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La IA y la sombra sobre la democracia: la creciente amenaza a las elecciones mundiales

Neil Sahota

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La inteligencia artificial plantea problemáticas con herramientas como los deepfakes y los bots. Desde sociedades polarizadas hasta riesgos democráticos, empresas y Estados deben debatir estándares que impidan llegar a estos escenarios.

13 Febrero de 2024 09.40

En la era digital, la santidad de la democracia se encuentra bajo una amenaza sin precedentes por parte de un adversario formidable: la inteligencia artificial. La misma tecnología, celebrada por su potencial para resolver problemas complejos, también se está utilizando como arma para manipular elecciones y socavar las instituciones democráticas. Los malos actores y las máquinas políticas que quieren ganar a toda costa han creado un mundo oscuro de elecciones impulsadas por la inteligencia artificial y el miedo inminente que ello arroja sobre el futuro de la democracia.

 

IA, Inteligencia Artificial
La inteligencia artificial tiene el potencial de solucionar miles de problemáticas pero también de generar graves inconvenientes


 

La manipulación de la democracia impulsada por la IA


La interferencia electoral a través de la IA representa una nueva frontera en la subversión de los procesos democráticos. Los malos actores, desde Estados-nación hostiles hasta agentes políticos sin escrúpulos, están explotando la IA para difundir desinformación, sembrar discordia y sesgar la opinión pública. Este uso insidioso de la IA plantea profundas preocupaciones sobre la integridad de las elecciones y los cimientos mismos de las sociedades democráticas.

Una de las principales tácticas de interferencia electoral impulsada por la IA es la propagación de noticias falsas. Los algoritmos de IA son expertos en identificar y amplificar contenido que resuena con audiencias específicas, independientemente de que el contenido sea veraz o no. Esta capacidad se aprovecha para difundir información errónea y desinformativa a gran escala, distorsionando la percepción pública e influyendo en las opiniones de los votantes. Además, difunde noticias falsas a un ritmo tan rápido que ya se han vuelto virales antes de que las personas puedan siquiera procesar la información errónea, y mucho menos reaccionar ante ella.


 

Deepfakes: socavando la confianza en la información


Desafortunadamente, las noticias falsas se han convertido en algo aún más siniestro: los deepfakes. La llegada y proliferación de la tecnología deepfake de IA añade una nueva dimensión a esta amenaza. Los deepfakes implican la creación de contenido de audio y vídeo hiperrealista pero totalmente fabricado. En el contexto de las elecciones, los deepfakes pueden utilizarse para crear narrativas falsas, hacerse pasar por figuras políticas o fabricar declaraciones incendiarias, erosionando así la confianza del público en las fuentes de información. Consideremos el reciente audio falso del presidente Biden en las primarias de New Hampshire instando efectivamente a la gente a no votar. Ya hay numerosos casos de deepfakes para las elecciones estadounidenses de 2024, hasta el punto de que se ha creado una lista para alertar a la gente sobre los casos conocidos.

 

El avance de la IA permite realizar fotos o videos llamados Deepfakes que resultan difíciles de identificar
El avance de la IA permite realizar fotos o videos falsos llamados Deepfakes que resultan difíciles de identificar


 

Bots de redes sociales y la ilusión del consenso


Los manipuladores electorales explotan otra poderosa herramienta dentro de su arsenal: los robots impulsados por inteligencia artificial en las redes sociales. Estos robots imitan a los usuarios humanos, publican, retuitean e interactúan con contenido a una escala sobrehumana. Crean una ilusión de consenso y amplifican el contenido divisivo, manipulando la percepción y el debate públicos.


 

La guerra psicológica de la propaganda impulsada por la IA


El uso de IA en la interferencia electoral es una forma de guerra psicológica. Se aprovecha de las vulnerabilidades de la psicología humana, explotando sesgos cognitivos y desencadenantes emocionales para manipular creencias y acciones. La naturaleza dirigida del contenido impulsado por IA significa que las personas a menudo no son conscientes de la manipulación y creen que están actuando por su propia cuenta. Como resultado, una de las consecuencias más dañinas de la interferencia electoral impulsada por la IA es la erosión de la confianza pública en las instituciones y procesos democráticos. Cuando los votantes no pueden discernir la verdad de la falsedad o sienten que su discurso político está siendo manipulado, se socava la confianza en todo el sistema democrático.


 

La polarización de la sociedad


Esta manipulación de los votantes tiene como objetivo exacerbar las divisiones sociales y políticas, creando una sociedad más polarizada y fragmentada. Esta brecha entre las personas obstaculiza el diálogo constructivo, socava la creación de consenso y puede conducir a un aumento del malestar social. Ya existe una polarización extrema en numerosos países, y parece estar en un nivel nunca antes visto en la historia. En consecuencia, muchas sociedades sufren daños debido a la incapacidad de los gobiernos para responder a las necesidades de las personas, y mucho menos al creciente número de amenazas en el mundo.

 

Inteligencia Artificial
La Inteligencia Artificial puede contribuir a una sociedad más polarizada e individualista


 

La respuesta a la amenaza de la IA en las elecciones


Abordar la amenaza de la IA en la interferencia electoral requiere un enfoque multifacético que involucre a los gobiernos, las grandes empresas tecnológicas y la sociedad civil. El primer paso es fortalecer nuestros marcos legales y regulatorios para combatir la interferencia electoral impulsada por la IA. Esto incluye la promulgación de leyes que aborden las prácticas de campañas digitales, la desinformación y la interferencia extranjera, así como regulaciones que garanticen la transparencia en la publicidad política.

Para el segundo paso, la industria tecnológica debe priorizar el desarrollo ético de la IA. Esto implica crear sistemas de IA que sean transparentes, responsables y alineados con los valores democráticos. Se deben establecer pautas y estándares éticos para regir el uso de la IA en el contexto de las elecciones.

El tercer paso es aumentar la alfabetización mediática y la conciencia pública. Esto es crucial para combatir la interferencia electoral impulsada por la IA. Educar al público sobre las tácticas utilizadas en la manipulación digital, cómo identificar fuentes de información creíbles y la importancia del pensamiento crítico es esencial para desarrollar resiliencia contra la desinformación.

El cuarto paso es mejorar la cooperación internacional, porque en la era digital la tecnología no tiene fronteras. Por lo tanto, los países deben trabajar juntos para compartir inteligencia, desarrollar mejores prácticas y apoyarse mutuamente para salvaguardar los procesos democráticos.

Los malos actores que utilizan la manipulación electoral de la IA representan una grave amenaza para el núcleo mismo de las sociedades democráticas. A medida que la tecnología de IA continúa avanzando, crece el potencial de abuso, lo que hace imperativo actuar con decisión. Fortalecer los marcos legales, promover la IA ética, aumentar la conciencia pública y fomentar la cooperación internacional son pasos críticos para combatir esta amenaza. El futuro de la democracia depende de nuestra capacidad para enfrentar y superar los desafíos que plantea la interferencia electoral impulsada por la IA, garantizando que el poder de la tecnología sirva para apoyar los ideales democráticos, no para socavarlos.


*Nota publicada originalmente en Forbes EE.UU. 

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