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Innovacion

Máximo Cavazzani: "Parte de nuestro ADN es ser lo que nos va a matar"

Gabriela Malvasio

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El creador del famoso videojuego Preguntados, Máximo Cavazzani, ve posible que Uruguay se convierta en un “hub” tecnológico global; revela cuáles son las tecnologías donde hoy pone fichas y cómo hace para que su compañía, Etermax, se reinvente constantemente.

6 Diciembre de 2022 10.36

Dar rienda suelta a la experimentación es el principal argumento que ofrece el fundador y CEO de Etermax, Máximo Cavazzani, para explicar el crecimiento de su empresa en la última década, que pasó de dos a 600 empleados. Ochenta y siete de ellos están basados en Uruguay.

La carrera emprendedora de este ingeniero informático del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) comenzó a los 22 años con una aplicación para compraventa de acciones desde el celular, que en 2009 vendió a un broker global.

Luego, detectó una oportunidad en el mercado de juegos móviles. En 2011 su juego Apalabrados se convirtió en un éxito mundial. En 2013, pasó al siguiente nivel con Preguntados, que llegó a más de 800 millones de descargas en 180 países. Se convirtió así en una de las marcas creadas en Argentina más reconocidas en el mundo.

Etermax ahora también brinda servicios de publicidad en videojuegos a otras compañías, aprovechando el conocimiento en la monetización de sus propios productos. Y, para potenciar su incursión en inteligencia artificial, adquirió la empresa especializada Cognitiva

A su vez, trabaja en crear contenido para el metaverso y explora el blockchain gaming, con la mirada puesta en la combinación de realidad virtual con aumentada.

En Uruguay, Etermax ocupa un piso entero de la torre 2 de WTC Free Zone Montevideo, donde Cavazzani conversó con Forbes Uruguay sobre innovación y las oportunidades que ve en el sector.

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Máximo Cavazzani confía en el liderazgo del hub Uruguay, la operación local más grande de Etermax fuera de Argentina, donde desde el inicio se destacó Rodrigo Larrimbe. Fotos: Nicolás Garrido

¿Cuánto se dedica en Etermax a la innovación y experimentación?

Hace unos años tuve que llenar unos papeles que preguntaban cuánto de la empresa era investigación y desarrollo. No entendía la pregunta. De verdad. Puse 100%. Me dijeron: ¿Cómo 100%? Ninguna empresa tiene 100%. Bueno, les respondí, la nuestra sí. Tenemos 600 personas. Son 100 las que trabajan en mejorar Preguntados, experimentando y probando.

El resto de las personas está repartido en cinco o seis proyectos. Ninguno de esos genera revenue. Es una empresa de investigación y desarrollo en entretenimiento de alto impacto y con tecnologías hacia el futuro. La razón por la que generamos los negocios es para hacer más investigación y desarrollo. 

Es un ciclo infinito para encontrar la nueva forma de entretener y mostrar publicidad. Estamos haciendo blockchain gaming. Es súper al principio, estamos llegando y entendiendo cuáles son las posibilidades de la tecnología. Sabemos que el metaverso en los próximos años va a crecer exponencialmente. Estamos tratando de entender cómo nuestros productos pueden desenvolverse en esas nuevas plataformas.

¿Qué es el blockchain gaming?

Blockchain es la tecnología detrás de las cripto. Es una base de datos distribuida e inmutable por las partes. Originalmente todo lo que tiene que ver con los datos está centralizado en una entidad, pero eso tiene un truco: si desaparece la entidad desaparece todo. La entidad también decide cómo vender las cosas. Por ejemplo, no te permite ser dueño del juego. El blockchain gaming te permite todo esto. Es tener una base de datos descentralizada, y que a pesar que desaparezca empresa que hizo el juego, la pertenencia de las cosas y el juego puede estar en un lugar que la trasciende.

Nosotros y otras miles de entidades vamos a ir encontrando cómo utilizar esa herramienta para generar más valor para los usuarios. Si no genera más valor no van a preferir nuestros juegos. Eso tenemos que descubrirlo y es donde se invierte la mayor parte del tiempo. ¿Te metiste en Blockchain Gaming? Bárbaro; ahora tenés que ganar ahí.

Pasemos al metaverso, ¿por qué sería distinto a otras tecnologías prometedoras que después no funcionaron?

Siempre pienso que es distinto cuando empezamos (risas). 

Cuando probé la última generación de cascos de realidad virtual me di cuenta que estamos en un momento de inflexión en la tecnología, como lo fue en 2008-2009 con el iPhone. En la tecnología pasa algo muy claro. Cada dos años se duplica el poder de procesamiento; todo es más potente. 

