Desde la pandemia de Covid-19, los empresarios incorporaron algunas maniobras ocultas como el "recorte silencioso" y la vigilancia de los empleados para aplacar las necesidades del negocio y estabilizar a su personal. Un estudio reciente reveló que el 79% de los empleados dicen estar bajo presión constante para "demostrar" que están trabajando.
Muchos trabajadores están tomando represalias contra el control, rebelándose con ciertas tácticas para evitar el trabajo, como la renuncia silenciosa , "coffee badging, las vacaciones silenciosas" u otras políticas en la sombra.
El teatro de la productividad
A medida que el silencioso tira y afloja continúa, también lo hacen las sospechas y la desconfianza en ambos bandos. La mala cultura del lugar de trabajo también dio lugar al resentismo (mezcla de resentimiento y presentismo), tendencia similar al abandono silencioso, cuando los empleados resentidos hacen lo mínimo debido al agotamiento y a la sensación de que se les aprecia poco.
Se dan cuenta de que tienen que permanecer en su trabajo actual debido a las obligaciones y responsabilidades financieras, pero no están preparados para abandonar el puesto por una u otra razón. Esta mentalidad improductiva, que perjudica la dinámica laboral, está afectando a pequeñas y grandes empresas de todo el mundo.
El año pasado, un estudio de Visier informó de un fenómeno llamado "teatro de la productividad" en el que la visibilidad del trabajo se convirtió en algo más importante que la productividad real. El estudio muestra que cuando las empresas presionan a los empleados para que rindan con el fin de recortar costos, los trabajadores reaccionan dando prioridad a tareas que les hacen verse como productivos frente a la dirección en lugar de realizar un trabajo que realmente impacte en los resultados.
Casi la mitad (43%) de los empleados dedican más de 10 horas semanales al "teatro de la productividad". La mayoría (75%) afirma que responde a sus colegas lo más rápido posible o que mantiene prendida la pantalla de su PC mientras no está trabajando activamente.
Un número espectacular (88%) de trabajadores cuyos empleadores usan herramientas de vigilancia está de acuerdo en que el trabajo performativo contribuye a su éxito profesional, pero que las herramientas de vigilancia hacen más mal que bien.
Qué es el 'Mouse Shuffle' y por qué es malo para la salud mental
Probablemente escuchaste la frase popular: "Bailá como si nadie te estuviera viendo". Ahora llega la tendencia llamada "Mouse Shuffle" que anima a los empleados a trabajar como si sus jefes estuvieran mirando. Esta inquietante costumbre apareció con el trabajo a distancia, donde los empleados fingen productividad moviendo constantemente el mouse o figurando online, causando ondas de preocupación en todas las culturas del lugar de trabajo, según David Campbell, consultor organizativo de Brand Rebellion.
Según una encuesta reciente deForbes Advisor,el 43% de los empleados dijo que su actividad en línea es vigilada en 2024, y el 25% admite fingir estar en línea mientras realiza actividades no laborales. Por otro lado, es un 12% más probable que los trabajadores estén contentos con su trabajo cuando tienen libertad y autonomía en su entorno laboral.
La gente pasa el tiempo buscando parecer ocupada en lugar de centrarse en las tareas reales.
Según Campbell, el "Mouse Shuffle" es una tendencia en la que los empleados en entornos de trabajo remotos o flexibles sienten la necesidad de mostrarse continuamente ocupados y online para parecer productivos. Este comportamiento deriva de las dificultades para adaptar las medidas tradicionales de productividad (de ser visto en una computadora) a los escenarios de trabajo a distancia, lo que lleva a los empleados a enfatizar en exceso su presencia, incluso cuando no es esencial.
El consultor explicó que los trabajadores mueven el mouse para parecer ocupados porque les preocupa parecer desinteresados o vagos. Añadió que están atrapados en el pensamiento de la vieja escuela de que ser visto equivale a trabajar duro. Según Campbell, este comportamiento puede provocar más estrés y menos trabajo real.
Además, el software para comprobar si el empleado está en línea puede potenciar este comportamiento de simplemente mover el mouse, ya que valora más el parecer ocupado, que los resultados reales del trabajo. Esta tendencia sugiere que las empresas no confían plenamente en sus empleados y podrían no entender cómo es la verdadera productividad en un entorno de trabajo moderno y remoto.
Campbell afirma además que simplemente mover el mouse es malo para la salud mental y la satisfacción laboral: Tratar constantemente de parecer ocupado puede hacer que la gente se sienta estresada y demasiado vigilada".
Cómo reducir esta preocupante tendencia
"Si las empresas empiezan a confiar más en los empleados y se centran en el trabajo que producen, no en cuánto parecen estar trabajando, esta tendencia podría desaparecer", señaló Campbell. "El resultado podría ser un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal y unos empleados más felices". Sugirió que las compañías deben medir el éxito por los resultados, no por cuánto tiempo parece estar trabajando alguien.
"Deberían confiar en que los empleados gestionen su tiempo y se centren en alcanzar objetivos, no en estar online todo el tiempo", añadió. Sugiere la necesidad de cambios culturales y organizativos para valorar el rendimiento y los resultados por encima de la mera visibilidad. Los empresarios deben centrarse en crear una cultura basada en la confianza, en la que el rendimiento se mida por los logros, para abordar la tendencia de forma eficaz y promover una plantilla sana, productiva y comprometida.
Entonces, ¿Qué impulsa el peculiar Mouse Shuffle? se pregunta Campbell. Su origen está en la dificultad para adaptar las medidas tradicionales de productividad de ser visto ante una computadora a los escenarios de trabajo remoto, lo que lleva a los empleados a exagerar su presencia virtual, incluso cuando nadie los obliga.
Esta fachada de estar ocupados tiene un costo, advierte Campbell. Engendra un sentimiento de estrés y culpabilidad y, en última instancia, conduce a un desplome del trabajo real realizado. En lugar de centrarse en las tareas sustanciales, los trabajadores se encuentran atrapados en un ciclo de aparentar estar ocupados, con frecuencia dedicándose a actividades triviales como el chat o los mensajes de Slack.
Campbell identifica el problema subyacente como de confianza. "La proliferación de software diseñado para supervisar la actividad informática de los empleados no hizo más que exacerbar la epidemia de movimiento del mouse", argumentó. Este tipo de 'espionaje informático' suele ir en detrimento de la cultura general del lugar de trabajo, porque valora más parecer atareado que realizar un trabajo real. También sugiere que las empresas no confían plenamente en sus empleados y podrían no entender cómo es la verdadera productividad en un entorno de trabajo moderno y remoto.
De ese modo, sólo cuando las empresas empiecen a confiar más en los empleados y a centrarse en el trabajo que producen -y no en cuánto parecen estar trabajando- esta preocupante tendencia empezará a desaparecer. El resultado sería un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal y empleados más felices.
"Las empresas deberían medir el éxito por los resultados, no por cuánto tiempo parece estar trabajando alguien", aconsejó el consultor. "Deberían confiar en que los empleados gestionen su tiempo y se centren en alcanzar objetivos, no sólo en estar online todo el tiempo".
Desde el punto de vista de Campbell, el "Mouse Shuffle" representa la necesidad de cambios culturales y organizativos que valoren el rendimiento y los resultados por encima de la mera visibilidad. "Fomentando una cultura que priorice la producción por encima de la visibilidad, los empresarios pueden reducir su preocupación y cultivar un personal más sano, productivo y comprometido", concluyó.
"Es hora de decir adiós a la era del 'trabajador ocupado' y abrazar un futuro en el que reinen la confianza y los resultados".
Nota publicada en Forbes US.