Este artículo forma parte de una serie sobre los desarrollos actuales en medicina regenerativa. Esta vez, se extenderá sobre los avances en las interfaces cerebro-ordenador.

En 1999 definí la medicina regenerativa como el conjunto de intervenciones que devuelven la normalidad a los tejidos y órganos dañados por una enfermedad, lesionados por un traumatismo o desgastados por el tiempo. Incluye todo un espectro de medicamentos químicos, genéticos y proteínicos, terapias celulares e intervenciones biomecánicas que logran ese objetivo.

En los próximos años, un nuevo bioelectrónico intraauricular llamado SpiralE puede ser el siguiente paso hacia interfaces cerebro-ordenador sin fisuras. 

Cuando interactuamos con un ordenador, un smartphone o una tableta, lo hacemos a través de diversas formas, como un teclado, una pantalla táctil o incluso comandos de voz. Más recientemente, los dispositivos pueden controlarse con algo tan sencillo como el movimiento de los ojos. 

A medida que la tecnología se entrelaza más con nuestra vida cotidiana, la interfaz cerebro-ordenador se convierte en una parte más crítica de la actividad diaria.

Los implantes cerebrales han permitido recientemente a los usuarios controlar equipos electrónicos con el pensamiento o, más exactamente, con impulsos nerviosos electrónicos. 

Parece el siguiente paso lógico en la generalización de las interfaces cerebro-máquina públicas, pero la tecnología debe ser revisada por las limitaciones del factor de forma. 

Los implantes suelen ir acompañados de dispositivos incómodos o arriesgados desde el punto de vista médico, como cintas voluminosas para la cabeza, dispositivos invasivos con microagujas, etc. Estos acompañamientos hacen que su uso diario sea poco práctico para el usuario medio.

El Dr. Zhouheng Wang y sus colegas de la Universidad Tsinghua de Pekín podrían haber desarrollado una solución. En un reciente estudio publicado en Nature, los investigadores describen un nuevo bioelectrónico intraauricular al que llaman SpiralE. 

En lugar de una voluminosa diadema o un dispositivo invasivo con agujas, SpiralE es un pequeño dispositivo electrónico fabricado con un polímero flexible que transmite señales electrónicas del usuario a un ordenador. Aquí hablamos de esta nueva tecnología y de su impacto en las interfaces cerebro-ordenador.

SpiralE se desarrolló con un objetivo impulsor: un factor de forma cómodo y extraíble con toda la funcionalidad de dispositivos más voluminosos o invasivos. 

El dispositivo se compone de múltiples capas, todas ellas fijadas a un molde cilíndrico de 5,5 mm de diámetro. En comparación, los principales auriculares intrauditivos inalámbricos miden entre 15 y 20 mm de largo y ancho.

Las capas incluyen componentes electrotérmicos, cableado, adhesión, etc., todo ello empaquetado en un polímero con memoria que se amolda al canal auditivo del usuario, maximizando la comodidad y la estabilidad.

Mientras que muchos dispositivos de interfaz cerebro-ordenador requieren un implante cerebral invasivo para comunicar señales electrónicas a un dispositivo informático, el SpiralE es totalmente autónomo. Cuando el usuario no lo utiliza, puede quitárselo en cuestión de segundos y volver a colocárselo con la misma facilidad.

En particular, el diseño en espiral permite una audición sin obstáculos mientras se utiliza. El diseño en espiral permite un canal auditivo sin obstrucciones, y las pruebas auditivas realizadas por el Dr. Wang y sus colegas confirman que no sólo el usuario sigue oyendo sin obstrucciones a niveles de ruido de cóctel, sino que el propio dispositivo sigue funcionando con un 84% de precisión en entornos de alto volumen.

No está claro cuál es la vida útil del dispositivo SpiralE, aunque la ausencia de batería en el diseño por capas sugiere que la única necesidad de sustitución sería el desgaste regular por el uso diario. 

Otro factor que puede entrar dentro de los atributos positivos de SpiralE es el costo. Mientras que los procedimientos de implante invasivos y los diseños de diademas voluminosas pueden ser prohibitivos para muchos, el diseño compacto y simple de SpiralE mantendrá los costos de producción razonablemente bajos. 

Las interfaces cerebro-computadora más elaboradas e invasivas pueden costar miles o decenas de miles de dólares, pero se estima que SpiralE podría costar menos, si no significativamente menos, para el consumidor promedio.

Más allá del uso habitual por parte de los consumidores, SpiralE tiene el potencial de revolucionar la medicina regenerativa, incluyendo aplicaciones en la rehabilitación y asistencia motora y del lenguaje. 

Aunque el dispositivo está lejos de estar disponible comercialmente, estoy deseando conocer los avances de SpiralE en los próximos meses y años, a medida que avanzamos hacia un mundo más conectado y accesible.

Nota publicada en Forbes US.