Este martes, se dio a conocer que Intel construirá en Israel una planta de chips de US$ 25.000 millones con una subvención de US$ 3.200 millones del gobierno local, logrando la mayor inversión jamás realizada en el país por parte de una empresa.
A través de un comunicado de prensa, la corporación estadounidense detalló que el plan de expansión, que se llevará a cabo en Kiryat Gat, a 42 kilómetros de Gaza, servirá para “fomentar una cadena de suministro global más resiliente, junto con las inversiones de fabricación en curso y planificadas de la compañía en Europa y el resto del mundo”.
A su vez, Intel se comprometió también a adquirir bienes y servicios por US$ 16.600 millones a proveedores israelíes durante la próxima década, a la vez que pretende crear miles de nuevos puestos de trabajo.
Bajo el liderazgo de Pat Gelsinger, actual director ejecutivo de Intel, la compañía destinó inversiones masivas para construir fábricas en tres continentes, buscando restablecer su posición número uno en el desarrollo de procesadores y competir eficazmente con AMD, Nvidia y Samsung.
Por otro lado, con el objetivo de fortalecer su presencia en Europa, Intel tiene planes de destinar más de US$ 33.000 millones en la construcción de dos plantas más en Magdeburgo, en una iniciativa que forma parte de una amplia campaña de inversión en toda Europa, respaldada por grandes subsidios ofrecidos por el gobierno alemán.
En 2022, Intel anunció su intención de invertir hasta US$ 100.000 millones para potencialmente establecer el complejo de fabricación de chips más grande del mundo en Ohio, en un contexto donde rivales como Samsung y Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) también revelaron jugadas similares.
Los ministerios de finanzas y economía de Israel destacaron la importancia de la estrategia de Intel, considerándola como una expresión significativa de confianza en la economía del país, especialmente en un momento de competencia global por atraer inversiones importantes en el sector de los chips.
“Esta inversión, en un momento en que Israel libra una guerra contra la maldad absoluta, una guerra en la que el bien debe derrotar al mal, es una inversión en los valores correctos y justos que significan progreso para la humanidad”, sostuvo Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas.