Ema Delgado considera casi un mandato que cualquier persona que trabaje en una empresa familiar, antes, tenga otra experiencia laboral.
En su caso empezó en un banco, un mundo muy distinto al del bazar La Ibérica, negocio que actualmente dirige.
"En general las empresas familiares tienen una impronta supermarcada de fórmula del éxito, de que si algo siempre se hizo así, es la única manera. Haber trabajado en otro lugar al que le va bien y que hace las cosas de otra forma, aporta un enfoque nuevo que siempre suma", aseguró.
"Mi experiencia fue 100% diferente, pero muy útil desde todo punto de vista para mi trabajo actual. Fue un gran diferencial tener ese background financiero", afirmó.
Su paso por el banco empezó como una pasantía cuando tenía 21 y cursaba el tercer año de la carrera de Administración de Empresas. Después quedó efectiva y trabajó ahí durante tres años más. En ese tiempo aprendió desde redactar un mail formal hasta a gestionar créditos.
"La tarea era principalmente atender clientes, les conseguía tarjetas, hacía operaciones de cambio, giros al exterior. Hacía lo que hubiera que hacer, lo que se necesitara", recordó. En ese proceso aprendió que la flexibilidad es una de las habilidades más importantes para cualquier empleado."
"Saber adaptarse a los cambios y estar dispuesto a aprender sobre diversas tareas marcan el diferencial entre un colaborador que puede mantener se en una compañía y el que va a "quedar por el camino".
También entendió que la perseverancia es otra de las grandes cualidades necesarias para prosperar. "Cuando salí del banco y empecé acá me costó que tomaran mis ideas, tuve años de pagar derecho de piso. No es que por ser 'hija de' tomaban en cuenta todo lo que proponía, creo que incluso me costó el doble. Tuve que militar por cada una de mis pro puestas", dijo.
Una de las iniciativas que trajo de su anterior trabajo, fue la de capacitar a más personas en más tareas.
"Llegué en la época en la que cada uno tenía un departamento o una labor específica y eso me parecía muy ineficiente. Una de las primeras cosas positivas que logré fue que la gente supiera hacer más cosas de las que estricta mente hacía", contó.
"También aprendí un montón del que fue mi jefe. Tenía una personalidad particular, no se estresaba por nada y aunque manejaba las situaciones cotidianas con seriedad, también lo hacía con bastante liviandad. Él me dio esa mirada distinta a la hora de resolver inconvenientes los inconvenientes de cada día ", indicó.
Hoy, como directora del emprendimiento familiar, su consejo es poder vivir la mayor cantidad de experiencias posibles antes de tomar la decisión de liderar un negocio.
"Dirigir una empresa no es un trabajo full time, es full life. A veces uno idealiza los trabajos y por eso lo mejor es primero trabajar de cerca con alguien que dirija un lugar, para ver si de verdad es eso lo que quiere. Lo importan te es ser feliz", expresó.
*Este artículo fue publicado originalmente en Forbes UY del mes de octubre de 2024