La pantalla gigante del LATU (en donde se celebró una nueva edición de la MEGA Experiencia Endeavor) se tiñe de celeste y se escuchan los gritos de la selección Sub 20. Uruguay campeón, como la primera vez. Por un momento es 11 de junio de nuevo. La pantalla se apaga y el público es traído nuevamente al presente. Los focos apuntan a un hombre visiblemente emocionado. Aplausos. Marcelo Broli sonríe.
“Fue muy emocionante, pero viví los últimos minutos del partido muy tensionado”, reveló Broli. “No me sentí campeón hasta el silbato final. Y el equipo igual, muy sólido y enchufado hasta el último segundo”. Después de este pitido todo fue llanto y alegría. “Lloramos, nos abrazamos, nos reímos y lloramos de vuelta”, contó. “Sabemos lo que es el fútbol para la gente de Uruguay”.
Y si de algo también sabe Broli es de liderar equipos y de tratar con jóvenes. ¿Cómo entenderse con las generaciones más nuevas? “Ellos son diferentes porque el mundo es diferente”, explicó. “Tienen estímulos que nosotros no teníamos, por ejemplo, para ellos la imagen es todo”, dijo en relación a las redes sociales.
“¡Tenían peluquero cada dos días!”, dijo entre risas. “Si no entendés esas cosas marchás. Ahora viajan con peluquero. Si lo trasladás a nuestra época era impensable, pero el mundo cambió y hay que asumirlo”, consideró.
“Vivir con este mundo de pantallas tienen otras presiones, todo el mundo opina de ellos. Te pueden decir cualquier disparate, están mucho más expuestos”, destacó.
El director técnico de la selección aseguró que a los jóvenes de las nuevas generaciones “hay que entenderlos, hay que ayudarlos y hay que charlar con ellos”. Enfatizó que son “muy talentosos” y agregó que confía mucho en las nuevas generaciones, pero no únicamente en el fútbol. “En todo sentido, también en los profesionales, en la música, en el rugby, en todo”.
Respecto a “la soledad del líder” y una posible comparación entre un futbolista y un CEO al momento de resolver, Broli aseguró que “lo importante es tomar la decisión uno, más allá de consultar”. "Es hacerte cargo y digerirlo, porque en el fútbol puede pasar de todo y si quedaste con dudas y después salió mal te genera un dolor que ya lo aprendí desde los inicios de mi carrera”, dijo.
Respecto a las victorias, el entrenador aseguró que no tiene un lugar específico para trofeos porque prefiere quedarse con “lo vivido” antes de con “lo material”. Eso sí, la medalla del mundial duerme en su cuarto.