Hasta hace un tiempo atrás, ser productor vitivinícola era un sueño exclusivo para productores agropecuarios, millonarios y aventureros dispuestos a dejar todo por la pasión por el vino. Pero desde que el empresario turístico Eduardo Tuite entró al negocio del vino, la oportunidad de cumplir con esos sueños nunca estuvo más cerca.
Así lo afirma el nuevo hacedor de vinos de la zona de Pilar (Buenos Aires), el sommelier y emprendedor Ignacio Ramos que junto a su mujer Luli Mazzucchi se decidieron a invertir en la propuesta de Eduardo Tuite en Gamboa Viñas y Bodega, en el Departamento de Campana, provincia de Buenos Aires, a solo 45 minutos de la Ciudad de Buenos Aires.
En la bodega bonaerense, ubicada al costado de la Ruta 9, más precisamente en el Km65, Tuite comenzó un proyecto vitivinícola en 2010 apostando por las primeras plantas de malbec, pinot noir, cabernet franc y chardonnay, no era un capricho ni una aventura, para hacerlo me asesoré con la agrónoma y enóloga Gabriela Celeste, directora de la consultora y laboratorio EnoRolland.
Primero fueron 6 hectáreas y luego otras 4 hectáreas de cepas de Pinot Gris, Semillón y otras 5 cepas adicionales, sobre un suelo franco arcilloso cuenta el empresario y explica que hace 2 años el proyecto creció con la incorporación de un restaurant -al lado de los viñedos- dirigido por el chef irlandés Edward Holloway.
De diseño sustentable, el restaurante tiene una capacidad para más de 150 cubiertos, un enorme salón de catas u una cava que alberga vinos propios de Bodega Gamboa, junto con los de otras etiquetas destacadas de bodegas de Mendoza, Salta, San Juan, Río Negro y, claro, de la provincia de Buenos Aires.
Al mismo tiempo que comenzó a construirse el restaurant, comenzó a venderse el proyecto Mi Finca Gamboa, la oportunidad de los amantes del vino y las buenas inversiones que consiste en comprar parcelas del viñedo y su producción de uvas.
Más allá de poder ir a disfrutar de los viñedos, el restaurant y los vinos de Gamboa, Tuite asegura que adquirir una parcela en el viñedo es una original variante de inversión de la economía real.
La oferta de Gamboa no es una simple compra de un terreno, es una muy seria posibilidad de invertir en un viñedo, de convertirse en productor vitivinícola, de hacer vinos y de hacer negocios con la producción de la uva, explica el empresario.
Hace dos años, la inversión inicial era de U$S 10.000, este año ese valor trepó a U$S 12.000 y con el tiempo la cuota irá aumentando acorde a la evolución de los viñedos y del proyecto completo.
Actualmente, la bodega cuenta con espacios propios y otros exclusivos para los socios, y a fin de año, los dueños podrán acceder a espacios de estiba en bodega y lockers exclusivos. Además, la bodega contará con una gran cava con capacidad de guarda de 3.000 botellas a la que los asociados podrán acceder y compartir los vinos de guarda propios y otros -de distinta procedencia- propiedad de Gamboa.
Dentro del programa para socios Mi Finca Gamboa, el bodeguero puede participar en los trabajos de viña como cosechar y podar su propia parcela y vivir la bodega como parte, ya que en ella estarán las barricas con las marcas de cada socio que puede desarrollar su marca y etiqueta apoyado por un enólogo y profesionales de marca y diseño.
La idea de convertir a inversores en bodegueros este año creció pero no en las adyacencias de Campana -donde puede crecer hasta 40 hectáreas más- sino a pocos kilómetros de Pinamar, en el Partido de la Costa, donde ya se plantaron 3 nuevas hectáreas de viñedos contó Tuite que ya planea más inversiones para replicar el fenómeno que se produjo en tierras de la reserva de Cardales en Campana.
Inversor y emprendedor del vino
Ignacio Ramos y su mujer Luli Mazzucchi viven a menos de 20 kilómetros de sus viñedos de Gamboa Viñas y Bodega donde, desde el año pasado van y vienen no solo los fines de semana sino también durante la semana.
Desde que nos conocimos, disfrutamos mucho de la buena cocina acompañadas de buenos vinos, cuenta este ejecutivo administrativo de 39 años, que con la cosecha 2023 de su vino que llamaron Atelier -diseñado con el asesoramiento de la mismísima Gabriela Celeste-ya vendió casi toda la cosecha que puso en botellas y, además, ganó una medalla de oro en la última feria de vinos bonaerenses celebrada en Malvinas Argentinas.
¿Cómo empezó todo?
Vimos en el encierro una oportunidad y no la dejamos pasar cuenta, creamos un espacio en Instagram y desde @ateliervinoscatados comenzamos a organizar catas, primero online y después a pequeños grupos de amigos y conocidos interesados en el vino.
Cuando la situación social comenzó a normalizarse, en el verano del 2022, lo planeamos bien y nos organizamos para seguir desarrollando un negocio que hasta antes de la pandemia no existía.
En 2022, a través de un amigo sommelier, conocí el proyecto de Gamboa Viñas y Bodega. Fuimos junto con mi mujer a conocer las viñas de Campana y apenas dimos unas vueltas por los viñedos nos miramos y enseguida nos dimos cuenta que aquellas charlas de cuando teníamos 25 años podían dejar de ser un sueño, dice Ignacio y agrega: soy alguien muy decidido, en casi todos los aspectos de mi vida.
Los Ramos no tardaron en tomar la decisión, tenían ahorros y no dudaron que las viñas de la zona de Cardales era una gran oportunidad y no la podían dejar pasar. Invirtieron u$s 10.000 dólares en la primera parcela de Bodega y Viñas Gamboa, convirtiéndose así en el socio Nº 1 del primer emprendimiento vitivinícola de real estate de la provincia de Buenos Aires.
Estamos muy cerca [vive en Pilar], podía seguir trabajando en la empresa, junto a mi mujer seguir atendiendo el negocio de venta online, catas y, además, seguir estudiando, explica Ramos pero aclara: el negocio lo pensamos juntos, no era solo pensar en sacar uva para tantas botellas y vender y empezar a recuperar la inversión. No, con Luli lo pensamos más como negocio inmobiliario y además poder disfrutar con mi familia con mis hijos y padres el proceso de hacer nuestro propio vino.
Este año los Ramos ya compraron otra parcela y no descartan seguir comprando en el futuro. Actualmente el proyecto Mi Finca Gamboa ya cuenta con más de 20 socios/accionistas entre los que se encuentran empresarios, inversionistas, diplomáticos y, por supuesto, otros apasionados por el vino y la viña.