Mentoría: cómo orientar a nuestra próxima generación de líderes siguiendo estos simples consejos
John Baldoni Colaborador
John Baldoni Colaborador
“La investigación sobre la tutoría es clara: los que recibieron mentoría ganan más y superan a quienes no tuvieron guía. Alcanzan sueldos más altos, ascienden con más frecuencia, tienen una mayor satisfacción laboral y profesional y menores tasas de agotamiento”, así lo afirman Ruth Gotian y Andy Lopata en su investigación.
“Las organizaciones que invierten en la tutoría de sus empleados se benefician de una mayor productividad y de una mayor lealtad”.
La guía de mentoría del Financial Times A Complete Guide to Effective Mentoring, de Ruth Gotian y Andy Lopata, muestra la utilidad de la tutoría. El desafío consiste en poner en marcha programas en los que sea accesible, equitativa y mensurable.
La puesta en marcha y el mantenimiento de las tutorías suelen depender de tres áreas: Recursos Humanos; Liderazgo y desarrollo; y Voluntariado. Es importante seleccionar a los mentores adecuados y emparejarlos con los candidatos que buscan guía. No siempre funcionará, pero si el programa es riguroso, pueden producirse increíbles resultados.
Además, los programas de mentores pueden abarcar “el mundo exterior” encontrando mentores y alumnos de fuera de la organización. Los autores lo llaman polinización cruzada: “Reunir a trabajadores de mundos diferentes puede aumentar el abanico de ideas para enfrentar los desafíos”.
Las perspectivas externas ayudan a los empleados a innovar en “la forma de hacer las cosas” establecidas y abren nuevas vías de descubrimiento y crecimiento.
Mel Noakes cofundó un programa gratuito de mentores llamado Elevate con Max Fellows. Noakes dijo a los autores: “Al salir de tu organización, ganás confianza y seguridad, podés ser honesto, ya que tu realidad no va a plantear desafíos a nivel interno. Descubrimos que la tutoría interna dentro de la misma organización puede convertirse en algo muy táctico y transaccional”.
La tutoría se fundamenta en una relación basada en la confianza. Como tal, la confianza se gana. Los autores citan a Megan Reitz, coautora de Speak Up, quien afirmó que si los mentores “están distraídos, impacientes, frustrados, aburridos o juzgan” silenciarán a la otra persona.
“Crear un entorno abierto no consiste en intentar arreglar a la persona, diciéndole que sea más valiente, sino impulsar un ambiente en el que no tenga que ser valiente en primer lugar”, afirma la experta. En otras palabras, si estás tutelando -o siendo tutelado- necesitás estar atento, concentrado y comprometido.
Finalmente, el libro aporta ideas para la comprobación de uno mismo como mentor. El primer paso para realizar esta tarea eficazmente es la autorreflexión. Revisá tus relaciones de tutoría, ya sean formales o informales. ¿Qué tipo de diferencia -o beneficio- estás aportando a tu estudiante? Los autores escriben: “La tutoría no conoce fronteras, se trata de compartir y elevar a los demás”.
Los alumnos también necesitan evaluar sus aprendizajes. “La relación mentor-alumno es una calle de doble sentido”, dice el libro, y agrega: “Es crucial que recibas el apoyo que necesitás para continuar tu crecimiento y desarrollo”.
La tutoría también puede ser un esfuerzo comunitario, en el que los alumnos reciben el apoyo de más de un mentor. Es una inversión a futuro que beneficia tanto a los que la dan como a los que la reciben y, a cambio, se benefician las organizaciones.