Cómo afecta a las organizaciones la resistencia a sumar nuevos talentos
Las empresas que rehúyen la incorporación de nuevos talentos y la adopción de cambios tecnológicos se aferran a una ilusión de estabilidad y control que no se comprueba en la realidad.

En el vasto ecosistema empresarial, el talento es el alimento esencial que nutre el crecimiento y la innovación. Sin embargo, muchas organizaciones parecen padecer de una especie de "anorexia corporativa", donde la aversión al nuevo talento y a la transformación se convierte en una peligrosa resistencia que pone en riesgo su supervivencia.

El paradigma reinante es que todas las organizaciones están desesperadas por encontrar talento y que están ávidas de recibirlo, desarrollarlo y potenciarlo. Pues no. Hay muchas más organizaciones de las que creemos que están plantadas en su paradigma de éxito del pasado, anclados en que “los que los trajo hasta aquí, es lo que mismo que va a legitimarlos en el futuro”.

Anorexia organizacional, un paradigma limitante

La anorexia es un trastorno caracterizado por la negación de la alimentación, una conducta que, si bien busca control y perfección, termina deteriorando el cuerpo. Analógicamente, las organizaciones que rehúyen la incorporación de nuevos talentos y la adopción de cambios tecnológicos se aferran a una ilusión de estabilidad y control. Esta aversión a lo nuevo puede parecer una medida de protección, pero en realidad, restringe el crecimiento y la capacidad de adaptarse a un entorno competitivo y cambiante.

Esta patología es muy habitual en organizaciones tradicionales, por lo general muy ancladas en los valores de sus fundadores, con fuerte apego a las tradiciones y a los rituales que dieron resultado en el pasado pero que el presente y el futuro están poniendo en jaque.

El miedo a lo desconocido

Una de las razones principales detrás de esta resistencia es el miedo a lo desconocido. Contratar a nuevos talentos implica romper con la zona de confort, desafiar las estructuras establecidas y aceptar que las metodologías tradicionales pueden no ser las mejores. Este temor se ve agravado por la incertidumbre que acompaña a la transformación digital y la adopción de nuevas tecnologías, procesos que, aunque necesarios, requieren una inversión inicial significativa y una fase de adaptación.

Las organizaciones que sufren de anorexia comienzan a mostrar síntomas claros de debilitamiento. La falta de talento nuevo y la resistencia a adaptarse a nuevas formas de trabajar resultan en estancamiento, pérdida de competitividad y, en casos extremos, la desaparición del mercado. Un ejemplo evidente es el de empresas tecnológicas que, por no actualizarse, fueron superadas por competidores más ágiles y dispuestos a innovar.

Alimentando el futuro

Para superar esta patología, es esencial que las organizaciones adopten una mentalidad abierta y flexible. La incorporación de nuevos talentos debe verse como una oportunidad de enriquecimiento, no como una amenaza al éxito pasado. Estos profesionales traen consigo nuevas ideas, habilidades y perspectivas que pueden revitalizar y transformar la empresa desde adentro.

Además, la transformación digital debe ser vista como un proceso continuo y estratégico, no como un proyecto puntual. Esto implica invertir en el desarrollo de las capacidades actuales, así como en la adopción de tecnologías emergentes que mejoren la eficiencia y la innovación.
 

Cultura organizacional: clave para la transformación

Crear una cultura organizacional que valore y promueva la diversidad de pensamiento y la innovación es fundamental. Las organizaciones deben fomentar un entorno donde el aprendizaje constante y la adaptación sean pilares centrales. Esto se traduce en políticas de recursos humanos que apoyen el desarrollo profesional, programas de mentoría y una comunicación abierta y transparente.

La anorexia organizacional es un peligro silencioso que amenaza a muchas mas empresas de las que creemos. La resistencia al nuevo talento y la transformación, aunque pueda parecer una estrategia de control, resulta ser un freno mortal para el crecimiento y la competitividad. 

Aquellos líderes que reconozcan la importancia de nutrirse con nuevas ideas y tecnologías, y adopten una mentalidad de aprendizaje continuo y adaptación serán los que podrán forjar un futuro saludable y próspero en la dinámica de un mercado global.

 

*La columna fue escrita por Valentín Videla, CEO de Crack Consulting