Mariana Pomiés: “El gobierno no permitió que sus socios de la coalición capitalicen éxitos”
La directora ejecutiva de Cifra analiza el desgaste de la coalición de gobierno, el personalismo de Lacalle Pou, los desafíos de los partidos para la carrera electoral y las preocupaciones que mencionan los votantes.

Llegó a la consultora en 1994 y en 2016 se convirtió en su cara visible. Para Mariana Pomiés, directora ejecutiva de Cifra, Uruguay está dividido “en dos bandos” y la coalición sufre un “desgaste natural”. 

Cabildo Abierto “tira mucho de la piolita” y el Partido Colorado “está complicado” aunque regrese el exsenador Pedro Bordaberry.

¿Cómo se prepara Cifra para el año electoral?

Este año está muy movido políticamente. Estamos trabajando bastante, porque los precandidatos están armándose, porque el escenario no está tan claro y hay mucha expectativa dentro de los partidos. 

En Uruguay, a diferencia de lo que sucede en otros países, todas las consultoras trabajamos para todos los candidatos y eso es bueno, porque permite mirar la realidad desde diferentes perspectivas. 

Tenemos que aceptar que cada vez va a ser más difícil tener un panorama claro de lo que va a suceder, porque los cambios se dan cada vez más rápido y más cerca de la elección y tenemos que educar a la opinión pública de que las encuestadoras no somos la bola mágica, ni decimos lo que va a pasar. Las redes sociales influyen en esos cambios.

El peso que tienen las redes y la velocidad con la que circula la información falsa o verdadera en un fin de semana. 

Por eso también hay que revisar esto de la veda. Terminás una encuesta el viernes y el sábado corre una información en redes… Está bien, mueve poca gente, pero en un país en donde las elecciones se definen por tan poco te cambia.

Mariana Pomiés CEO de CIFRA

Según la última encuesta, el 46% aprueba la gestión del presidente, Luis Lacalle Pou. ¿Son números altos para esta etapa del gobierno?

Son buenos números para la mitad del gobierno, que suele ser el momento más crítico. A partir de la mitad, los gobiernos tiran la toalla en las cosas difíciles y empiezan a caminar de cara a la elección para hacer las cosas más simpáticas y congratularse con sus votantes. 

Que la mitad del período tenga un balance positivo, pero por poco, es muy bueno. Estamos en un momento, que no es que hay una crisis, pero hay un montón de problemas que están en la vuelta y hay áreas con balance de gestión negativo.

¿Y cómo se explica que la gente no sea tan generosa con la evaluación de la economía, con la seguridad y la educación?

Creo que estamos hablando de la figura de un presidente que tiene una mejor imagen que su propio gobierno, que lidera con bastante personalismo. Ahora creo que aflojó un poco y le está dando un poco más de protagonismo a Álvaro Delgado. Parte de la gestión de un gobierno es habilitar la sucesión para que pueda salir del propio partido.

A poco de asumir, el gobierno debió enfrentar una pandemia y ahora una sequía. ¿La fortaleza de Lacalle es el manejo de las crisis?

Creo que el manejo de la comunicación, más que el de la crisis. Es un buen comunicador, ha Bordasabido enfrentar las crisis, pero las trasciende, porque después que salimos de las crisis el presidente está todo el tiempo comunicando, que siempre es un riesgo.

¿La crisis hídrica puede afectar la intención de voto en Montevideo y Canelones?

Todavía es muy reciente y hay que ver cómo salimos. El gobierno transmitió y la gente aceptó que la falta de agua no es un tema solo de este gobierno, venía de gobiernos anteriores y es histórico. 

El problema y de lo que la gente se queja es que no se comunicó antes. Que hubo un silencio entre febrero, que estábamos con sequía, y mayo, que el agua viene salada. Si eso va a perjudicar la imagen del gobierno, es muy pronto para saberlo.

¿Por qué no hay tanta conformidad con el manejo de la economía?

Cuando preguntamos por los problemas del país y analizamos más en lo cualitativo, hay una preocupación por la economía y por el empleo, que no necesariamente se condice con los números del gobierno. La gente piensa que falta trabajo, que a los jóvenes les cuesta conseguir trabajo, temen perder el empleo, hay como una inseguridad laboral. No es un drama, pero es de los problemas que más se mencionan. Eso y la inseguridad.

La decisión de esta Rendición de Cuentas, la última que permite aumentar el gasto, de dar más prioridad a adicciones y salud mental, ¿es acertada del punto de vista electoral?

Si uno lo analiza en el primer discurso, uno dice que es un tema que no da votos. Pero también es una falencia que tenemos como sociedad: tenemos un problema abrumador de aumento de adicciones. 

Uruguay tiene una tasa de suicidios alta entre los más jóvenes y eso es un drama que alguien tiene que atacar y este gobierno se ha jugado por cosas que no necesariamente tienen rédito electoral.

¿Por qué la alta aprobación del gobierno no se traduce en una mejor intención de voto de la coalición?

En parte porque el gobierno ha capitalizado mucho sus éxitos en la figura del presidente; los socios no han podido beneficiarse de los éxitos. Uno no dice: “ay, qué bien el Partido Colorado, gracias a él”, o “qué bien Cabildo”. 

El presidente ha sido muy bueno manejando la comunicación y manteniendo a la coalición unida, pero no le ha dado mucha vida. Ese reclamo que hizo (Guido) Manini, que es muy duro y que a mí me parece que no es apropiado de un socio de la coalición, en el fondo es una verdad, lo que pasa es que no es la forma ni el momento. 

