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Gestión Empresarial: el desafío de la humanidad en la era de la Inteligencia Artificial

Hervé Tessler CEO de Noventiq

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Como líderes, nuestra capacidad para forjar conexiones personales con los empleados es crucial a la hora de alimentar una cultura de confianza.

3 Mayo de 2024 19.30

El arte de la gestión siempre se ha considerado una piedra angular en la arquitectura de las empresas de éxito. En el fondo, pienso -y actúo de acuerdo con esta creencia- que la gestión no sólo tiene que ver con estrategias, objetivos y procesos, sino profundamente con las personas. Esos empleados que impulsan el motor de una empresa de éxito. 

Para dominar realmente el arte de la gestión y el liderazgo, mi principio más importante es garantizar que cada conexión humana cuente y tenga valor. Esto es especialmente vital en una era dominada por la Inteligencia Artificial (IA) en la que la inteligencia humana, sin dudas, sigue siendo el factor decisivo para alcanzar el éxito.

El rol crucial de un CEO

En el corazón de cualquier organización están los miembros de su equipo. Como líderes, nuestra capacidad para forjar conexiones personales con los empleados es crucial a la hora de alimentar una cultura de confianza, motivación y compromiso. Asumimos una enorme responsabilidad hacia nuestra gente, actuando como mentores a diario mientras permanecemos abiertos a aprender de sus ideas, retos y aspiraciones.

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En el corazón de cualquier organización están los miembros de su equipo. 

Un principio que comparto constantemente, tanto con mis hijos, compañeros de trabajo o amigos que buscan consejos, es la importancia de rodearse de personas que poseen la experiencia de la que nosotros carecemos. El verdadero objetivo de un CEO, en mi opinión, es encarnar la humildad, garantizando que cada miembro de la organización pueda alcanzar su pleno potencial y sentirse satisfecho con su trabajo. Es en estas condiciones cuando cualquier organización puede prosperar de verdad.

Esto me lleva de nuevo al importante punto de establecer conexiones personales con los equipos. Es cierto que en una compañía que emplea a 6.400 personas en 60 países diferentes, se hace más complicada la tarea de llegar a conocer a todo el mundo personalmente. Sin embargo, creo que siempre tiene que ser una prioridad.

Siempre que viajo me pongo como objetivo conocer a gente con la que nunca he hablado antes para escuchar sus ideas, preocupaciones y expectativas. El enfoque de la gestión implica animar a los colaboradores directos -y a sus colaboradores indirectos- a hacer lo mismo: sentarse con personas del trabajo con los que no suelen interactuar, conocer sus tareas diarias, sus dificultades y sus planes.

El compromiso personal impulsa el éxito de la organización

Esta conexión entre buenas prácticas de gestión y éxito empresarial no es sólo teórica: es algo que he visto en acción y en lo que creo firmemente. Al reflexionar sobre cómo el compromiso con la interacción personal desempeña un papel crucial en la mejora del rendimiento global, apunté unos cuantos beneficios que, en mi opinión, ayudan al crecimiento y bienestar de las empresas.

Un empleado que recibe apoyo tiene más probabilidades de prestar un servicio excepcional.
Un empleado que recibe apoyo tiene más probabilidades de prestar un servicio excepcional.

Por un lado, creo que las reuniones individuales garantizan que todo el mundo entienda tanto las expectativas de la dirección como las preocupaciones de los empleados, lo que allana el camino para la resolución de problemas y la toma de decisiones más eficaces. Además, fomentan la creatividad, prosperando en entornos en los que las personas se sienten cómodas y valoradas.

También hay una simple verdad que he observado. Cuando los empleados se sienten realmente valorados y comprendidos, su compromiso se dispara. Y, con un mayor compromiso, aumenta la productividad y la lealtad. Reconocer a las personas y abordar sus preocupaciones personalmente puede aumentar significativamente la satisfacción y la lealtad en el trabajo, lo que a su vez nos ayuda a retener a nuestro talentoso equipo.

Por último, considero que el bienestar de nuestros empleados se refleja en cómo tratan a nuestros clientes. Un empleado que recibe apoyo tiene más probabilidades de prestar un servicio excepcional. Esto influye directamente en nuestro crecimiento y éxito como empresa y, naturalmente, en la satisfacción del cliente.

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