Uruguay cuenta con condiciones de excelencia para el desarrollo del hidrógeno verde y derivados. A partir de ese diagnóstico, el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) diseñó la “Hoja de Ruta de Hidrógeno Verde en Uruguay a 2040”. Varias de las empresas que iniciaron la primera fase de la transformación de la matriz energética uruguaya con fuentes renovables hace casi dos décadas atrás, ahora están apuntando a sumarse a esta nueva fase de desarrollo de generación limpia.
El hidrógeno verde es vector capaz de almacenar y transportar energía. Tiene la ventaja de que es muy versátil, ya que puede utilizarse directamente o combinarse con otros elementos para producir nuevos productos. Es de aplicación para los sectores de transporte terrestre, marítimo y aéreo así como para uso industrial, doméstico y para estabilización de los sistemas energéticos renovables.
El proceso es limpio y no tiene emisiones de CO2. Uno de sus grandes potenciales está en que es energía almacenable que se puede comprimir y transportar de un lugar a otro.
Se estima que la flota de transporte pesado en Uruguay para 2030 será del orden de 21.700 vehículos y para 2040 se acercará a 23.300 vehículos. La hoja de ruta fija un escenario optimista que prevé que 2030 en el 30% de la flota (6.500 camiones) pueda contar con celdas de combustibles con hidrógeno (FCEV, fuel-cell electric vehicle), porcentaje que puede llegar al 75% (17.500 vehículos) en 2040.
Para el año 2040, se proyecta que la adopción de las aplicaciones de transporte terrestre con hidrógeno crecería hasta alcanzar una facturación anual de US$ 420 millones.
En el caso de los fertilizantes verdes, el hidrógeno permitiría reemplazar el 20% de las importaciones de U urea al año para 2030 y del 80% para 2040. Según el MIEM, la demanda de agua necesaria para la producción de hidrógeno verde propuesta en su hoja de ruta “es notoriamente menor respecto a demandas actuales de sectores agrícolas e industriales en el país”.
Teniendo en cuenta la potencialidad de sus recursos y las metas establecidas, para 2040 la producción de hidrógeno podrá acercarse a 1 millón de toneladas por año. Esto requerirá una instalación de 20 GW (gigaWatts) en energías renovables y 10 GW en electrolizadores. En una primera fase, la hoja de ruta establece que se impulsará la exportación de combustibles sintéticos y fertilizantes verdes, que permitirán traccionar el mercado doméstico apuntando al transporte pesado de larga distancia.
El hidrógeno verde y sus derivados representan una oportunidad de facturación para Uruguay de US$ 2.100 millones anuales a 2040 (monto similar a lo que hoy exporta de carne bovina), impulsada por los mercados de exportación de combustibles sintéticos e hidrógeno, así como por el uso de hidrógeno para la descarbonización profunda de su economía (en los sectores transporte, pulpa y papel, transporte marítimo y agricultura).
De acuerdo a las proyecciones que maneja la hoja de ruta a 2024, “el desarrollo de la industria de hidrógeno verde podría generar más de 35.000 puestos de trabajos directos calificados en construcción de plantas, operación y mantenimiento, logística y educación técnica”.
Una estimación realizada por la consultora McKinsey & Co arroja que los costos producción de renovables (solar y eólica) permitirían que Uruguay, a 2030, alcance valores de producción de hidrógeno verde (LCOH) de entre US$/kgH2 1,2 y 1,4 en la región oeste y de entre US$/kgH2 1,3 y 1,5 en la región este, para una escala superior a 500 MW (megaWatts).
Estos costos de producción permitirían que Uruguay se posicione de manera competitiva entre exportadores netos, como Chile, Arabia Saudita, Omán, Namibia o Australia. Por otro lado, el costo asociado al transporte y almacenamiento en Uruguay está entre US$/kgH2 U 0,3 y 0,5, según McKinsey.
NUEVOS NEGOCIOS Y DESAFÍOS
“Estamos trabajando de manera firme en el desarrollo de proyectos renovables asociados a proyectos de H2 verde y sus derivados promovidos por empresas globales. También, en un esquema asociativo con otras empresas, estamos desarrollando proyectos propios de producción de H2 verde y sus derivados”, informó a Forbes el CEO de Teyma, Luis Gallo.
El ejecutivo explicó que los “principales desafíos” que encuentran todos los actores que están detrás del H2 está en la escala, porque se trata de proyectos de dimensiones inéditas para Uruguay y el mundo. Además, ello exige una “articulación” con empresas de distintos sectores que participan en la cadena de valor del hidrógeno verde. “Al haber muchos eslabones, la coordinación entre las distintas partes de la cadena será un aspecto clave para la implementación”, dice Gallo.
