"En el agua me siento más vivo que en la tierra. Aunque es una ola gigantesca, me siento como en casa". Así describe José Luis "Pepe" Gómez lo que experimenta cuando surfea en olas que superan los cinco metros de altura. El miedo está. Siempre. Pero el sentimiento de estar conectado con su pasión es más fuerte.
Se define como un hombre de campo, porque nació en Soriano y su vida siempre estuvo vinculada al agro. A ese lugar seguro acudió cuando pensó en cómo financiar su sueño que empezó como un hobby y lentamente pasó a ser una profesión.
"Pedí un préstamo, me compré una cosechadora y una sembradora a medias con mi padre. Ahí empecé con los trabajos zafrales que me permiten trabajar dos meses intensos y después dedicarme de lleno al surf", contó. Ahora apuesta a que, además, más sponsors noten su potencial.
Su origen, diferente al de la mayoría de los surfistas que llegan al deporte por cercanía con las olas o por tradición familiar, también lo llevó a buscar la manera de destacarse y pensar fuera de la caja. "Soy del campo y estoy en Nazaré (Portugal) donde compiten los mejores del mundo. Me tenía que diferenciar en algo, entonces me enfoqué mucho en mis fortalezas. Pensé: qué puedo aportar para que me reconozcan", recordó.
Su propuesta de valor fue trabajar para ser uno de los mejores pilotos de moto de agua del mundo, un rol clave dentro de los equipos que se conforman para surfear olas gigantes, por ser los encargados de velar por la seguridad de los que suben a las tablas.
"Sabía que soy bueno andando a caballo y en moto, entonces iba a tratar de ser uno de los mejores pilotos del mundo para que el mejor equipo quiera que sea parte. Así, después de que rescate al mejor del mundo, puedo tener mi oportunidad de subirme a la ola de más de 20 metros, que es lo que yo estoy buscando", detalló.
Gómez asegura que la realidad superó la ficción. Ni en sus sueños más lejanos se imaginaba que su futuro iba a estar en ser surfista profesional. En el recorrido aprendió a pensar diferente y a superar todos los "no" que se pusieron en su camino.
"Una de las cosas que más me sirvió fue mi trayectoria. Pasar del campo a la ciudad y haber estado en ambientes de todo tipo. Me sirvió aprender de cualquier circunstancia y persona, algo que fue clave para llegar tan rápido al lugar que llegué", indicó y recordó que su historia en este deporte comenzó recién cuando tenía 20 años y un amigo lo invitó a surfear a Punta del Este. Muy pocos meses después ya estaba en Chile, en busca de olas de más de 5 metros.
Sin un mentor o un proceso de aprendizaje, Gómez se nutrió de todos los "no" que le llegaban de familia, amigos y expertos. Hoy, después de demostrar que era posible, espera llegar a la ola más alta y marcar la historia.