Impulsando la "Aviación Verde": cómo es la primera estación de radares 100% sustentable del mundo
La empresa Thales y la Dirección General de Aeronáutica Civil de Chile construyeron en Atacama estas instalaciones que son innovadoras a nivel global. Cuáles son sus ventajas y cómo podría replicarse en otras regiones del mundo.

La transformación digital de los sectores productivos continuará siendo uno de los temas más destacados durante 2024. Por lo general se suele poner el foco en la producción agrícola por la necesidad de generar más alimentos con menos recursos. Sin embargo, estos procesos se están dando en múltiples industrias y uno de los ejemplos más relevantes es la aviación

Si bien hay muchos proyectos para destacar dentro de la industria aerocomercial, en Sudamérica hay uno que llama la atención a nivel global: la primera estación de radares 100% sustentable del mundo en Atacama, Chile. La misma fue desarrollada por la empresa Thales para la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) y brinda soluciones de control de espacio aéreo y modernización de los sistemas de radares del país.

"Trabajamos mucho con el tráfico aéreo. Dos de tres aviones que despegan y aterrizan en el mundo lo hacen coordinados por equipos nuestros y en Chile eso se vuelve aún más relevante porque 75% de los radares en el país son nuestros", explica Wellington Rodrigues, director de Thales para Cono Sur, a Forbes. Y agrega: "Entonces, cuando la DGAC presentó este desafío, creímos ser quienes podían afrontarlo". 

 

Wellington Rodrigues, director de Thales para Cono Sur

 

- ¿Cuál era el desafío puntualmente?

- Ellos tenían la necesidad de incrementar la cobertura de vigilancia y monitoreo en la región de Atacama. Nos interesó mucho porque estaba alineado con nuestros objetivos porque creemos que las limitaciones ambientales no pueden ser una limitación al desarrollo tecnológico. No son factores que no se puedan compatibilizar y por eso tomamos el desafío y presentamos nuestra oferta. Además, había una necesidad de que la energía del sistema sea totalmente sostenible. De ahí partimos cuando nos dieron el contrato. 

- ¿Cómo son las instalaciones?

- Es una estación con dos radares. Uno primario, que emite ondas electromagnéticas y recibe la respuesta para definir la ubicación de los aviones, y otro secundario que 'interroga al avión' para obtener información. La Estación Radar de Calama marca un hito mundial al ser la primera en operar exclusivamente con energías renovables gracias a 340 paneles de energía solar, sentando un precedente en el abordaje de la tecnología y el cuidado del medioambiente. 

- ¿Cómo trabajaron para superar este desafío? 

- Lo que procuramos hacer es tomar una limitación, en este caso la ubicación, para transformarla en un beneficio. Sabíamos que no había infraestructura alrededor y teníamos que encontrar soluciones para eso. La respuesta vino de la energía solar porque allí hay una incidencia mayor en comparación a otras partes del país y del mundo. Eso lo pudimos potencializar para generar toda la energía con paneles solares. Más de 30 personas trabajaron en este proyecto, tanto de Thales como de la DGAC, y más de 300 personas estuvieron indirectamente involucradas.

 

 

- ¿Por qué decís que sienta un precedente?

- Porque toda la tecnología de los radares son de última generación y eso impacta en lo que hoy se conoce como aviación verde. La posibilidad de optimizar rutas para que los aviones consuman menos combustible se logra con integración de tecnología tanto dentro de los aviones como en los radares y las torres de control. Toda esta renovación de infraestructura es clave para lograr los objetivos planteados en este aspecto. Hay muchas posibilidades de hacer esto en toda la región ya que permite el procesamiento de datos en tiempo real. Una cosa es recibir Data y otra es procesarla y tomar decisiones en tiempo real. Cuando logras esto se puede llevar la eficiencia al siguiente nivel y reducir la huella de carbono. Es una gran contribución para reducir el calentamiento global en todo lo referido a aviación.


 

Las operaciones de Thales en la región 


Wellington Rodrigues, director de Thales para Cono Sur, fue designado en ese rol a mediados de 2023 y bajo su responsabilidad están las operaciones en Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay. La empresa, de origen francés, está presente en 68 países y cuenta con 77 mil empleados. De ese total, en América Latina la empresa tiene presencia en más de 10 países y cuenta con 2.700 personas, de las cuales 120 están dedicadas al Cono Sur.  

En 2022 generó ingresos por más 17 mil millones de euros y se dedican a cuatro líneas de actividad: el área de defensa y seguridad, en la que trabaja con las fuerzas armadas de los distintos países, el área aeroespacial, en la cual desarrolla innovaciones con agencias de espacio aéreo y aerolíneas, el área de espacio (NdR: en Argentina estuvo en los proyectos de Arsat) y el área de seguridad y digitalidad, donde acompaña la transformación digital de sus clientes, desde medios de pago e identidad hasta ciberseguridad y conectividad 5G. 

