Aunque su nombre está muy asociado a las críticas por la construcción del Antel Arena, Carolina Cosse asegura que su emblema en Antel fue la fibra óptica al hogar. La intendenta de Montevideo y futura precandidata presidencial contó sobre sus inicios en política, los desafíos que debió afrontar como mujer y lo que la inspira a seguir en carrera.
Vivió con su madre y abuela en una casa cerca de Villa Española, ¿qué le queda de esa niña a la intendenta y próxima candidata presidencial?
Yo creo que a cualquiera de nosotros nos preguntan qué nos queda de la niña que fuimos y siempre hemos sido la misma. ¿Quién no guarda con cuidado en su corazón las charlas con cuando mamá o con papá uno era muy niña? No sé, saltar a la cuerda, la maestra, la abuela. Somos eso.
¿Cuánto influyeron esas mujeres en su vida?
De lo bueno que he hecho en mi vida, no podría haber hecho nada sin mi madre, sin mi abuela y sin mi papá tampoco. Mis hijos se llevan un año y un mes y conté con la ayuda de mi madre y de mi abuela todo el tiempo, porque es muy difícil si no está la ayuda de alguien. A mi abuela le debo montañas.
Cuando comenzó su carrera política tenía un perfil más técnico que político, ¿cuándo le picó ese bichito de la política?
El bichito de la política lo tuve siempre Cuando era niña y leía a Mafalda, eso es el bichito de la política. Y lamentablemente viví la dictadura en mi adolescencia; no se lo deseo a nadie. No hay como la libertad; es un valor que hay que defender contra viento y marea. En ese clima adverso siempre me interesó la política, después me enganché en el gremio en facultad. Descubrí que había un Frente Amplio clandestino y siempre me sentí frenteamplista.
¿Cuándo dijo: me gustaría estar entre las figuras del Frente Amplio?
Nunca me lo propuse así. Mi primera responsabilidad política pública fue en el 2007. Una gran persona y gran amigo, Julio Battistoni, que era director de Planificación de la Intendencia, me consultó por una problemática que había ahí y me hizo trampa. Yo le di mi opinión y en medio de la conversación me dijo que había pensado en mí para ser responsable del área de tecnología. Estuve allí hasta que Pepe (Mujica) me ofreció ser presidenta de Antel.
En su carrera política ha tomado decisiones audaces, como por ejemplo la inversión en construir el Antel Arena, que fue muy cuestionada. Ahora está tomando otra decisión que generó polémica: hacer una bicisenda en 18 de Julio. Del Antel Arena no se bajó pese a las críticas, ¿de la bicisenda tampoco?
No son decisiones que yo tomé, yo no decidí sola maquillándome que iba a hacer el Antel Arena. Cuando tomo una responsabilidad armo grandes equipos, me gusta trabajar en equipo porque estoy convencida, equipos de verdad.
¿Puede llegar a cambiar la decisión de hacer la ciclovía?
No veo que vaya a variar, porque surgió con mucha discusión. Va a estar pronta antes de fin de año. Muchas discusiones se van a disipar con la realidad. Hay cosas más importantes que la ciclovía: como el ambiente, la erradicación de basurales en Montevideo y cómo generar trabajo genuino trabajando para el ambiente.
El Antel Arena fue como el emblema de Carolina Cosse en Antel. ¿Sintió que lo cuestionaron porque usted es mujer?
No, el Antel Arena es el emblema que algunos me quieren poner. Mi emblema es la fibra óptica al hogar, que es el proyecto más importante de telecomunicaciones.
Pero la criticaron por el Antel Arena.
Me critican todos los días, pero no me quejo. Me siento muy cómoda hablando en este ámbito, porque siento que sentimos más o menos lo mismo, ¿ustedes no sienten que están dando examen todo el tiempo? Menos con los seres muy queridos, pero una está dando examen todo el tiempo y al final lo tiene incorporado.
¿Más que los hombres?
Sin duda, es así. Pero una va rindiendo el examen sin que le pregunten.
A veces ese tratamiento diferencial viene de los propios políticos. Mujica dijo que el don que usted tenía para ser candidata era ser mujer. ¿Cómo se siente cuando escucha este tipo de comentarios?
Si dijo eso, tiene razón (risas).
¿A los hombres les cuesta todavía procesar la presencia de mujeres en política?
No quiero caer en la trampa del patriarcado y generalizar. No todas y todos somos iguales y lo que tenemos que encontrar son los puntos en común. Para mí el punto más en común que tenemos es el ansia de encontrar igualdad de oportunidades.
¿Siente que le costó llegar más a determinados lugares por el hecho de ser mujer, incluida la definición de la fórmula del Frente Amplio en la elección pasada?
Siento eso, que estamos dando examen, pero no le doy bolilla. Entiendo que no está fácil.
¿Qué mujer la inspira más allá de la política?
Madame Curie, porque es impresionante su vida. Creo que ella es la única persona que tiene dos premios Nobel y discuten si son dos, porque uno es compartido con el marido. Fue científica en la más absoluta pobreza y soledad y revolucionó la ciencia moderna. Una mujer sensible, que veía más allá de sí misma y estaba enamorada de su vocación.
Estuvo en los gobiernos de Mujica y Tabaré Vázquez ocupando cargos relevantes, ¿qué aprendió de cada uno?
Aprendí un montón, todos los días. Pepe me tenía mucha confianza y me tocó una responsabilidad enorme que era Antel y hablábamos cada tanto. Yo me sentía muy cómoda trabajando así. En el caso de Tabaré era parte del Consejo de Ministros (como ministra de Industria, Energía y Minería) y pude ver esa paciencia escuchándonos.
¿Cómo es la relación entre las mujeres políticas en Uruguay?, ¿hay sororidad o andan a los codazos?
No, no hay que confundir el discurso político, en el cual todas tenemos derecho a tener discrepancias. Lo que tenemos que tener cuidado las mujeres políticas es que a veces los puntos en común coliden con indicaciones partidarias.
Tenemos a una vicepresidenta de la República. En campaña, en el Frente Amplio planteaban que el feminismo es solo de izquierda. ¿Coincide con esa visión?
Creo que podríamos discutir si podés ser de derecha y ser feminista. Lo que no podemos discutir es que, si sos de izquierda, tenés que ser feminista.
¿Todas son feministas las mujeres de izquierda?
No, no dije eso, lo que digo es que, si sos de izquierda, tenés que considerar a bien ser feminista.
Al final de sus actos políticos siempre repite: Hay que seguir. ¿Qué significa esto?
Nadie lo sabe esto. Mi mamá era maravillosa y una vez en la plaza de los Treinta y Tres me mostró un recordatorio de una charla entre Einstein y Vaz Ferreira en la que nadie sabe qué hablaron. Lo único que se sabe es esa frase y la tengo desde mi niñez. En los momentos de la política que me ha tocado vivir, cuando la gente se desanima o baja los brazos, me acuerdo de Vaz Ferreira, Einstein y mi mamá, y digo hay que seguir.