Fabrizio Patritti, director de centros educativos Impulso: "La alfabetización es un desafío gigante que deberá afrontar el nuevo gobierno"
El experto analizó la realidad actual de la educación uruguaya, los avances de la transformación educativa del período liderado por Lacalle Pou y lo que aún queda por hacer.

"Las oportunidades de calidad transforman la vida de la gente". Tras 11 años liderando el proyecto de la Fundación Impulso en Casavalle, proyecto que él mismo ideó, a Fabrizio Patritti difícilmente pueda refutársele esta frase. Hoy es el director general ejecutivo de los Centros Educativos Impulso. 

Antes fue el director del liceo Impulso, el primer paso que dio la fundación, con el objetivo de acortar la brecha educativa y atacar la deserción estudiantil en un contexto vulnerable. Los resultados hablan por sí solos. Aquel liceo que comenzó en 2013 con 100 alumnos, actualmente es solo una parte del proyecto Impulso, que hoy cuenta también con un bachillerato, un bachillerato tecnológico bilingüe (UTU) y una escuela primaria. 

En total, atiende a 1.350 estudiantes, en un campus de 10.000 metros cuadrados techados más espacios abiertos. "Es el proyecto educativo con estas características más grande de todo el Uruguay".

Fabrizio Patritti. Fotos: Nicolás Garrido.

Si de oportunidades se trata, mientras que a nivel nacional el egreso de bachillerato llega al 50%, en Impulso alcanza el 80%. En 2023, el 98% de los 668 alumnos de la escuela primaria de Impulso aprobaron el curso. A su vez, el mismo porcentaje de estudiantes de sexto año promovió al séptimo con nivel medio - alto.

Patritti, también quien es profesora de Filosofía en la educación pública, entiende que la alfabetización, la inclusión y el uso de la tecnología para el aprendizaje con criterio pedagógico son los grandes desafíos educativos de Uruguay en los próximos años. 

¿Qué evaluación hacés de la situación actual de la educación en Uruguay?

Actualmente, luego de una transformación lo importante es la búsqueda de acuerdos para poder responder con calidad a todos los procesos. Creo que se está en la búsqueda, en el camino, pero se necesitan acuerdos importantes y, sobre todo, explorar sin timidez experiencias piloto para ver qué funciona en cada centro. 

En lectura, escritura y en una serie de procesos básicos, todavía hay mucho para andar, atender y responder. Cuando en Impulso teníamos solamente la secundaria, los chicos llegaban con un nivel de lectoescritura y razonamiento lógico similar al de segundo o tercero de primaria. Esas brechas existen. Estamos preocupados; a nivel nacional existe preocupación.

Fabrizio Patritti. Fotos: Nicolás Garrido.

¿Considerás que la reforma educativa que impulsó el gobierno saliente va por el camino correcto?

Entendiendo que la reforma del gobierno saliente es una transformación general, pero el foco ha estado en el currículum y la formación curricular en los distintos niveles. Este es un punto de los muchos que habrá que trabajar. Creo que hay que aterrizar el trabajo en los centros, para ver cómo con la autonomía necesaria y las herramientas que tienen pueden generar una mejor capacidad de respuesta.

Precisamente uno de los temas en el que trabajaste durante años en la ANEP, a través del programa Promejora, es la descentralización de los centros educativos. ¿Hubo avances en ese sentido?

Autonomía no significa estar solos, todo lo contrario, significa tener un acompañamiento técnico y especializado que permita a los centros cumplir sus metas y desarrollar proyectos. Entiendo que sí hubo un silencio en esas políticas y que sería interesante poder revisitar esos espacios. 

Se necesita generar experiencias pilotos más radicales y no generar lineamientos tan generales, que luego no repercuten en el territorio. Entonces, hay que ver cómo esta transformación curricular se hace carne en cada uno de los centros, para realmente lograr resultados. Esa es la gran dificultad.

¿Qué expectativas tenías respecto a la gestión del gobierno electo?