"Aunque mucha gente no se da cuenta, todos los días se están utilizando soluciones de Thales. Si uno viaja por Aerolíneas Argentina, hay aviones con soluciones de Thales, si se usa una tarjeta de crédito, muy probablemente es de Thales porque en la Argentina hay millones de tarjetas emitidas por nosotros y si se hace una transacción lo mismo porque brindamos seguridad para estos procesos", destaca Rodrigues.  

- ¿Cuáles son los objetivos que se plantean?

- En Thales tenemos un propósito muy claro: construir un futuro en el cual todos podamos confiar. Eso es transversal a todos las verticales de negocio. Las aplicaciones más críticas que desarrollen nuestros clientes para beneficiar a la sociedad, es ahí donde queremos estar. Esto puede ser para una aplicación satelital, para una aeronave, un pasaporte que garantice la identidad, un control de vuelo o un sistema de defensa y seguridad. La tecnología es un habilitador para construir un futuro más seguro, verde e inclusivo. Pero al mismo tiempo la tecnología tiene riesgos asociados ya que una vez que estás conectado puede haber invasores que busquen hacer daño a los sistemas más críticos. Nosotros invertimos 20% de nuestros ingresos en investigación y desarrollo en cuatro tecnologías clave: Big Data, IA, conectividad y ciberseguridad. Hay que invertir fuertemente en eso para estar siempre listo a la hora de contrarrestar las amenazas. 

 

 

- Mencionaste IA que es una tecnología muy popular hoy en día pero que también genera muchos debates. ¿Cómo trabajan con estos desarrollos?

- Si uno va a Amazon, por decir un ejemplo, la plataforma recomendará según lo que uno haya visto anteriormente. Algunas recomendaciones te interesarán y otras no. Lo mismo pasa con Netflix. Pero incluso si el algoritmo falla y te muestra algo que no te gusta, no hay mayor inconveniente para vos. En Thales trabajamos con aplicaciones que sí tienen repercusiones importantes y estamos en contacto con sistemas críticos. Por ejemplo, sistemas de control de vuelo. Por eso tenemos un concepto que llamamos "True IA", que sea una inteligencia artificial conocida por todos y que genere confianza a la hora de interactuar con los sistemas. Si un piloto conduce un avión y la IA le dice que debe ir por un lado, él debe entender por qué le dice eso. Porque así le dará confianza. Si no hay explicación, genera lo contrario y por eso lo trabajamos de esta forma. Hay un potencial enorme en IA generativa para las actividades críticas. 

- ¿Cuál es el mayor potencial de la IA?

- Necesitamos IA en donde se necesite evaluar una masa de datos muy grande en tiempos cortos. Donde se tenga que aprender de esos datos de forma rápida para dar respuestas duras y también en actividades repetitivas. Sin embargo, el elemento humano es clave para la innovación, el desarrollo de las actividades y el futuro que buscamos. No hay incompatibilidad entre el elemento humano y la IA en la búsqueda de competitividad de las empresas. 

- No sos apocalíptico con respecto a la IA…

- Poner la tecnología al servicio de las personas es para construir un buen futuro. Eso se logra investigando y no cerrando todo. Pongo un ejemplo. Como estamos todos conectados aumentan los ataques cibernéticos. Alguien podría decir que la forma de solucionarlo es apagando todos los computadores, porque así no habrían ataques. Pero si lo hacemos tampoco podríamos vivir como lo hacemos hoy y perderíamos muchas potencialidades. Por eso debemos colaborar para establecer reglas y requisitos que pongan a la tecnología al servicio del ser humano. 

- ¿Qué tanto necesitan saber los usuarios promedios de la IA para usarla?

- El conocimiento siempre es algo importante pero el crecimiento de la humanidad viene de la especialización. Uno no puede conocer todo de todo porque es imposible. Yo utilizo el GPS de mi auto y tengo alguna noción de como funciona pero no sé exactamente cómo interactúa con el auto. Y eso está bien porque yo confío en la tecnología que está por detrás porque las empresas y gobiernos que desarrollaron estos sistemas siguieron los procesos adecuados para hacerlo. En Thales hacemos lo mismo y apuntamos a elevar la confianza para así elevar la adopción de estas tecnologías. La confianza siempre está por detrás y con respecto a la IA pasa lo mismo. Y a eso sumo que es importante que se debata sobre ella, se informe y se creen normas y reglas de uso para sostener su crecimiento con legalidad. 

- ¿Qué esperan para 2024 en el Cono Sur?

- Estamos muy entusiasmados por el escenario de los cuatro países. Hay muchas oportunidades en todos ellos y también desafíos que nos impulsan a adaptarnos. Hay cuatro áreas en las que nos concentramos para crecer 10% anual durante los próximos cinco años: modernización de equipamiento de fuerzas armadas en todos los países de la región, ciberseguridad y ciber soberanía, seguridad ciudadana y la transformación digital de nuestros clientes. Este proceso está recién en sus primeros pasos en la región y queremos acompañar a nuestros clientes para que puedan llevarla a cabo.