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De aquel verano de 1927 a este viaje por la IA
Innovacion

De aquel verano de 1927 a este viaje por la IA

Alex Milberg Director

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26 Febrero de 2023 12.25

Aproveché estas vacaciones para leer más de Bill Bryson, Iowa (72), uno de mis autores favoritos. Experiodista (dejó The Times cuando nació su tercer hijo), se lanzó a la escritura con un talento multifacético: escribió diez libros fantásticos de viajes, seis sobre lengua inglesa, cuatro sobre ciencia, una biografía sobre Shakespeare, sus memorias y dos fascinantes libros de historia.

Lo conocí por su premiada Una breve historia de casi todo, que podría estar en todas las escuelas del mundo. Es un libro de ciencia ingenioso, divertido y atrapante como todo lo que escribe Bryson. También escribió El cuerpo humano, aún pendiente de lectura.

En estos días, terminé 1927, un verano que cambió el mundo y ya arranqué En casa, una historia de la vida cotidiana. En 1927, ofrece un relato maravilloso sobre los temas que conmovieron al mundo en aquellos tres meses y el contexto de los años cercanos.

El primer vuelo transatlántico
 Charles Lindbergh (1902-1974) despegó desde Long Island, Nueva York, sin radares ni radios, con seis sándwiches y mapas, y aterrizó 33 horas y 32 minutos más tarde en Le Bourget.

Parte del relato cuenta la increíble carrera por lograr el primer vuelo transatlántico que unió América y Europa, logrado en solitario por un piloto de 25 años que armó su propio avión casi sin presupuesto. Charles Lindbergh (1902-1974) despegó desde Long Island, Nueva York, sin radares ni radios, con seis sándwiches y mapas, y aterrizó 33 horas y 32 minutos más tarde en Le Bourget, el preciso lugar donde dijo que lo haría.

La proeza se transmitió al mundo. Fue recibido en París por 250.000 personas y a su regreso en Nueva York por 5 millones, en la que fue la mayor manifestación pública ofrecida para una sola persona. Durante tres meses recorrió 82 ciudades, dio 147 discursos y fue aclamado por multitudes.

Años más tarde padeció una tragedia: secuestraron y mataron a su primer hijo cuando tenía casi dos años. Se fue a vivir a Europa. Ya antes de la guerra, junto a Henry Ford, habían sido los únicos norteamericanos en recibir una medalla de Hitler. Volvió a EE.UU. en plena Segunda Guerra y se oponía a que su país se sumara a la contienda. Su solapada simpatía por el régimen nazi lo derrumbó del pedestal de los héroes incluso aunque luego fuera a combatir con los Aliados.

Al Capone.
Al Capone.

Pero, más allá de Lindbergh y sus competidores y sucesores, por el libro desfilan deportistas icónicos como Jack Dempsey, Babe Ruth o Bill Tilden (tenista hegemónico de su era durante el día y productor fallido de Broadway de noche), Al Capone (que vivió su último gran verano), Hoover, Sacco y Vanzetti (finalmente no tan inocentes como parecían), entre más de 50 personalidades cuyas vidas son descriptas en pocas páginas con un nivel de detalle, gracia y agudeza propias de un talento narrativo descomunal.

No padecieron la locura del Covid-19, pero sí la de la Ley Seca. 1927 descubre y describe personalidades vibrantes que cambiaron el mundo o que fueron sus protagonistas destacados, como hoy podrían ser Lionel Messi, Elon Musk, Bill Gates o la Inteligencia Artificial, estos últimos protagonistas de esta portada de Forbes. Un viaje en el tiempo para deleitarnos con nuestra ilusión de grandeza, llena de vida y de pasión, que transcurre en este diminuto punto azul pálido, como Carl Sagan describió nuestro planeta en un video imperdible que, si no lo viste, está en la web. O le podés pedir al ChatGPT que lo busque por vos.

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