A lo largo de su carrera, que comenzó como actor a los 13 años y lo llevó luego a ser uno de los productores y actores más reconocidos en Argentina, Adrián Suar aprendió a domar las voces del éxito y a convivir con el fracaso. El martes pasado, el empresario argentino visitó Uruguay, donde participó en la Clínica de tendencias que organiza la compañía de telefonía móvil Claro y compartió algunos de sus aprendizajes que también denotan su estilo de liderazgo.
Suar es el creador de tiras muy exitosas no solo en Argentina sino en varias partes del mundo, como Israel y EE.UU. Una de las más recientes es la novela de época Argentina Tierra de Amor y Venganza (que puede verse en YouTube así como en Prime Video). También tiene en pantalla los programas El Hotel de los famosos y Canta conmigo ahora. El fundador y presidente de Pol-Ka Producciones aseguró que en un trabajo con tanta exposición se vuelve clave aprender a convivir con el éxito, el fracaso, el ego y las críticas de los demás.
Las voces del éxito son voces muy peligrosas. Yo trabajé mucho, durante muchos años de mi vida, para escuchar poco a las voces del éxito. Me gusta tanto el éxito que sabía que esas voces me iban a hacer cometer errores, afirmó.
Algunas de esas voces, recordó, lo alzaron durante mucho tiempo como el creador de la televisión en Argentina. Eso es falso, seguramente fui inspirador para otros, pero no más que eso".
Esas mismas voces también se hacen oír en los momentos en que las cosas no salen bien. Por eso, tanto en el éxito como en el fracaso hay que aprender a convivir con el ego y con la mirada del otro.
En lo profesional, cada fracaso fue una herida muy fuerte; tuve varios y los recuerdo. El éxito no me genera tantos estados. El éxito lo elimino por la orina, se me va. El fracaso me queda rumiando, en la cabeza
Aseguró que, luego de mucho trabajo interno, pudo superar la mirada del otro en las caídas. Da un poco de vergüenza, no me gusta que me digan que 'ya va a pasar'... Pero he aprendido muchísimo porque tuve la suerte de hacer mucha terapia, de no negarlo, dijo.
Círculo vicioso de aduladores
Suar señaló que en Argentina en la calle la gente sabe cuando un programa tiene bajo rating. Recordó un año en que fracasaron tres proyectos al hilo. Me hacían memes, ¡de todo!, dijo. En esa situación, el productor trataba de no perder la elegancia y evitaba contestar, pero por dentro era un volcán. Según su percepción, muchos argentinos disfrutan un poco cuando a otro le va mal.
Por otra parte, Suar comentó que intenta salirse del círculo vicioso de los aduladores y conectarse con personas que le hablan de forma más despojada y le dicen sin tapujos si algo no los emocionó. Por eso, afirmó que escucha mucho a quienes le comparten su opinión en la calle sobre su trabajo, desde un taxista hasta alguien que se acerca en un restaurante. Con los años, aprendí que el público siempre tiene la razón, aseguró.
Sostuvo que para volver a ponerse de pie tras un fracaso la base es entender qué fue lo que no funcionó: Es importante dar con el diagnóstico. En el fracaso dar un buen diagnóstico te hace mejor persona, te hace más fuerte porque entendés. Te volvés a parar, aprendés y no pasa nada.
En su rol como gerente de programación de canal 13, Suar dice que ya no sufre si tiene que comunicar que se levanta un programa. Para él es la gente la que toma la decisión, porque enseguida se nota cuando el público no acompaña un contenido.
Las novelas turcas
Mirando para atrás en su carrera, se lamenta no haber pensado con una mirada más internacional a mediados de la década del 90, cuando comenzó con las producciones nacionales en Polka. En ese momento, se enfocó en contenidos para el público local, de corte más costumbrista.
Destacó que "los turcos no sabían ni cómo poner una cámara al lado de la otra, pero es notorio cómo aprendieron, cómo lo hicieron, cómo mejoraron, cómo se preocuparon….
Al mirar a la distancia, me hubiese gustado tener la lucidez y haber tenido la creatividad que tiene Brasil o los turcos en este momento que hacen novelas más internacionales y pueden exportar. En ese sentido, dejé pasar una oportunidad. Después lo logré porque me avivé, pero llegué tarde.
Suar entiende que la novela es embajadora de la cultura muy fuerte, abre puertas, por lo que le gusta mucho y la seguirá haciendo.
Vive y lucha
El empresario se refirió también al momento que vive la industria audiovisual y a los anuncios apocalípticos sobre el fin de la televisión debido al auge de las plataformas de streaming. Aseguró que la TV abierta sigue viva, aunque "más fragmentada, y que aun es elegida por muchas marcas para presentarse en sociedad: Sigue tirando mucho y teniendo una visibilidad enorme, aseguró.
Reconoció, al mismo tiempo, que la variedad de plataformas y contenidos obliga a pensar más qué es lo que se va a hacer, cómo y en qué se va a invertir el dinero. También aseguró que esta fragmentación de las audiencias ayuda a levantar el nivel y a tratar de ser mejores en la producción.
Yo he hecho programas muy malos que se han visto mucho. Yo siento que lo veían porque es un acompañamiento. (…) Hoy es la gente la que levanta un programa si no funciona. Si no hacés bien las cosas, se te van en 15 días y perdiste, se sinceró.
Por otra parte, hizo referencia a nuevas reglas del juego en la industria, que tiempo atrás eran impensadas, como el tener en cuenta la cantidad de seguidores que tiene un actor o actriz en redes sociales para determinar su contratación. Le hace un daño total a la industria. No estoy de acuerdo con eso. Para un cliente que quiere promocionar algo me parece lógico. Para la ficción, me parece descabellado.