Forbes Uruguay
7 Marzo de 2025 16.25

Marcela Dobal Directora de Forbes Uruguay

El innovador plan de Carmen Correa para captar fondos que apoyen a 500.000 mujeres en América Latina

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La directora ejecutiva de Pro Mujer es uruguaya e integra el ranking Forbes 50 Over 50. Con un portafolio anual de US$ 200 millones y difícil de ampliar, estos son los grandes desafíos a los que se enfrenta en 2025.

Es uruguaya e integra el ranking internacional Forbes 50 Over 50, que reconoce a mujeres mayores de 50 años liderando el cambio social en todo el mundo. Carmen Correa es directora ejecutiva de Pro Mujer, una empresa social que trabaja para mejorar la equidad de género en América Latina con foco en servicios financieros, salud y educación. En un contexto internacional desafiante, Correa liderará en 2025 una importante transformación en la estrategia de Pro Mujer. 

Con operaciones en 23 países, la organización trabaja hace 35 años en la región y se propuso alcanzar como mínimo a 500.000 mujeres este año. Cuenta con un portafolio de más de US$ 200 millones anuales para apoyar a emprendedoras, pero para ampliar su impacto trabajará con fintechs y bancos digitales. Correa está tejiendo esas alianzas que en unos meses verán la luz.

Esta inquieta directora, que viaja una semana sí y otra no por la región (y por EE.UU. para visitar a financiadores y donantes), hizo un alto a su agenda para conversar con Forbes Uruguay.

A lo largo de su historia, Pro Mujer desembolsó US$ 4.400 millones en microcréditos. ¿Qué impacto tienen esos fondos? 

Ayudamos a mujeres que no tuvieron posibilidad de acceder a crédito o a una educación para desarrollar sus emprendimientos. Muchas veces pasan varios años con Pro Mujer, van progresando, su emprendimiento crece y tienen capacidad de ser atendidas por instituciones financieras. Generamos oportunidades y vemos cambios radicales en ellas y sus entornos. Gracias al acceso al financiamiento, pueden salir de círculos de violencia de género. 

¿Cuál es el diferencial de ProMujer versus otras instituciones microfinancieras?

Que atendemos a la mujer de una forma integral. Nuestro modelo es holístico. No miramos solo garantizar la inclusión financiera, sino que también damos acceso a educación para un mejor uso de los fondos que otorgamos. Esos US$ 4.500 millones que desembolsamos son de pequeños préstamos que promedian los US$ 1.000, pero algunas comienzan con US$ 150. También nos ocupamos de su salud, porque sin buena salud tampoco podrán alcanzar su máximo potencial.

Carmen Correa, directora ejecutiva de Pro Mujer. Foto: Nicolás Garrido.
Carmen Correa, directora ejecutiva de Pro Mujer. Foto: Nicolás Garrido.

Los avances en tecnología potenciaron la expansión de los servicios financieros. ¿Cómo los aprovechan en su caso? 

Desarrollamos una plataforma, Pro Mujer Digital, con el apoyo de Google. Nos permite otorgar créditos en formato digital. Ahora hay un sinfín de fintechs y bancos digitales. Pensamos que podríamos trabajar con ellos y por eso estamos haciendo un gran cambio en nuestra estrategia y nuestra forma de hacer. 

En algunos casos no necesariamente Pro Mujer tiene que ser el operador financiero, sino que puede apoyarse en una fintech, un banco digital o incluso en otra institución financiera que otorgue el crédito, mientras que nosotros traemos el conocimiento y la perspectiva de género. 

Hoy tenemos un portafolio de más de US$ 200 millones que colocamos año tras año, pero ese es un "techo" y nos limita la cantidad de mujeres que podemos alcanzar. Si trabajamos con otros, ampliamos nuestro alcance y aceleramos los cambios.

¿Qué metas para 2025 trae aparejada esa nueva estrategia?

Es un momento muy desafiante para estar al frente de la organización. Siempre me gustó adentrarme en proyectos con mucha perspectiva de crecimiento o mejoras, pero sin tener nada asegurado. Queremos llegar al menos a medio millón de mujeres en la región en el año. Vamos a sumar productos y servicios basándonos en la tecnología.

Estamos desarrollando nuevos chatbots en salud. Ya tenemos tres: uno de cáncer de mama, uno de diabetes y otro sobre salud sexual y reproductiva. Estamos sumando también teleatención en salud y capacitando promotoras comunitarias. Por otra parte, incorporamos mucha inteligencia artificial (IA) en la plataforma de Emprende Pro Mujer, que da un sinfín de herramientas a emprendedoras. 

¿Con qué fintechs o bancos digitales van a trabajar?

Tenemos varias alianzas en puerta y en los próximos meses habrá novedades. Todavía no están los contratos firmados. Nos preocupa que ninguna mujer se nos quede atrás

Te criaste hasta los cinco años en Colonia. Tu trabajo te llevó a vivir varios años en Washington. ¿Cómo valorás esos momentos de tu vida?

Sí, de niña vivía en los Cerros de San Juan, porque mi padre es ingeniero agrónomo y él administraba esa zona. Tuve una infancia sumamente linda, contacto con la naturaleza, y a lo largo de los años pude recorrer todo el país por el trabajo de mi padre. Estudié en Montevideo. 

