Cómo manejar eficazmente a un empleado de bajo rendimiento
Los líderes siempre hablan de ser inclusivos, así que hagan saber a los que rinden por debajo de sus posibilidades que no van a descargar su enojo sobre ellos y que, incluso, se sienten preocupados por su situación.

Como líderes de empresas, con frecuencia tenemos que lidiar con empleados que estuvieron rindiendo por debajo de lo esperado. Al principio, puede resultar bastante confuso y lleno de frustración. Sin embargo, con una comunicación eficaz y consejos para tratar el bajo rendimiento, no es tan desafiante como puede presentarse.

Antes de convertirnos en líderes, todos éramos empleados que tenían que trabajar bajo dirección. Sólo unos pocos de nosotros teníamos empresas familiares y pasamos a desempeñar funciones de liderazgo sin esfuerzo. La mayoría de los líderes actuales fueron alguna vez empleados que se enfrentaron a problemas similares, algunos bajo un buen liderazgo en el que se les enseñó cómo manejar esas situaciones, y otros no.

Ahora, analicemos algunas formas eficaces de manejar a los empleados con problemas.

 

El escenario


Acá tiene dos escenarios diferentes. Uno implica a un empleado que rindió bien desde que se le incorporó, pero de repente, hay algo que falla en su rendimiento, y no está dando lo que es capaz de dar. La calidad de su rendimiento se ve comprometida.

El segundo escenario es un empleado que no rindió desde el primer día. Cada escenario requiere un enfoque diferente. Primero identificaremos los problemas y luego abordaremos las soluciones.

Identificar el problema


Identificar el problema es el paso inicial en la mayoría de los conceptos de resolución de problemas. Aunque las terminologías pueden variar, el concepto sigue siendo el mismo.

Identificar el problema nos permite tratar los problemas del empleado sin escalar asuntos delicados. Esto requiere un análisis exhaustivo y un enfoque psicológico básico.

Tenemos que estudiar los antecedentes del empleado, la cultura actual del lugar de trabajo, la naturaleza de su trabajo, su función y sus responsabilidades, sus conexiones en el lugar de trabajo, sus colegas, las razones de su desmotivación o las influencias externas que contribuyen a su bajo rendimiento.

 

Dar el paso crucial


Tras identificar el problema, es posible que no debamos esperar una acción inmediata. Muchos líderes tienden a conectar directamente con el empleado y ofrecerle consejos basados en experiencias personales. Sin embargo, aquí es crucial actuar con cautela. En lugar de ofrecer consejos sin un plan y limitarnos a verter nuestras ideas e insistir en que las acepten, debemos ponernos en su lugar e imaginar cómo se sentiría en su situación.

Esto puede parecer poco práctico a algunos líderes que piensan que no tienen tiempo. Pero yo no estoy de acuerdo con esto. Siempre hay tiempo para ayudar a los demás si estamos dispuestos, y puesto que esto es para el progreso de la empresa, definitivamente hay que hacerlo.

Enfoque positivo


Lo que aprendimos es a no restregar nuestras opiniones y pensamientos. Acá tenemos que aplicar estrategias con cuidado. Evite frases como "Cómo lo hice yo", "Si yo estuviera en su situación" o "Cómo manejaría esto si fuera usted". Estas afirmaciones sólo harán que la otra persona se sienta menos receptiva a sus sugerencias porque es como si estuviera inyectando a la fuerza sus propias soluciones.

Acérquese con suavidad y nunca deje que el desequilibrio de poder se interponga en su conversación. Proporcione ejemplos de cómo otros afrontaron situaciones similares y sugiera soluciones sin comprometer la calidad del trabajo. Si el empleado no está dispuesto a discutir el asunto, respete sus límites y dé un paso atrás. Es posible que crean que usted no es la persona adecuada para discutir el asunto con ellos. Anímeles a identificar su propósito si se sienten perdidos.

La importancia de la inclusión


Los líderes siempre hablan de ser inclusivos, así que haga saber a los que rinden por debajo de sus posibilidades que no va a descargar su agresividad sobre ellos y que usted sí se preocupa por ellos. Si no lo hace, podría crearles miedo al rechazo y el empleado podría convertirse en alguien aún más improductivo. Siga hablándoles amablemente, inclúyalos en las conversaciones e intente mantener un compromiso positivo con ellos.

Aunque actuar sólo le lleve un minuto, todo el proceso le llevará su tiempo. Recuerde, si es capaz de ayudar al empleado y aplicar un enfoque estratégico a la resolución de problemas, éste será más productivo y usted será considerado un líder de éxito.


Nota publicada por Forbes US