Una aventura de película: la improbable peripecia que vivieron en un Tesla Nicolás Jodal y Pablo Marqués
Ser pionero en la adopción de tecnología no es para cualquiera. Lecciones de dos reconocidos empresarios que debieron ser asistidos en la ruta con uno de los autos más vanguardistas del momento.

Dos empresarios a bordo de un Tesla fueron remolcados desde Colonia a Montevideo en una aventura de película. La curiosa historia nunca llegó a ser noticia ni se viralizó en redes, pues ese mismo día los focos estuvieron en otro lado: la emergencia sanitaria se declaraba en Uruguay por la pandemia de covid-19. Aquel fatídico viernes 13 de marzo de 2020, a Nicolás Jodal y Pablo Marqués les pasó lo impensado: contaban con uno de los autos más vanguardistas del país, pero quedaron a pata. Hoy, narran su peripecia.

El líder de GeneXus estaba como nene chico. Tenía hacía unas semanas su Tesla Model X. Su amigo, Marqués, lo sorprendió con un pedido a contrarreloj. Faltaban solo un par de días para el Desachate, el tradicional festival de publicidad, pero un keynote speaker español acababa de cancelar su visita por precaución. El coronavirus se expandía en Europa.

"Me llamó diciendo que tenía una chica para salir y fracasó... yo era el plan B", analiza Jodal a las risas, peleando al publicista. ¿Pero quién podía estar al nivel de este speaker extranjero? ¿Quién es el número uno de Uruguay para hablar de disrupción? El cofundador de GeneXus era la solución. 

"Estaba muy difícil engancharlo, que justo estuviera en Uruguay, con lugar en su agenda...", recuerda Marqués. Tras darle una explicación exhaustiva sobre el perfil del evento y su audiencia, el presidente de Grupo Punto tuvo que blanquear una barrera logística: "Es en Colonia", dijo, seguro de que los casi 200 kilómetros de distancia de Montevideo reducían mucho las chances de un "sí".

Pablo Marqués y Nicolás Jodal. Foto: Nicolás Garrido.

En ese momento, Jodal no sabía que esta invitación lo llevaría a dar "una de las charlas con mejor timing" en su vida, pero aceptó ser "el repuesto". Le entusiasmó la idea de dirigirse a un público diferente, más vinculado a las emociones que a lo racional. Le puso a su amigo una oportuna condición: "Vamos en mi auto y manejo yo". 

En aquel entonces, los propietarios de un Tesla en Uruguay se contaban con los dedos de una mano. Jodal no dudó en brindarle todo un espectáculo tecnológico a su compañero de ruta. 

El auto fantasma 

Aquel viernes 13, se encontraron en el LATU, donde están ubicadas las oficinas de GeneXus. "Llegué y vi el 'bicho' ese, que abre las alas (sus puertas), enchufado a la corriente. En ese momento era una cosa rarísima", recuerda Marqués. Tan incipiente era la adopción de autos eléctricos, que todo el predio del LATU disponía de un solo cargador. "Durante años, el único que lo usaba era yo. Ahora hay como 20 y se pelean por usarlo", compara Jodal.

Su Tesla era una novedad. "Nico me mostraba todo el auto. Lo había programado bajándole una cantidad de aplicaciones el día anterior. Nos subimos y vi un televisor. Cuando salimos por avenida Italia, en la pantalla se veían las formas de los autos que teníamos al lado", dice en referencia a la red neuronal de Tesla, que muestra los objetos reconocidos a su alrededor. 

Nicolás Jodal y Pablo Marqués. Foto: Nicolás Garrido.

Empieza el viaje. "Íbamos charlando y vi que Nico me empieza a mirar muy seguido. Le dije: mirá para adelante. Pero empezamos a tener una charla muy cercana, mirándonos a los ojos, y empezaron a acercarse las curvas...", narra Marqués. Cuando entraron a la Ruta 1, saliendo de Montevideo, Jodal se emocionaba y le anticipaba antes de una gran curva: "Mirá, ¡esta es buenísima!". Por conducción autónoma, el auto giraba solo. "De vez en cuando, te pide que toques el volante para saber que estás ahí, pero hay gente que me lo ha manoteado. Verlo girar es como ver un fantasma", dice Jodal. Su acompañante no disimuló el susto en las curvas. Pero el desafío más complejo resultó ser la batería.

El profeta del mal 

El vehículo tenía autonomía para ir y volver a Colonia, aunque muy justa. La secretaria de Jodal, Laura, había consultado el día anterior en la estación de carga de Colonia que estuviera operativa. Le dijeron que sí. Pero cuando los empresarios llegaron a la Ancap, les informaron que el cargador se había incendiado por la noche. Los únicos otros disponibles estaban próximos a Rosario y San José. 

Llegaron al Desachate. La charla de Jodal no fue sobre la pandemia, pero tuvo mucho que ver. Se centraba en los "cisnes negros", término acuñado por Nassim Nicholas Thaleb. En Uruguay, no se hablaba aún de esos acontecimientos inesperados de gran impacto. 

