Comenzó a los 14 en un super y hoy es cofundador de Escaramuza: aprendizajes de Alejandro Lagazeta
La frase "de todo se aprende en la vida" es una máxima para Alejandro Lagazeta. Desde sus primeros años decidió aprovechar cada una de las oportunidades que se le presentaron y llenarse de enseñanzas.
Así fue como antes de cofundar la librería café Escaramuza tuvo diversas experiencias laborales que lo llevaron a ser quien es hoy. Su primer empleo formal duró un día.
Tenía 14 años cuando lo con trataron en un supermercado para hacer distintas tareas, entre ellas trasladar cajones de Coca-Cola apilados en un carro. "Puse como cinco, lo quise levantar y me caí para atrás. Se me rompieron las botellas y cuando terminó el día me echaron", contó.
Ese episodio lo recuerda cada vez que él o alguno de sus empleados cometen un error. "Si alguien nuevo entra y no se equivoca es raro. El tema es cómo reaccionamos frente a eso", consideró.
Hoy, como líder, asegura que si algo no sale como se espera, lo importante es transmitirle tranquilidad al trabajador y asegurarle que la equivocación es parte del proceso. "También es importante recordarle que si bien puede pasar, no puede ocurrir dos, tres veces porque pasa a ser negligencia", dijo.
Su segundo "primer trabajo" también fue en el rubro del supermercadismo. Comenzó como repartidor y reponedor, donde aprendió que la adaptabilidad y la flexibilidad son claves en un empleo.
"Todo lo que me decían para hacer lo hacía y así aprendí mucho del negocio. Además, siempre me interesó el área del desarrollo humano", contó y explicó que esa experiencia le permitió acercarse a las personas y conocer más sobre sus gustos, sus formas de vivir y sus rutinas.
Finalmente fue designado como encargado de la verdulería del lugar. "Yo decía que trabajaba en un puesto de frutas, verduras y afines, muy marketinero pero real. Me acuerdo que un día decidí cambiar la estructura de los cajones y empecé a hacer rombos y diferentes formas, porque toda la vida me gustó incidir. Siempre intento buscarle la vuelta a todo, no es que sea un revolucionario pero busco afectar la realidad de forma positiva con las cosas que hago", aseguró.
Ese trabajo le dio conocimientos culinarios que hoy en día pone en práctica en la parte gastronómica de Escaramuza y le enseñó "a creer profunda mente en los jóvenes".
En ese sentido, Lagazeta asegura que lo más importante es motivarlos para que salgan de su zona de confort y se animen a vivir nuevas experiencias, siempre con una idea clara de qué es lo que quieren.
"Hoy, con el diario del lunes, veo que yo no tenía un foco definido. Aunque aprendí mucho, yo trabajé en el supermercado por casualidad", dijo y agregó: "Lo importante es saber qué te gusta y en qué sos bueno, porque te va a frustrar menos, te va a gustar y lo podés potenciar. Después no pasa nada si cambiás. Cuando tuve el instinto de poner un puestito de libros en Tristán Narvaja era algo que me gustaba, no lo pensé. Me gustaban los libros y la gente que los rodea", aseguró.
Hoy ya planea nuevos modelos de negocio vinculados a Escaramuza, que actualmente tiene 70 colaboradores y aproximadamente 40.000 títulos en sus estanterías.
*Este artículo fue publicado originalmente en Forbes UY del mes de diciembre de 2024