Todo empezó cuando hace cinco años Juan Ciapessoni, cofundador de The Electric Factory, participó de la inauguración de la empresa Newlab en el edificio 128 de Brooklyn Navy Yard, sitio que durante casi dos años funcionó como un centro de construcción de los barcos usados durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, que posteriormente estuvo abandonado durante décadas y que en 2016 se transformó en un centro tecnológico.
El proyecto de la empresa, basado una comunidad de innovación y tecnología aplicada a la resolución de varios de los mayores desafíos mundiales, llamó la atención de Ciapessoni, quien mediante la iniciativa Test Uruguay impulsada por la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI) se acercó al ministro de Industria, Energía y Minería (MIEM), Omar Paganini y le transmitió sus impresiones sobre el trabajo de aquel centro.
Zoom, Slack y Teams, ¿se suben al metaverso?
A partir de ahí se iniciaron las conversaciones con ellos para que vinieran a Uruguay y después, aprovechando que Sergio Fogel (fundador del unicornio uruguayo dLocal) estaba en Nueva York por la salida en bolsa de dLocal, lo puse en contacto con Newlab y todos tuvimos la certeza de que iba a ser muy bueno para el país, cuenta el empresario a Forbes Uruguay.
Finalmente, llegada se dio en asociación con el MIEM, con la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), el Laboratorio Tecnológico de Uruguay (LATU), y con la colaboración de Globant y Mercado Libre.
El trabajo de Newlab se enfoca en dos áreas, resume el chief product officer de Newlab, Satish Rao. Trabajamos con nuevas empresas de tecnología en su etapa inicial, las ayudamos a crecer, somos socios de gobiernos de todo el mundo, los ayudamos a resolver desafíos, a invertir en empresas y a construir nuevas empresas también. Los temas en los que trabajamos principalmente son la movilidad, energía, bio-materiales, y nuestros objetivos siempre son sobre el impacto y la sostenibilidad dentro de estas tres cosas.
Desde su inauguración en 2016, Newlab impactó en más de 800 emprendedores, inventores e ingenieros, 200 grandes compañías y entre todas sus empresas socias ayudó a levantar más de 1500 millones de dólares en capital de riesgo, y a movilizar la misma cifra en recientes adquisiciones. Cuando se instaló en el edificio de Brooklyn, había 50 empresas; hoy, son 300, mediante las que se crearon miles de nuevos puestos de trabajo en cinco años, explica Rao. En Detroit, Michigan -donde abrió su segunda operación- va por el mismo camino.
Y la meta para Uruguay no es menos ambiciosa. Nuestra visión es ayudar a catalizar el impulso que ya está teniendo el país en materia de innovación. Vemos mucho progreso en industrias que son fundamentales para la sostenibilidad, hay un conjunto muy abierto y estable de agencias públicas que respaldan el ecosistema y eso es muy importante para la inyección de innovación y talentos globales, y es por eso que entramos, indica Rao a Forbes Uruguay.
Con la lupa en Uruguay
La compañía proyecta que en un plazo de cuatro años Uruguay se convierta en el hub de innovación de América Latina y, por qué no, también del mundo, asegura Rao.
Creemos que podemos no solo ayudar al progreso de las industrias dentro de Uruguay, sino que también ayudar al país a convertirse en una plataforma para el desarrollo de la innovación para Latinoamérica y eventualmente para el mundo.
El plan de Newlab en Uruguay consiste en diseñar, desarrollar e implementar entre dos y tres de los que denomina Innovation Studios (estudios de innovación) cada año durante los próximos cuatro años.
Los Innovation Studios -una de las verticales de negocio de Newlab- son iniciativas que aprovechan los recursos y la experiencia de los socios del sector público y privado para apoyar a empresas emergentes que desarrollan soluciones transformadoras en áreas como ciudades sostenibles, energía, agricultura, movilidad y accesibilidad. En pocas palabras, conectan empresas tradicionales con sed de innovar con startups de su área.
Para liderar el proyecto en el país, Newlab contrató al uruguayo Fernando de la Fuente, ex líder del área de sustentabilidad e inclusión global del banco HSBC.
Cuando hay corporaciones tradicionales que quieren innovar, como Ford que quiere innovar en vehículos eléctricos, los apoyamos y entramos como un I+D (investigación y desarrollo) externo que los ayuda haciendo matching con startups que existen. Nuestros clientes son ambos, las startups que estamos ayudando a crecer haciendo este matching y corporaciones y gobiernos que estamos ayudando a que innoven en estas áreas que pueden ayudar en temas como cambio climático, salud, apunta de la Fuente.
El primer Innovation Studio en Uruguay se llama Ethical AI, y se enfoca en ayudar a la tecnológica Globant a encontrar soluciones y startups en dos sectores: biotecnología y salud, y gaming y metaverso. La directora de programas de Newlab, Mariela Machado Fantacchiotti, explica que en los últimos dos casos, el objetivo es mitigar los efectos negativos, como el abuso en línea contra mujeres, diferentes etnias o niños.
En biotecnología y salud se trabaja en la búsqueda de soluciones contra la desinformación. Por ejemplo, sobre vacunas, cómo detectar esa información y poder atacarla para que no afecte al desarrollo futuro de la farma y de las tecnologías. También se busca combatir el sesgo en los algoritmos. ¿Cómo ver el sesgo en el hallazgo de cáncer de piel? Muchas tecnologías de inteligencia artificial para detectar cáncer de piel son para personas blancas, y cuando es otra piel se crea un sesgo en el software, cuenta la directora de programas de Newlab.
Generar condiciones
Los ejecutivos consideran clave la alianza con el sector público y ser parte de una estrategia nacional para concretar sus objetivos, explica Satish Rao. El gobierno de Uruguay está constantemente promocionando al país en el mundo en términos de lo que se puede producir en Uruguay. Para crear innovación, queremos ser parte de esa hoja de ruta, indica.
Y desarrollar un hub de innovación tendría como consecuencia otra de las grandes metas de Newlab: atraer talento regional y mundial. Para eso, dice de la Fuente, se necesita generar más condiciones. Al que sea uruguayo, que se quiera quedar y no se vaya, y al talento de otras regiones, que quiera venir a instalarse. Newlab busca eso, atraer ese talento a acá, algo que después va en cascada. El ejecutivo entiende que el desafío es atraer talento joven, el catalogado como nómade digital.
Uruguay es un país impresionante para vivir pero nos hemos enfocado más en las familias, muchos argentinos que han venido, pero todavía nos está costando atraer talento joven que diga 'me voy de la región y me instalo en Uruguay'. Ahí es donde se pueden hacer muchas cosas, pero tenemos que ejecutar bien la estrategia, subraya.
De cumplir con sus planes, Uruguay se convertiría en una plataforma que las empresas elegirían para desarrollar sus pilotos y prototipos con rapidez; un territorio en el que empresas grandes de todos los rubros se instalarían con los equipos de sus respectivos países -y así sumarían talento a Uruguay- y desde donde las startups podrían escalar sin necesidad de salir a buscar capital al exterior.
Creemos que Uruguay se va a saltear una revolución industrial. Estuvimos un poco atrasados como país en la tercera y hoy tenemos un gran potencial en la cuarta. Eso es lo que Newlab está tratando de hacer, ayudar al país y al ecosistema a no solo entrar en esta cuarta revolución, sino a liderarla, afirma el uruguayo Fernando de la Fuente.