Hoy hay críticas al aparato de casco; que es muy pesado, muy caro, que no tiene la suficiente resolución, que no hay suficiente contenido, que la gente se marea. Es verdad. Lo que uno tiene que descubrir es cuánto tiempo va a pasar para que esto cambie y qué tiene que pasar para que esto cambie. 

Todas estas cosas se están por solucionar, va a haber gran cantidad de inversión, en los próximos cuatro años esto va a cambiar radicalmente. Será entre el 2026 y el 2030. Y no es que hay un dios que va trayendo la tecnología. Son las empresas de hardware que compiten entre ellas, pero todas dependen de los procesadores, de las cámaras, de los mismos proveedores. 

Hoy vemos una plataforma que es la de Oculus como la más desarrollada, pero hay un montón de players que se van a meter, y van a competir para hacer una experiencia mucho mejor, incluso subvencionar los aparatos, cobrarlos más baratos y van a necesitar buen contenido. Tenemos una gran oportunidad para cubrir ese contenido.

¿Cómo gestionó el crecimiento de la empresa, teniendo en cuenta su decisión explícita de no levantar capital de inversores?

Hay muchas formas de empezar un negocio.

Lo que uno tiene que lograr es un flujo de caja que soporte una estructura y se mantenga en el tiempo: O pide plata prestada e intenta construir un negocio para que se continúe solo o crea un negocio sin plata que crezca lo suficiente como para empezar a hacer flujo. 

La mayoría de las empresas del mundo funcionan con una “vaca lechera”. Alphabet (Google) tiene la suya y hace su investigación y desarrollo, la mayoría no da resultado. Lo diferente es cómo empiezo y cómo se reparten las acciones. 

Cuando una empresa tiene dueños divididos las decisiones tienen que alinearse. Puede ser que tengas muy alineadas las personas y funcione, pero cuando sos vos solo, tenés más libertad.

Se señala por lo general que los ingenieros están muy centrados en lo tecnológico, ¿qué habilidades procuró incorporar para liderar una compañía?

Tengo ciertas condiciones naturales que por ahí me separan del ingeniero normal. Suelo hablar un poco más. Tengo un temperamento fuerte. Los ingenieros suelen tener uno más callado. Así y todo, no alcanza. Lo que uno tiene que hacer es ponerse en el trabajo y empezar a contrastar lo que hacés con lo que te gustaría que fuera, y aprender. 

Ese es el proceso con el que hacemos todo. También los productos. ¿Cómo aprendí a hacer juegos? Nadie me enseñó a hacer juegos. Programar no es hacer juegos.

Una vez que tuve el primer juego al que le fue bien: ¿Cómo construí una empresa de juegos?

Todas esas cosas hay que inventarlas. Yo digo que hacemos industria. Vamos avanzando. Nuestra industria va cambiando año a año. Ahora viene un aluvión de nueva tecnología. Cuando ocurren esas revoluciones, parte de nuestro ADN es ser lo que nos va a matar, nos convertimos en lo que nos va a matar para no ser Kodak ni Blockbuster o Blackberry. En Etermax Uruguay trabajan 87 personas.

¿Cómo ve la operación local?

Después de Argentina, Uruguay es la más grande por lejos. Es donde primero empezamos por cuestión de cercanía cultural y física. Encontramos mucho talento. Contratamos este piso entero porque creemos en el talento uruguayo y queremos expandirnos acá. Se habla de que el país se convierta en “hub” tecnológico global.

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 La operación en Uruguay es liderada desde el inicio por Rodrigo Larrimbe. Fotos: Nicolás Garrido

¿Cree que esto es posible?

Es posible. Estuve en Israel hace unos años. Me impresionaron dos cuestiones: la relación entre la ciencia y la tecnología, y que todo empieza en los chicos. Los niños de ocho años quieren ser emprendedores y no jugadores de fútbol. Eso es generar un “hub”. 

A nuestras universidades les falta financiación, pero a las de Israel les sobra porque generan patentes. En EE.UU. lo mismo, son “archi ricas” porque se incorporan al proceso.

Una de las personas que más me impactó en mi vida fue (el economista y banquero bangladesí) Muhammad Yunus, premio Nobel de la paz. Dice que a las personas pobres no es que hay que alimentarlas hasta que se mueran, sino que hay que incorporarlas a la economía. 

Se trata de ver cómo generamos esa cultura para que generen valor. En el fondo, generar valor significa hacer cosas que otros quieren.

Los “hubs” tienen que ver con cambiar la forma en que pensamos las cosas. No es que yo estudié tal cosa entonces ahora alguien me tiene que dar trabajo. No es como funciona. Tiene que ver con incorporar a la gente a las cosas que necesitamos.

Nota publicada en la Edición Impresa

Forbes UY de Octubre de 2022

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