Pero es cierto que el gobierno no ha permitido que ninguna otra figura que no sea el presidente y ese alguien que él habilita se luzca. Eso es muy duro, porque los socios de la coalición lo siguieron y han aceptado todo. 

Se puede decir que la coalición vivió una crisis, que pudo determinar su ruptura cuando Lacalle Pou cesó a la ministra cabildante Irene Moreira.

¿Qué secuelas puede dejar esto a nivel interno de la coalición?

Manini dijo “vamos a seguir”, pero dio un discurso muy duro contra el presidente. No sé cómo van a seguir ese diálogo. No queda mucho más que el gobierno necesite, salvo esta Rendición de Cuentas. No es un drama, pero hay que ver cómo lo lee la gente. 

Si es una traición, si se trata de una autoridad o un autoritarismo de parte de Manini. Cabildo sigue jugando al límite con una posible consulta popular por reestructura de deudas de créditos a personas físicas.

¿Cómo le puede salir eso?

Siempre jugaron al límite, pero reculaban antes. Creo que el endeudamiento es un tema que tiene mucha sensibilidad. Pero la gente tampoco tiene claro a quién se refiere y quiénes serían los beneficiados, no comunican muy bien. 

También hay que tener cuidado, porque es un partido que no tiene mucha experiencia; si se tiran a hacer una consulta popular y les sale mal, no está bueno para Cabildo.

¿Se desgastó la coalición?

Hay un desgaste natural, no hay coalición que llegue al fin del gobierno tan bien, porque los partidos necesitan marcar su perfil. Creo que Cabildo está tirando mucho de la piolita, no solo al gobierno que deja mal parado, sino a los otros que están tratando de colaborar con el gobierno. 

Por otro lado, el Partido Colorado está muy comprometido, porque en intención de voto está en su mínima expresión y no tiene candidato.

Si Pedro Bordaberry no regresa a la actividad política, ¿el Partido Colorado está en problemas?

El Partido Colorado está en problemas, aunque regrese Bordaberry o quien sea. El tema es si puede levantar o no. El partido necesita de muchos, no de uno solo y toda monedita sirve.

¿Por qué se deterioró tanto?

Porque en parte el Partido Colorado se diluyó en la coalición. Ha tenido ministros con distintos episodios no felices. (Ernesto) Talvi había generado muchas expectativas en gente que no era del partido y su salida fue un balde de agua fría. 

Lo que pasó con (Adrián) Peña, que es distinto, (Germán) Cardoso; tuvieron varios problemas en sus áreas de gestión. El partido quedó limitado a Julio María Sanguinetti reuniéndose con Lacalle Pou y negociando o concediendo. Tiene que tener otra actitud, otro movimiento y otra presencia. 

Es un partido que fue histórico y muy fuerte, pero desde hace 20 años tiene muy poco peso y entonces los jóvenes que no crecieron con un gobierno colorado tras otro, preguntan quiénes son. Si el Partido Colorado no logra ser visible y comprenderse entre los más jóvenes, se muere con los viejos.

¿Corre riesgo de morirse?

No me gusta decirlo así, porque es uno de los partidos fundacionales, pero uno está viendo que no ha podido marcar su identidad y espacio en el espectro político.

¿Qué partido sufre más la pérdida de candidatos naturales?

El Partido Colorado, que no logra poner candidatos que se reconozcan, que se valoren. Los nombres que circulan, salvo el de Pedro, no tienen mucha visibilidad nacional.

¿Qué debe tener un líder en Uruguay para ser querido?

Creo que la capacidad de comunicación, en cualquier lugar del mundo.

¿Cómo puede afectar el resultado electoral en Argentina en las elecciones de Uruguay? ¿Qué pasaría si gana Javier Milei?

No me gusta opinar sobre la política de otros lados, trato de ser respetuosa. Lo que pasa en Argentina siempre nos afecta. 

No quiero opinar ni sobre Milei, ni sobre Cristina Fernández, pero me preocupa que la situación se desmadre. El Pit- Cnt y el Frente Amplio (FA) impulsaron el referéndum contra la Ley de Urgente

Consideración (LUC) y no les fue bien. ¿Es arriesgado optar por el camino de la derogación de la reforma jubilatoria?

El Frente ya se desmarcó y el Pit-Cnt está diciendo que ellos lo están estudiando, tampoco es que van a emprender ese camino. Es un tema sobre el que la gente puede estar en desacuerdo, pero tampoco entiende mucho. No porque la gente sea tonta, sino porque es un tema muy complicado. Entonces, no sé si sería un buen camino.

Respecto a la LUC, pasando raya para el FA y el Pit -Cnt, no fue un mal negocio, porque movilizaron su aparato y casi ganan.

La coalición instala un discurso de que el FA se opone a todo. ¿Qué tanto le queda a la gente de eso?

Estamos en un país muy políticamente posicionado en dos bandos, no sé si es la grieta, no voy a entrar en esa discusión, pero frente al 95% de los temas los que votaron al gobierno lo miran de una manera y los que votaron a la oposición de otro. Es una polarización muy grande, pero no son todos. En el medio, hay un grupo de personas al que no le preocupa la política, le preocupa su trabajo, su vida cotidiana y son los que definen las elecciones.

¿El FA llega mejor parado a las elecciones que el oficialismo?

No sé, tal vez un poquito mejor parado. Siempre es más fácil ser oposición que gobierno.

 

FOTOS: LEONARDO MAINÉ

*Este artículo ya fue publicado en Forbes Uruguay del mes de Junio de 2023