Teyma fue un actor destacado en la primera transición energética que procesó Uruguay. La empresa fue promotora y EPCista (ejecutores de contratos EPC -ingeniería-compras y construcción-) de parques eólicos que representaron cerca de 15% de la potencia eólica total instalada.
Actualmente, la compañía opera aproximadamente el 30% de la matriz de energía fotovoltaica generada en Uruguay en plantas de gran porte. También cuenta con capacidades y experiencia en desarrollo y ejecución de proyectos en cada una de sus etapas (diseño, construcción, financiación, y operación y mantenimiento).
LA MAYOR INVERSIÓN PRIVADA
En noviembre del año pasado, la subsidiaria del Grupo Ancap ALUR, lanzó una invitación a expresión de interés para el desarrollo de un proyecto para la captura de carbono biogénico combinado con hidrógeno verde en su complejo agroindustrial de Paysandú para la producción de eFuel (metanol, combustibles sintéticos o combustible sostenible de aviación —SAF—).
El pasado 8 de junio, el Grupo Ancap seleccionó a HIF Global para avanzar hacia la mayor inversión en la historia del país en un proyecto de fuerte impacto ambiental.
La empresa informó que se dio inicio al “análisis de factibilidad del proyecto para la producción de 180.000 toneladas de gasolina sintética por año a partir de hidrógeno verde por año y captura de CO2 con una inversión cercana a los US$ 4.000 millones en el país (superior a la de UPM II) y la creación de unos 300 empleos en la zona de Paysandú”.
El proyecto requerirá una inversión cercana a los US$ 1.985 millones en la captura de CO2, producción de metanol y terminación de gasolina sintética, junto con otros US$ 2.000 millones en la instalación de parques de aerogeneradores, granjas fotovoltaicas y líneas de transmisión en un radio de hasta 180 km de la ciudad de Paysandú. El presidente Luis Lacalle Pou declaró a la prensa que se espera que las obras del proyecto comiencen el próximo año.
Ancap tiene la posibilidad de asociarse hasta en un 30% en la iniciativa de HIF Global. El Grupo Ancap, además, hará uso de la opción de abrir conversaciones con los postulantes que quedaron reservados y no fueron adjudicados, para analizar en conjunto la posibilidad de aprovechar otras fuentes de CO2 biogénico e infraestructuras disponibles para otros desarrollos distintos a la convocatoria culminada.
HIF Global cuenta con amplia experiencia adquirida a lo largo de los años en su proyecto Matagorda en EE.UU., el de Tasmania en Australia, y en Chile, con el proyecto Haru Oni y sus sucesivas etapas comerciales. El proyecto presentado es calificado como de alta prioridad en la estrategia de expansión internacional del Grupo HIF, que ya cuenta con importantes compromisos para el suministro de e-fuels a terceros.
UN PROYECTO ALEMÁN
La empresa internacional de energía renovable Enertrag, con sede central en Alemania, hizo oficial el año pasado un proyecto de hidrógeno verde en Tacuarembó. El Tambor Green Hydrogen Hub prevé la construcción de plantas eólicas y solares con una capacidad de 350 MW, así como un electrolizador e instalaciones de conversión para la producción de hidrógeno verde y sus derivados, informó la compañía en un comunicado. Este proyecto será desarrollado en cooperación con la compañía uruguaya SEG Ingeniería.
“En los últimos años, el interés en el potencial de América Latina para la producción de hidrógeno verde ha ido en constante aumento, dado sus recursos eólicos y solares de primera clase a nivel mundial. Estos son, en conjunto con el fuerte compromiso del gobierno uruguayo para lograr una transición energética sustentable, los factores claves para la generación de energía renovable y competitiva a gran escala”, según Enertrag.
La empresa alemana destacó a Uruguay es “uno de los pioneros a nivel mundial en el campo de las energías renovables” y que actualmente planea convertirse en un exportador de hidrógeno verde y sus derivados. “El potencial del país es muy alto, por ejemplo, sería capaz de producir hidrógeno en la escala de gigavatios y lograr satisfacer toda la demanda de metanol de Alemania”, destacó.
Las 15.000 toneladas de H2 verde producidas al año serían convertidas en derivados. En la primera fase del proyecto, el hidrógeno se procesará en e-metanol renovable. El metanol es una materia prima relevante para la industria química y puede utilizarse como portador de energía.