Las lecciones sobre cómo liderar y renovar la imagen de una organización suelen venir del mundo corporativo. Pero la muerte del papa Francisco, ocurrida el lunes, ofrece una nueva fuente de enseñanzas a partir del hombre que supo guiar a más de mil millones de católicos en todo el mundo. Su legado en materia de liderazgo y rebranding puede inspirar a quienes hoy enfrentan desafíos similares dentro de sus propias compañías.
Durante los últimos 12 años, como máxima figura visible de la Iglesia Católica, Francisco le dio un nuevo rostro a la institución al poner el foco en su preocupación y amor por los niños, y al tomar postura sobre temas sensibles como el cambio climático, la inmigración y el conflicto en Gaza.
Uno de los ejes más importantes de su campaña de rebranding fue su rol como activista, como cuando pidió que se aceptara a las personas homosexuales. "Fue una ruptura dramática con la manera en que los anteriores representantes del Vaticano y la doctrina de la Iglesia solían hablar sobre la homosexualidad, describiéndola como 'un mal moral intrínseco' y un 'desorden objetivo'. El tono más aceptante de Francisco se transformó en uno de los grandes temas de su papado y, ahora, en parte central de su legado complejo", informó NBC News. También aprobó que los sacerdotes puedan bendecir a parejas del mismo sexo.

Su papado, sin embargo, no estuvo exento de controversias. En una ocasión, usó un término despectivo para referirse a los homosexuales. Francisco fue, en una palabra, auténtico. Incluso cuando cometen errores, los líderes auténticos en sus dichos y acciones son quienes más logran que otros los sigan.
Una lección clave de la "masterclass" de Francisco en rebranding fue su coherencia: sus acciones estaban alineadas con sus palabras.
Jensen Savage, CEO de la firma de marketing Savage Growth Partners, señaló que Francisco "lideró con el ejemplo (ya fuera eligiendo vivir en alojamientos modestos o lavando los pies de presos. No era algo performático, era consistente. Y esa consistencia genera una confianza profunda. En un contexto corporativo, los líderes que priorizan el servicio antes que el estatus suelen inspirar mayor lealtad, colaboración e impacto a largo plazo".
Los CEOs que heredan empresas dormidas o estancadas suelen buscar formas de sacudirlas, despertarlas y renovar su imagen. Teynse William, profesor adjunto de marketing digital en la Universidad de Florida Central, comentó que Francisco fue innovador al desafiar normas "dentro de una de las instituciones más tradicionales del mundo. Desde el cambio climático hasta la inclusión, no tuvo miedo de modernizar el mensaje sin comprometer la misión".
Construyendo puentes
Para lograr un liderazgo eficaz y que las estrategias de rebranding sean exitosas, los CEOs necesitan conectar con otros y tender puentes en lugar de levantar muros. Francisco fue un maestro en esto.
"El papa Francisco hablaba con frecuencia sobre la importancia del diálogo y de crear unidad, actuando como unificador. Se reunió con líderes mundiales de diferentes ideologías y religiones, ofreciendo puntos de encuentro en lugar de condenas", recordó Williams. "En los negocios, los líderes pueden adoptar esta filosofía fomentando la colaboración, tanto dentro de sus organizaciones como con socios externos. Al romper silos y cultivar una cultura de cooperación, podés impulsar el éxito colectivo de tu empresa. Tu trabajo no es tomar partido, es alinear a la gente detrás de una misión común y empujarla hacia adelante".

Ann Skeet, directora de ética del liderazgo en el Markkula Center for Applied Ethics de la Universidad de Santa Clara, explicó que Francisco, el primer papa jesuita, construyó puentes de tres maneras. "La primera es su humildad, que usaba para conectar con sus seguidores como diciendo 'miren, soy uno de ustedes'. La segunda es cómo promovía la conexión entre personas, sugiriendo que nos acerquemos a los vínculos que tenemos con otros, algo que resumía en la frase 'cultura del encuentro'".
La tercera fue la forma en que compartía su visión. "Dio una clase magistral sobre cómo construir una visión compartida. Desde temprano en su papado escribió sobre la necesidad de proteger y cuidar nuestra casa común, la Tierra, y ejemplificó el buen liderazgo ambiental que todos los líderes deberían adoptar", señaló Skeet.
Enfrentar temas difíciles
En el actual contexto empresarial, los CEOs enfrentan una creciente cantidad de temas complejos como la inteligencia artificial, las políticas de diversidad e inclusión, o los aranceles. La manera en que gestionen estos desafíos puede consolidar su imagen... o dañarla.
El Papa tampoco estuvo ajeno a los grandes problemas de nuestro tiempo, como la pobreza o el cambio climático.
"Francisco nunca evitó enfrentar los temas más difíciles. Su valentía para abordarlos de frente es un ejemplo para los ejecutivos, que deben estar dispuestos a tratar asuntos incómodos y liderar transformaciones complejas", opinó Williams. "Hoy, las empresas tienen consumidores y grupos de interés que exigen honestidad e integridad. Al ser transparentes, sobre todo en tiempos de crisis, los líderes pueden construir y mantener credibilidad, y generar confianza dentro y fuera de sus organizaciones".
Credibilidad
Los CEOs que esperan respeto solo por su título muchas veces lo único que consiguen es que cueste más respetarlos y que sus estrategias de rebranding fracasen. El respeto verdadero se gana con acciones, palabras y la forma en que conectan con los demás.
"Ya sea que lideres una organización global o un estudio jurídico en crecimiento como el mío, tu capacidad de liderar depende de cuán bien conectes con otros: con propósito, con empatía y con verdad", dijo Brittany Truszkowski, directora de operaciones de Grand Canyon Law Group. Francisco "encarnó un liderazgo basado en el servicio, de una forma que trasciende lo religioso o político. Priorizó la escucha sobre el sermón, la simplicidad sobre el espectáculo y a las personas sobre el poder. Eso es raro en cualquier rol de liderazgo", remarcó.
Humildad y cercanía
Francisco nunca permitió que su rol y su estatus generen una barrera entre él y aquellos a quienes servía, lo cual reforzó su estrategia de rebranding.
"Practicaba la humildad tanto en su vida personal como en su forma de liderar. En lugar de vivir en los lujosos departamentos papales, eligió alojamientos más simples. Cambió su título de 'Santo Padre' por el de 'Obispo de Roma' y se mantuvo accesible para personas de todos los sectores", señaló Phillip B. Wilson, presidente y asesor general de la consultora LRI Consulting Services.
"Los ejecutivos que están abiertos a diferentes puntos de vista y buscan colaborar, pueden conectar más fácilmente con sus empleados. Como dijo el propio Francisco: 'Me gusta cuando alguien me dice 'no estoy de acuerdo'. Ese es un verdadero colaborador'. Muchos líderes no toleran ser enfrentados, especialmente en público. Francisco demostró que los verdaderos líderes no creen tener todas las respuestas y están abiertos a disentir y recibir sugerencias de quienes lideran", agregó Wilson.
"Francisco siempre estuvo dispuesto a escuchar incluso a quienes pensaban distinto. Un día antes de su muerte, se reunió con el vicepresidente J.D. Vance, con quien tuvo desacuerdos públicos sobre la política migratoria de Estados Unidos", recordó el especialista.
La muerte de Francisco vuelve a poner el foco sobre cómo lideró y transformó la imagen de la Iglesia Católica durante los últimos doce años. Para los CEOs que enfrentan sus propios desafíos de branding y rebranding, analizar su estilo de liderazgo puede ser una fuente valiosa de inspiración.
Nota publicada en Forbes US.