Empieza la cuenta regresiva. En los próximos 18 meses las empresas tendrán que adaptarse a utilizar un pasaporte digital de productos, al menos aquellas que tengan intenciones de ingresar al mercado europeo y, más adelante, a otros mercados desarrollados que ya tienen a la sostenibilidad como una prioridad.
"Las marcas no saben que tienen una regulación a cumplir en 18 meses, sobre todo el que exporta a Europa", aseguró el co-fundador de la firma local Trace Surfer, Mariano Piñeyrúa a Forbes Uruguay y apuntó que una vez que esta normativa esté vigente habrá consecuencias para quienes incumplan. En esos casos los envíos pueden ser rechazados o se puede cobrar un arancel extra por no tener esa tecnología asociada. La multa para quienes no tengan pasaporte digital en sus productos oscilará entre €10.000 a €100.000 en función de la reincidencia o del tipo de producto, explicó Piñeyrúa. En una primera etapa la prioridad la tiene el sector textil pero también los electrónicos, y otros como baterías o neumáticos. "A partir del 2026 ya va a ser más genérico", remarcó el referente de TraceSurfer.
"Nuestra misión en estos 18 meses es preparar a las empresas, no solo de Uruguay, sino de Latinoamérica para comercializar en mercados exigentes como el europeo", resaltó el co-fundador de la empresa uruguaya TraceSurfer y vaticina que la regulación europea es solo el primer paso que luego seguirán otros mercados desarrollados como el norteamericano o el asiático. "Esto recién empieza", subrayó.
En el nuevo Reglamento de Ecodiseño de Productos Sostenibles aprobado a comienzos de este año, la Comisión Europea propone el Pasaporte Digital de Producto (DPP, por sus siglas en inglés), un instrumento clave para que los consumidores puedan acceder a información sobre su producto de forma sencilla mediante un QR o código de barras. El objetivo final es lograr más transparencia y generar conciencia sobre lo que se consume.
Made in Uruguay
Carolyn Prevett y Mariano Piñeyrúa se dedican al diseño textil e industrial. A raíz de su trabajo como diseñadores percibieron la necesidad de las marcas de contar sobre su producto más allá de lo que los clientes ven en una publicidad o en un sitio web.
Así nació la idea que dio origen a TraceSurfer y que tomó forma como spin off de su estudio de diseño gracias a una charla con posibles clientes finlandeses que se interesaron especialmente por esta veta de negocio. A su desarrollo se sumó el tercer co-fundador de la empresa Joaquín Forteza, especializado en tecnología.
Su producto es un código identificador único por producto permite acceder a información relevante sobre cómo está compuesto el artículo, qué hacer para que dure más y cómo reciclarlo, entre otros parámetros que se puede incluir.
La empresa comenzó con capital propio, clientes locales como Rotunda o Nativa validaron el producto y luego decidieron estandarizarlo para escalar a toda Latinoamérica. Con el apoyo de ANII pudieron viabilizar el producto y a futuro piensan levantar capital.
"Arrancamos en 2022 y sabíamos que se venía una regulación en Europa, pero no sabíamos cuando", afirmó Piñeyrúa. El producto que hasta ahora era un "nice to have" para las empresas con foco en sostenibilidad pasará a ser mandatorio y deben estar preparados para asumir este desafío.
"Hoy en día somos el único en Sudamérica haciendo esto", resaltó Piñeyrúa. En cambio, TraceSurfer tiene fuerte competencia en Estados Unidos, Europa y Asia por lo que ven a América Latina como su océano de oportunidades.
La empresa, que nació vinculada al rubro textil, también piensa capitalizar su producto en otros rubros por lo cual ya tomaron cartas en el asunto y están estableciendo alianzas con consultoras internacionales para llegar a clientes que los comercializan. "Lo bueno del sistema es que se puede integrar a otros que ya tenga la empresa, el pasaporte se puede generar hasta automáticamente tomando la información", indicó Piñeyrúa.
Además trabajan para que su solución sea accesible para una amplia gama de organizaciones. "El 90% de las empresas de Latinoamérica son pymes pero muchas de ellas trabajan para multinacionales que sí tienen que cumplir con estas regulaciones, por eso ampliamos la oferta a micro-emprendimientos para que puedan usar la plataforma a partir de US$ 15", sostuvo el co-fundador de TraceSurfer. El precio del producto varía en función de la cantidad de unidades trazables.
En expansión
Desde la creación de su empresa, los tres emprendedores se postularon a concursos y pitchearon a nivel global en un concurso de ideas sobre economía circular.
TraceSurfer se consolidó como la única empresa en Latinoamérica que hace pasaportes digitales para productos y hoy opera en Uruguay, Argentina y Colombia. "Estamos en una etapa de expansión", reconoce Piñeyrúa.
En el último tiempo TraceSurfer estableció una alianza con Naciones Unidas que los convierte en proveedores de la tecnología para trazabilidad de economía circular en moda y en construcción—dos de las industrias más contaminantes del mundo— para llevar adelante un proyecto global de este organismo en Perú, Ecuadror y Costa Rica en la región y también en una selección de países asiáticos.
La empresa, que se postuló recientemente a un challenge del Foro Económico Mundial de trazabilidad, quedó seleccionada dentro de las mejores 20 en 160 empresas a nivel mundial y va por más.