Berkshire Hathaway, la sexta compañía más grande de Estados Unidos por capitalización bursátil, no sería el gigante que es hoy en día si no fuera por el gran liderazgo de Warren Buffett, su director ejecutivo, y Charlie Munger, su vicepresidente.
Juntos, dirigen a más de 372.000 empleados, directa o indirectamente. ¿Cómo lo hacen? En el libro Warren y Charlie: lecciones sobre la inversión, los negocios y la vida, se explican sus claves.
Un mensaje para los trabajadores
“Sólo decimos dos cosas a la gente que trabaja para nosotros: 1) Piensa como si fueras el propietario de la empresa y 2) Comunica las malas noticias de inmediato. Podemos aceptar las malas noticias, pero no podemos aceptar las malas noticias tarde”, detalló Buffett en una de sus conferencias recopiladas en el libro.
Carta a los directivos
En esas cartas, Warren y Charlie les piden a sus ejecutivos el nombre de un sustituto por si les pasara algo esa misma noche y las razones.
Además, les recuerdan que la reputación es más importante que el dinero, ya que pueden permitirse perder dinero, pero no la reputación. Para esto, invitan a imaginar si les gustaría que lo que van a hacer saliera publicado en la portada de The Wall Street Journal.
Tanto él como su socio le dan más importancia a tener principios que a tener reglas, por lo que les escriben muy poco a sus directivos, solo una carta cada dos años.
“La clave es que tengamos directivos que se preocupen por detectar y corregir los malos comportamientos en cuanto se produzcan”, mencionó Warren.
Sueldo propio
A su vez, los magnates de las finanzas dejan claro que no cobran ningún tipo de incentivo más allá del sueldo de US$ 100.000 al año.
“Los grandes directivos tienen la obligación moral de no cobrar o cobrar poco. Nosotros dejamos de cobrar comisiones significativas muy jóvenes y con patrimonios modestos. Ojalá más gente siguiera nuestro ejemplo”, detalló Charlie.