia.

Lorenzo Massa es coautor de un brillante libro publicado el año pasado sobre este tema, titulado Diseño de modelos de negocio sostenibles, donde describe 45 patrones para modelos de negocio que tienen en cuenta la importancia de los factores medioambientales y sociales.

Lorenzo y sus coautores nos animan a considerar la sostenibilidad como un compromiso entre la cantidad de valor que se puede crear en tres dimensiones:

- Económica: ofrecer un modelo de negocio comercialmente atractivo

- Medioambiental: gestionando los impactos medioambientales

- Social: contribuir positivamente a la sociedad

Diseñar un producto con un alto valor económico puede tener más consecuencias medioambientales. Por ejemplo, los fabricantes de vapes hacen más dinero con los desechables pero son un desastre medioambiental para el planeta. Si aceptamos esta premisa, tenemos que encontrar la manera de innovar el modelo para equilibrar el impacto económico con los demás factores.

Lo brillante del libro es su sentido práctico. Los 45 patrones son los que cualquier empresa puede reconocer y ver cómo aplicar en el diseño de sus propios productos. El autor será el invitado en la mesa redonda de Dan Kolodziej mencionada anteriormente.

4. Innovar para obtener mejores resultados de sostenibilidad

Subiendo el juego a otro nivel están las empresas que buscan desarrollar soluciones a los problemas sociales y medioambientales y que realmente nos dan la oportunidad de salvar el planeta. Mi favorita es ENEL, la empresa italiana de generación y distribución de energía que opera en toda Europa y Sudamérica. 

En 2010, su CEO se tomó en serio la crisis medioambiental y durante la siguiente década hizo que la empresa pasara de ser un usuario masivo de combustibles basados en el carbono a convertirse en el mayor generador de energía renovable del mundo. Lo hizo aprovechando una serie de innovaciones, algunas técnicas y otras financieras. 

Por ejemplo, ante el problema de cómo financiar sus planes de energía renovable, diseñaron nuevos instrumentos financieros para financiar las inversiones en granjas eólicas. A cambio de la inversión, ENEL podía ofrecer rendimientos garantizados mediante la recompra de electricidad procedente de las nuevas fuentes. Una respuesta elegante a un problema difícil. No podemos detenernos ahí. Tenemos que hacer que la innovación para la sostenibilidad salga de las industrias extractivas y energéticas para que se convierta en una preocupación de base amplia que domine las agendas de innovación en las empresas de todos los sectores.

Esta es la nueva frontera para la innovación exploratoria. Sabemos que se demandan soluciones de sostenibilidad para reducir las emisiones de carbono y mitigar el cambio climático. Esta necesidad no hará sino aumentar a medida que suba el nivel del mar y la civilización humana se vea obligada a adaptarse a las nuevas realidades de un mundo más cálido. Existen abundantes oportunidades para idear, incubar y ampliar soluciones en estas áreas.

5. Adoptar soluciones ecosistémicas

Un tema recurrente en la sostenibilidad es que la acción con frecuencia no beneficia a un único actor. Se requiere la acción de un ecosistema para hacer la diferencia. Por ejemplo, Colgate fue pionera en la introducción de dentífricos reciclables, ayudando a eliminar el uso de plásticos de un solo uso. A pesar de que Colgate representa casi el 50% del mercado mundial de dentífricos, aún no consiguió que haya instalaciones de reciclaje disponibles en todo el mundo. Hace falta que toda la industria se mueva, así como los recicladores y los consumidores. Es un problema complejo de cooperación, incentivos y comportamiento de los consumidores.

Aquí repasamos 5 estrategias para salvar el planeta. Como escribió Felix Dodds, coautor del libro Negociación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, “La humanidad dio un gran salto en las últimas décadas y se convirtió en una fuerza a escala planetaria: necesitamos comportarnos como una civilización global si no queremos enfrentarnos a consecuencias catastróficas”. 

Sólo lo conseguiremos si las empresas están en primera línea.

Nota publicada en Forbes US.