Las expectativas siempre son positivas. En este tiempo de campaña no hemos visto rupturas, sino más que nada búsqueda de entendimientos y posibilidad de organizarse para mejorar lo que se tenga que mejorar y sostener aquellos proyectos que estén generando resultados.

Fabrizio Patritti. Fotos: Nicolás Garrido.

¿Cuál es el mayor desafío en educación que deberá afrontar el gobierno electo?

Hay varios. El de la alfabetización es un desafío gigante. Estamos hablando de un proceso muy fuerte, que no solo consiste en saber leer y escribir, sino en procesos de comprensión básicos. También hay un desafío enorme respecto a la inclusión. Hay que ver qué herramientas tiene cada uno de los centros para generar espacios de aula inclusivos y para repensar espacios y tiempos para cada uno de los alumnos. 

En contextos de pobreza hay que a partir de cosas más elementales, como una asistencia lo suficientemente robusta, que permite generar espacios de aprendizaje. Si la asistencia es intermitente, como está ocurriendo en nuestro país, es más complicada. Se debe generar una cultura donde la inasistencia sea un problema pedagógico y el estar sea parte del aprendizaje. Otro desafío es el uso de la tecnología para el aprendizaje con criterio pedagógico.

Impulso nació con el objetivo de acortar la brecha educativa existente en Uruguay. ¿Entendés que se está cumpliendo con eso?

¿Se pueden generar acciones para eliminar la brecha de aprendizajes? Sí, se puede. Los chicos lo demuestran todo el tiempo. Mientras que a nivel nacional el egreso de bachillerato aumentó a un 50%, en Impulso estamos alcanzando el 80%. Entonces, incluso en el contexto más difícil se pueden romper ciertos formatos de lo esperado. No era solo un sueño, es una realidad que se puede generar, aunque nadie dijo que fuera fácil.

¿En qué se palpa ese "se puede" en el día a día, en la vida de las familias, del barrio?

La clave de Impulso y de estos proyectos en el mundo es transformar vidas. Marcar con radicalidad que tu lugar de origen no determina tu futuro. Es duro porque está todo dado para que eso suceda, pero después de 12 años seguimos sosteniendo con fuerza que las oportunidades de calidad transforman la vida de la gente. 

Al tener 1.350 alumnos, cada día solemos tener 50 problemas distintos, pero cuando te acercas a un padre y te dice orgulloso que su hijo empezó a leer, aunque pensaban que era imposible por tal dificultad; o cuando una exalumna te escribe desde otro lugar del mundo contándote que es azafata en el lugar que siempre soñó conocer, uno termina el día diciendo, vale la pena.

Fabrizio Patritti

¿Volverías a trabajar en la administración pública?

La función pública me encanta. Uno siempre tiene que estar donde le permitiremos desarrollarse, entonces no me cerraría a nada. Ahora en Impulso soy el director general ejecutivo. Pienso que el proyecto tiene aún mucho para crecer y ojalá yo le pueda aportar mucho más. Me apasiona, pero siempre estoy atento a colaborar y trabajar en áreas en las que pueda brindar algo más a nuestro país.

¿Soñás con una universidad Impulso?

Entiendo que la fundación no nació pensando en el nivel universitario. Creo que sería excesivo de nuestra parte. En lo personal sueño con que Impulso pueda replicarse o existir experiencias similares, a las que podamos apoyar, en otras zonas del país. Creo que Uruguay debería estar mapeado de centros educativos como Impulso, con su propia identidad y trabajando con lo que llamamos altas expectativas. 

¿Por qué Uruguay no podría tener una red de escuelas, en la que lo más importante no sea si son públicas o privadas, sino si efectivamente logran dar respuesta al problema de la brecha educativa entre los que tienen y los que no tienen?

Fotos: Nicolás Garrido

*Este artículo fue publicado originalmente en la edición impresa de Forbes Uruguay de febrero de 2025. Para suscribirte y recibirla bimestralmente en tu casa, clic acá.