Cuando me fui a Washington a trabajar en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) fue una experiencia fabulosa. Me permitió conocer la realidad de toda América Latina y sus oportunidades. Sentí un llamado de devolverle a la región y a mi país lo que había conocido afuera. Regresé a Uruguay en 1999. 

Al volver conociste a "Pancho" Ravecca, empresario hoy reconocido por Aguada Park, Kinko y Zona Franca del Plata. ¿Cómo se conectaron?

Para los dos fue un momento muy especial, porque estábamos regresando de EE.UU. Él venía de trabajar muchos años y hacer su máster en Harvard. Nuestros padres se conocían desde la infancia y nos sugirieron juntarnos: "Capaz que tienen alguna idea, desarrollan algo...". 

Así nació Ravecca Solari y Asociados, donde yo era la asociada. Empezamos a desarrollar proyectos de inversión en Uruguay, buscando financiadores o inversores afuera. Rápidamente, Pancho trajo la oportunidad de lanzar deremate.com. Un día llegó a la oficina y dijo: "Carmen, ¿podremos lanzar deremate.com acá mañana?". Le respondí: "¡por supuesto!". 

¿Cómo fue emprender en el boom de las puntocom? 

Mucha vorágine. Fue un aprendizaje fabuloso. Creamos un gran equipo y fue un éxito, teníamos deremate.com con carteles por toda la ciudad. Al año, llegó la oportunidad de traer Endeavor. Era la tercera oficina a nivel mundial. Teníamos que explicar qué era un emprendedor... Conocimos a referentes internacionales, pudimos visitar las oficinas de Google, viajar a la India, a Israel.

El ecosistema creció mucho en Uruguay en 25 años. ¿Por qué todavía tan pocas emprendedoras logran un impacto económico grande?

Persisten las barreras estructurales. El 73% de las empresas lideradas por mujeres sigue sin acceder al tan necesario financiamiento. Por eso no logran un crecimiento más exponencial. Solo el 6% de los fondos de inversión están colocados en empresas lideradas por mujeres. 

Si hablamos de bancos, varios sesgos llevan a que las mujeres tengan 15% más probabilidad de que no se les otorgue el crédito que los hombres. Por eso, creamos hace dos años el Gender Knowledge Lab (GKL), con el que apoyamos a organizaciones e instituciones financieras que quieran incorporar esta perspectiva de género y no sepan cómo. Además, todos los años realizamos el Gender Lens Investment Forum, que reúne a inversores, emprendedoras, académicos, ONG y corporaciones. 

¿Cómo convencer a quienes piensan que no es rentable invertir en mujeres?

Las falsas creencias se derriban con casos de mujeres exitosas, pero también con datos. Las mujeres son mejores pagadoras y, si bien reciben 50% menos de inversión que los hombres, esas inversiones rinden 20% más. Los datos demuestran que hay que invertir mucho más en ellas. Tenemos más de 150 indicadores que compartimos con nuestros financiadores, fondeadores y donantes.

Carmen Correa, directora ejecutiva de Pro Mujer. Foto: Nicolás Garrido.
Carmen Correa, directora ejecutiva de Pro Mujer. Foto: Nicolás Garrido.

¿Qué le dirías a una emprendedora para alentarla?

Que se anime, que busque organizaciones que están para apoyarla. Uruguay es un país hasta privilegiado por el ecosistema emprendedor que tiene, con apoyos para hombres y mujeres. 

Las mujeres son muy buenas emprendiendo. Tienen una resiliencia única. Siempre digo que son guerreras.

Con la asunción de Donald Trump en EE.UU. se abrió un nuevo contexto global, ¿cómo incide en la captación de fondos para empresas sociales de América Latina?

Estamos en un mundo bastante polarizado y con cambios acelerados. Hablamos de un backslash, de un retroceso en temas de diversidad, equidad e inclusión, género y migración... Si bien vemos un retroceso en algunos gobiernos y corporaciones, también hay una cantidad que siguen muy firmes y comprometidos en trabajar estos temas. Lo vi cuando estuve en el Foro de Davos.

¿Cómo impacta ese contexto en el acceso a fondos?

Las medidas de congelación de fondos a las agencias de desarrollo de EE.UU. tendrán un impacto negativo importante en la comunidad de organizaciones sin fines de lucro. Será desafiante lograr acceso a estos fondos filantrópicos, pero en el caso de Pro Mujer esto trae la oportunidad de trabajar en la sostenibilidad de la organización de manera diferente. Estamos buscando nuevas fuentes de financiamiento, quizás en otros continentes, y que se desarrollen nuevos instrumentos. Eso es clave.

¿Hay ideas de esos instrumentos sobre la mesa?

Algunos funcionaron muy bien. Con Pro Mujer hace dos años lanzamos dos bonos de género en Argentina, atados a ciertas métricas, y cumplimos con cada una de ellas. Son instrumentos que se desarrollaron sobremanera en América Latina y los seguiremos viendo, en temas género, ambientales y otros más. Creo que veremos más instrumentos de pago por resultados.

¿Y el mundo cripto? ¿ves una ventana ahí?

Sin duda puede generar oportunidades. Hay un sinfín de riesgos también. En algunos casos puede ser interesante y una forma de hacer. No es para todos ni para todas las organizaciones.

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