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Liderazgo

Guía práctica para crear equipos de alto rendimiento

Daniel Colombo Facilitador y Máster Coach Ejecutivo

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Los equipos eficaces mantienen una línea de excelencia óptima permanente y se autodesafían a seguir creciendo y evolucionando.

13 Octubre de 2024 15.15

¿Qué diferencia tienen los equipos comunes con los llamados de alto rendimiento? Básicamente, es que los primeros pueden alcanzar de a tramos desempeños extraordinarios, aunque no como una constante. En ese punto se asemejan más a un grupo que a un equipo. Los de alto desempeño mantienen una línea de excelencia óptima permanente, y se autodesafían a seguir creciendo y evolucionando.

Y entonces, ¿qué hace que un equipo sea verdaderamente excepcional? La respuesta se encuentra en un enfoque estratégico que aborda cuatro aspectos fundamentales: alineación, impulso, resiliencia y colaboración. Estos pilares, cuando se aplican eficazmente, no solo aumentan la productividad, sino que también promueven un ambiente de trabajo positivo y proactivo. 

En este artículo vamos a explorar cómo implementar estos principios para transformar equipos y alcanzar metas ambiciosas.

1. Alineación:

La alineación asegura que todos los miembros del equipo compartan una visión y misión común, lo que los motiva hacia un objetivo claro.

  • Misión y visión: Establecer un propósito claro que inspire y guíe a todos los integrantes. Buscar que el personal se identifique con esta misión y visión, en la mayor de aspectos posibles.
  • Planificación estratégica: Diseñar un plan de acción que articule los pasos necesarios para alcanzar los objetivos. La claridad y definiciones contundentes del rumbo son esenciales para lograr la cohesión y unión de voluntades para alcanzar el resultado.
  • Valores: Definir y comunicar los valores fundamentales que guiarán las decisiones y comportamientos del equipo.

2. Impulso:

El impulso se refiere a la energía y al liderazgo que impulsa al equipo hacia adelante. Es más: siempre comparto como coach ejecutivo que el impulso necesita ser hacia adelante y hacia arriba. Puedes lograrlo articulando estos tres aspectos:

  • Liderazgo y distribución: Asignar roles de liderazgo claro y fomentar la autonomía dentro del equipo.
  • Gobernanza y rendición de cuentas: Establecer estructuras de gobernanza que permitan la responsabilidad y la toma de decisiones eficiente. La gobernanza se refiere al conjunto de procesos, reglas, y prácticas mediante los cuales se dirige, controla y supervisa una organización para asegurar su eficiencia, transparencia y cumplimiento de objetivos estratégicos. Son también factores esenciales de la cultura empresarial.
  • Roles y responsabilidades: Definir y comunicar las responsabilidades de cada miembro para evitar confusiones y solapamientos. Buscar diseños de líneas de sucesión en puestos, para evitar discontinuidades en la operación.

3. Resiliencia:

Un equipo resiliente puede adaptarse y superar los desafíos que surgen en el camino.

  • Preparación para el cambio: Capacitar al equipo para ser flexible y adaptable ante nuevas situaciones. Esta transformación requiere a veces de cambio de mentalidad, empresarial y en cada miembro colaborador.
  • Conocimiento y habilidades: Fomentar la formación continua para que los miembros desarrollen habilidades relevantes. 
  • Gestión de conflictos: El disenso siempre es bienvenido en los equipos de alto rendimiento; aunque si se presentan conflictos, lo ideal es implementar estrategias efectivas para resolverlos de manera constructiva. Por ejemplo, las herramientas de comunicación asertiva y de negociación en la escala del equipo, podrían ser sumamente útiles para que los conflictos no escalen a niveles mayores. 

4. Colaboración:

La colaboración efectiva es la base para un trabajo en equipo exitoso. Se relaciona con el apoyo, la red de contención, el soporte mutuo y el acompañamiento tácito o explícito de líderes, y de cada miembro, en un ida y vuelta virtuoso.

  • Cultura: Promover una cultura de confianza y apoyo mutuo donde cada miembro se sienta valorado.
  • Información en tiempo real: Garantizar que la información fluya de manera abierta y eficiente dentro del equipo. Evitar disconformidades y resolver las conversaciones difíciles en el menor tiempo posible, sin postergarlas.
  • Infraestructura social: Crear oportunidades para que los miembros se conecten y fortalezcan sus relaciones interpersonales, y que, en el tiempo, puedan conocerse más allá del ámbito profesional, si a cada uno le parece pertinente.

 

Por dónde empezar: 3 primeros pasos 

Si deseas convertir equipos a su más alto desempeño, necesitas saber que se trata de un proceso minucioso, con precisión quirúrgica, y sostenido en el tiempo. Aquí tienes una breve guía para arrancar:

  1. Definir y comunicar la visión del equipo: Comienza por asegurarte de que todos comprendan la misión y los objetivos del equipo. Esto proporciona un propósito común y motiva a los miembros a trabajar hacia la misma meta. 
     
  2. Fomentar la participación activa: Involucra a todos los miembros del equipo en la toma de decisiones. Esto no solo aumenta el compromiso, sino que también aprovecha la diversidad de perspectivas y habilidades dentro del equipo. Consensúa, abre la puerta a los aportes individuales, y considera puntos de vista que, tal vez por los puntos ciegos del liderazgo, no habías contemplado.
    Otro punto estratégico es reconocer y felicitar como práctica habitual. En este sentido, utilizar el feedback y el feedforward (feedback hacia el futuro), será sumamente útil para nivelar y entusiasmar más a las personas, a la vez que facilitas instancias de desarrollo. Piensa también en recibir feedback, no sólo darlo, ya que, de esta forma, creas equipos colaborativos más horizontales.
     
  3. Implementar reuniones de revisión regulares: Sin abusar y haciéndolas con total efectividad y corta duración, realiza reuniones periódicas para revisar el progreso y ajustar las estrategias según sea necesario. Sugiero que estas reuniones sean abiertas y centradas en la mejora continua, permitiendo que todos expresen sus ideas, desafíos y sean conscientes de los niveles de avance o retroceso que pueda tener el equipo. 

Como has visto, construir un equipo de alto rendimiento no es un accidente; es el resultado de una planificación estratégica y una ejecución cuidadosa. Y todo comienza no en los colaboradores, sino en un liderazgo consciente y comprometido con el éxito colectivo.

 

Daniel Colombo

Facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 33 libros. LinkedIn Top Voice América Latina. Coach profesional certificado por ICF en su máximo nivel, Coach certificado, Miembro y Mentor en Maxwell Leadership, el equipo de John Maxwell. 

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