Los edulcorantes artificiales han disfrutado de una relación de amor y odio con los consumidores desde que existen estos productos. La primera de su tipo, la sacarina, se descubrió a fines del siglo XIX y se popularizó entre mediados y fines del siglo XX como un medio sin calorías para disfrutar de un dulce. Este y los numerosos edulcorantes que le siguen han compartido la función de ser hasta cientos de veces más dulce que el azúcar común y corriente, con un mínimo o ninguna de calorías, pero han traído consigo algunos baches de velocidad menores y no tan menores.
Desde distensión abdominal y diarrea hasta "engañar" al cuerpo para que anhele azúcar real, trastornos metabólicos y riesgos de cáncer, los edulcorantes artificiales siempre han tenido algunos riesgos amargos bajo esa capa de azúcar. Inicialmente popularizado como un instrumento para perder peso y como un medio para reducir los riesgos de diabetes, sigue habiendo algunos aspectos negativos que pueden superar los aspectos positivos de evitar el azúcar real.
Qué es el eritritol
Un edulcorante común que se usa hoy en día, el eritritol, ha sido objeto de un hallazgo preocupante reciente. Un estudio publicado en Nature Medicine de esta semana informó sobre una mayor asociación con la coagulación de la sangre y la enfermedad cardiovascular. Esta sustancia es una forma de alcohol de azúcar, que a menudo se usa para agregar volumen a otros sustitutos del azúcar, como la stevia, la fruta del monje o los postres a base de ceto, ya que algunos de los otros sustitutos del azúcar son demasiado dulces.
Los alcoholes de azúcar, o polioles, también se utilizan en muchas de las llamadas bebidas "saludables", barras nutritivas y productos etiquetados como "endulzados con frutas" o "sin azúcar añadida". Como el eritritol a veces es un componente de otros sustitutos del azúcar, no siempre está claramente etiquetado en el empaque.
El estudio, que demostró asociación, pero no causalidad, analizó tanto los resultados de laboratorio como los resultados de los pacientes. Los estudios de laboratorio evaluaron el efecto del eritritol sobre la actividad plaquetaria, un factor clave en la formación de coágulos sanguíneos.
Hubo una clara conexión de niveles más altos de eritritol que conducen a plaquetas "más pegajosas", lo que, a su vez, conduce a mayores posibilidades de formar coágulos de sangre en el sistema vascular. La coagulación es un componente crítico de la enfermedad cardiovascular. La propensión de las arterias coronarias, que suministran sangre al corazón, así como a los vasos mayores y menores en todo el sistema circulatorio, especialmente en el cerebro, a formar coágulos, son las principales causas de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
La porción de pacientes del estudio mostró que había una asociación entre niveles sanguíneos más altos de eritritol en pacientes que desarrollaron eventos cardiovasculares adversos mayores que en aquellos que no lo hicieron. Sin embargo, la población de estudio fue la de pacientes con factores de riesgo cardiovascular ya conocidos. Pero los hallazgos de casi el doble de riesgo de eventos cardíacos en aquellos con niveles más altos de eritritol fueron significativos. Un componente desafiante de este hallazgo, aún no aclarado, es si los pacientes con niveles más altos de eritritol estaban ingiriendo alimentos y bebidas específicos relacionados con la dieta debido a otras afecciones crónicas como la diabetes y la obesidad.
Otra preocupación, aunque extraordinariamente rara, es el riesgo de anafilaxia, o reacciones alérgicas potencialmente mortales, al eritritol. Como esta sustancia rara vez se consume como un producto independiente, a menudo es bastante difícil evaluar la fuente de estas reacciones alérgicas, que pueden variar desde erupciones y picazón hasta inflamación de las vías respiratorias, caídas peligrosas de la presión arterial y dificultad respiratoria. Los informes individuales de tales reacciones apenas comienzan a describirse en todo el mundo.
El informe actual sobre la asociación de altos niveles de eritritol con un mayor riesgo de eventos cardiovasculares merece más estudio, ya que no se pueden sacar conclusiones directas de causalidad basadas en tales resultados. Sin embargo, sí garantiza una mayor claridad en el etiquetado de los alimentos, especialmente en los productos etiquetados como “sin azúcar añadido”, “natural” o con edulcorantes de “fruta”.
El azúcar en sí, o sacarosa, es cientos de veces menos dulce que los edulcorantes de alcohol de azúcar sin calorías. El azúcar ha sido vilipendiado como una de las principales fuentes de la epidemia de obesidad y de las crecientes tasas de diabetes infantil. Los productos bajos en grasa han cambiado el contenido de grasa por un mayor contenido de azúcar, lo que ha perjudicado a millones. Como ocurre con la mayoría de las cosas, la moderación rara vez es un punto de venta, especialmente en las industrias de alimentos y bebidas.
*Nota publicada originalmente en Forbes EE.UU.