¿Por qué la educación no sigue el ritmo de las transformaciones sociales? Denise Vaillant, una de las especialistas más destacadas del país, apuntó que en Uruguay las cosas se hacen a tres velocidades: lento, muy lento y extremadamente lento.
Si bien conocemos experiencias innovadoras y disruptivas, el desafío radica en escalarlas, dijo la decana del Instituto de Educación de Universidad ORT.
Lidiamos con generaciones anfibias que transitan entre lo digital y lo presencial, lo cual representa una complejidad real para la innovación educativa. A pesar de la evidencia que muestra innovaciones con alto potencial en América Latina, nos enfrentamos a desafíos en términos de escala, tiempos y políticas. Es fundamental convertir la innovación educativa en una cuestión de Estado, consideró.
El caso de Ceibal en Uruguay destaca como una política con sostenibilidad en el tiempo, con una estrategia disruptiva que surgió fuera del ámbito educativo convencional, destacó.
Vaillant sostuvo que la educación ya no está desconectada de la economía: Existen numerosas iniciativas que vinculan el conocimiento, la acción y la convivencia con la transformación social actual, dijo. Sin embargo, no abundan ejemplos sostenidos en el tiempo.
Un desafío crítico es la pérdida de atractivo en la docencia. Otras profesiones ofrecen mayor competitividad y mejores condiciones laborales. Los países que avanzaron significativamente en educación implementaron políticas sistemáticas a lo largo del tiempo para valorar a los docentes. Necesitamos docentes con capital cultural, enfatizó.