Empezó a trabajar en 1988 en el estudio de su padre, bastante antes de recibirse de arquitecto. Un día, con 25 años, Martín Gómez Platero debió liderar un significativo proyecto. El dueño de una pequeña constructora a cargo de un edificio residencial tuvo un quebranto de salud, lo que generó una serie de problemas.
El desafío era resolverlos, cuando solo restaban seis meses para entregar la obra.
Fue un trabajo intenso tratar de enderezarla y llegar a buen puerto con la calidad que debía tener. Fue un compromiso importante para lo joven que era, recuerda. Los clientes le exigían mucho, y con toda razón: estaban en juego sus viviendas.
Recibía llamadas a toda hora y me mataba por tenerlos contentos. Esa es la única forma de que te vaya bien en este trabajo, señala quien desde 2002 es director y fundador de Gómez Platero Arquitectos. Además de dolores de cabeza, la experiencia le dejó lecciones.
Aprendí que la actitud pasa a ser todo. Hagas lo que hagas, todo se termina multiplicando por el factor actitud. Si es cero, todo lo demás da cero. Saqué adelante el proyecto más por eso que por experiencia e inteligencia, resalta. Ese reto le recuerda, además, que no hay que subestimar nunca ninguna obra.
La construcción es algo difícil, artesanal, hay que estar muy arriba para que quede bien, afirma el empresario.
Aquel edificio residencial sigue en pie y, de vez en cuando, pasa por allí. Siento un lindo orgullo de haber aportado mi grano de arena, dice.
Un consejo que suele dar a los jóvenes es que trabajen en equipo, para aprender más y así subir de nivel: En arquitectura el perfil del diseñador es muy distinto del de quien hace un proyecto ejecutivo o la dirección y el gerenciamiento de la obra.
El recién recibido sale de la facultad pensando que sabe todo. Entonces, la pobre tía le confía la obra de su casa y en vez de 5 meses le lleva 10. O en vez de 50 le cuesta 100. Es importante tomar conciencia de lo que no sabés y complementarte con los demás, asegura Gómez Platero, quien a mediados de los 90 realizó un posgrado de administración de empresas en la Universidad de Berkeley (EE.UU.).
A su regreso, le esperaba otro desafío colosal: ser responsable total del proyecto y dirección de obra del hipermercado Géant, el primero en su tipo en América Latina.