Tuve la suerte de empezar mi carrera en empresas de tecnología con políticas de diversidad e inclusión a la vanguardia. Pero cuando salí al 'mundo real' me encontré con que esa no era la norma y empecé a sentir que tenía que demostrar más. Fue clave hacer red y rodearme de otras mujeres, explica Astrid Mirkin, gerenta general de Rappi Argentina y Uruguay.
Licenciada en Publicidad, trabajó en Google y Uber, y vivió en Ciudad de México y Nueva York. Además, fue asesora para empresas de distintas industrias en temáticas vinculadas a la diversidad e inclusión. Desde su rol actual, es responsable de liderar un equipo de más de 400 personas. Rappi tiene el 50% de mujeres directoras y, según Mirkin, se empujan políticas concretas.
Es importante pasar del discurso a la acción para que cada vez más mujeres tengan la posibilidad de estar sentadas en este tipo de sillas. Desde que dimensioné el tamaño del problema, decidí mentorear mujeres para que haya oportunidades. El primer paso es visibilizarnos. Lo segundo es acompañar a las próximas generaciones. Y lo tercero es hacer red, enumera.
Si bien admite que se lograron avances en cuanto a entender el impacto económico de la diversidad y la inclusión, el próximo paso es pasar a la acción. Así, dentro de las organizaciones, además de las políticas concretas, también es clave deconstruir los estilos de liderazgo: El liderazgo que a mí me funciona es el de servicio. Trabajo para mi equipo. En compañías como Rappi, donde la innovación es clave, ser un líder que esté al servicio del equipo.