La planificada charla racional no salió como el speaker esperaba. "Me parece que terminó generando bastante miedo. Estaba llena la sala y dije: 'creo que es la última charla que voy a dar en muchos años y es la última vez que voy a ver tanta gente junta'. La gente me quedó mirando. Empecé vendiendo miedo sin haberlo querido", reflexiona Jodal. 

Nicolás Jodal, líder de GeneXus. Foto: Nicolás Garrido.

El empresario tecnológico conocía mucho del tema: "No sabía ni que los virus tenían una corona, pero de crecimientos exponenciales sé mucho. Vi cómo Apple destronó a Nokia en un año y pico, cómo Microsoft le pasó por arriba a grandes compañías en dos o tres años. He visto a la gente ignorarlo y sorprenderse después". Marqués acota: "Fuiste el profeta del mal". 

En el coffee break, circuló la noticia del año: se descubrieron los primeros casos de coronavirus en Uruguay. 

Luz verde, luz roja

Terminó la charla y Jodal recibió el llamado de su equipo de GeneXus, con la iniciativa de crear una app para seguimiento de casos. "Ahí entré en modo 'algo tenemos que hacer'. Me tenía que ir de Colonia", recuerda Jodal. Los amigos partieron hacia Rosario a 80 km/h, ya bastante nerviosos los dos.

Como habían viajado rápido y haciendo "piruetas", la batería había consumido mucho y ya no alcanzaba para ir y volver a Montevideo. Era de noche. Las miradas no estaban ahora conectadas en una animada charla, sino pendientes de cuánto restaba de batería. En el Tesla reinaba un cauteloso silencio.

Pablo Marqués, presidente de Grupo Punto. Foto: Nicolás Garrido.

En Rosario, tomaron el cable que une el suministro de energía con el auto. Debían lograr que en ambos extremos se encendieran luces verdes. "Fijate, Pablo. La mía está verde", decía Jodal. Pero la de Marqués se encendía en rojo. Se usaban tan poco los cargadores que nadie se enteraba si estaban rotos. Este parecía ser el caso. Probaron una, dos, tres, muchas veces. Y nada. Llamaron al auxilio vehicular. "Pasé a la historia como el dueño de un Tesla que volvió en remolque", dice Jodal entre risas. 

Conducción autónoma

Del lujo del Model X, al sucio camión con zorra sin escalas. Un "canario" simpaticón y curioso lo conducía. 

—No conozco este auto, ¿qué marca es?

—Es un Tesla.

—¿Y consume mucho? ¿Cuánto rinde el litro? 

—No, no consume nada. Es eléctrico.

—¿No gasta mucho? Es grandote...

—Consumo $ 500 por mes. Con una moto, gastaría más.

—¿Pero qué marca es? ¿BMW, Audi, Mercedes?

"Estaba desconcertado. A nadie se le podía ocurrir que apareciera una nueva, porque la última marca de éxito mundial creada antes de Tesla fue Toyota en la década del 40", analiza Jodal.

En el medio de este regreso "triunfal" en remolque, Jodal le recordó a su amigo: "¿Ves que se maneja solo?". Guiño, guiño.

Pablo Marqués y Nicolás Jodal. Foto: Nicolás Garrido.

Llegaron a San José. En la media hora que cargó la batería, consumieron unos sándwichs y café en la pequeña estación de servicio. Se habían olvidado del mundo. Una TV los ancló en la realidad crítica del país: el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, daba su primera conferencia de prensa sobre el coronavirus. Una semana después, sería Jodal quien le hablaría a la población sobre la app Coronavirus. Fue el único no integrante del gobierno que habló en una comunicación oficial sobre el tema.

Early adopters

Para Jodal, tener un Tesla no es una ostentación económica, sino tecnológica. "Un auto eléctrico es muchísimo más simple que uno de combustión interna. Uno tiene 1.000 partes y el otro 10.000. El eléctrico no tiene aceite, ni caja de cambios, ni radiador, ni agua", compara. Él circula la mayor parte del tiempo con conducción autónoma.  

La pandemia y los autos eléctricos son revoluciones que pocos vieron venir. "Este año (por 2024), el 10% de los autos 0 km vendidos en Uruguay son eléctricos. Y la tasa de crecimiento es 100%. Crece exponencialmente", dimensiona el líder de GeneXus. 

Todos los early adopters de tecnología aceptan muchas dificultades que son inaceptables para otros. "Para mí era divertido quedarme sin batería. Otro no compraría un auto hasta que hubiera una red de carga espectacular. De hecho, Tesla es un auto que no tiene servicio, algo impensable para el estándar uruguayo", dice Jodal.

La experiencia fue fantástica incluso para Marqués, quien terminó pasándose a los autos eléctricos, tiene un Volvo V40 y un Hyundai Kona. "Soy hincha de los eléctricos. Hay que tener la cabeza abierta para probar cosas nuevas".

*Este artículo fue publicado originalmente en Forbes UY del mes de diciembre de 2024