“Si el mercado y la cultura interna de tu organización no se están poniendo incómodos, entonces no estás innovando”, aseguró Javier Agustín Vigo. El CEO de Pilay puso una idea disruptiva sobre la mesa: vender metros cuadrados y darle el poder al consumidor de comprar y pagar en la moneda que quisiera. “Obviamente, una idea así rompía todo”, ya que agregaba riesgo al desarrollador.
Todo indicaba que debían vender en dólares o unidades indexadas. “Sin embargo, el 85% del costo en Uruguay es en pesos, ¿cómo vamos a vender en dólares?”, analizaron. El camino fue difícil: “Hay que estar muy convencido de la idea y seguir”, reconoció Vigo durante la primera edición local de Forbes Game Changers Summit. Tras varios intentos, logró que alguien “de arriba” aceptara la idea y alguien “de abajo” también.
Al tiempo, Vigo se propuso habilitar la venta online de metros cuadrados. Para ese entonces, ya se había instalado en el ADN pensar fuera de la caja. Toda la organización “es como un iceberg, la parte de arriba es lo que vemos, pero abajo es donde está la mayoría de la gente, que sabe mucho más de lo que uno cree”, destacó Vigo.
Una auxiliar contable sugirió, por ejemplo, poner un “carrito” en la web como en Amazon, “pero de metros cuadrados”. Otro funcionario de marketing, con solo 90 días de trabajo en la empresa, propuso sumarse al Ciberlunes. “En un principio podíamos pensar que algo de inversión y consumo masivo no tenían nada que ver. Sin embargo, fue súper exitoso: vendimos en esos tres días lo mismo que habíamos vendido en cinco meses”, dijo el CEO.