La industria tecnológica insiste en temas como la escasez de talentos y la necesidad urgente de formar a más y más programadores. Sociólogos, contadores, psicólogos o músicos; no importa de dónde vengan, todos son bienvenidos a cubrir la cada vez mayor demanda de trabajadores para un mundo cada día más digital. Contra toda esa corriente, las palabras del Chief Technology Officer (CTO) de Genexus, Gastón Milano, parecen de una rebeldía absoluta. ¿Por qué seguir formando miles de programadores si el desarrollo de software —al igual que tantos otros empleos— también se puede automatizar?
“Si alguien falleció en 1950, lo despierto y le explico cómo está el software de hoy, sale programando. La industria del software no evolucionó”, sostiene. Pero Milano no es el único “rebelde”. En realidad, sus palabras son parte de la ambición de Genexus de “cambiar la forma de desarrollar software en el mundo”, la misma que motiva al ejecutivo a trabajar en la compañía —fundada por Nicolás Jodal y Breogán Gonda— desde 1997, cuando entró a desarrollar con un currículum casi en blanco y experiencia laboral como mozo, almacenero y profesor de matemáticas.
Hace 10 años que Milano es el número uno de tecnología de Genexus, empresa que en abril de este año fue adquirida por la de ingeniería de software Globant. Encabezó junto al equipo de Genexus la creación y el desarrollo de CoronavirusUy, una plataforma para el seguimiento de casos de covid-19 y alertas de exposición que ubicó a la firma en un lugar protagónico durante la pandemia. Sin hacer mucho ruido, el ejecutivo investiga, experimenta, ejecuta. “Creo mucho más en que ante la duda hay que hacer cosas”, dice en entrevista con Forbes Uruguay.
—Como CTO tiene que seguir las tendencias del mercado, hacer predicciones aunque sean a corto plazo y a la vez pensar nuevas ideas y estar atrás de la ejecución. ¿Cómo logra hacer todo?
—Es una mezcla de lo que le llamamos varias vitaminas que tenés que tener, somos convencidos acá en Genexus de que no hay un ejecutivo ideal sino que necesitás complementariedad con más gente. Tenés que tener un par de vitaminas de corto plazo: cuánto produzco y cómo administro mi tiempo, mi agenda, las reuniones que tengo. Crear buenos hábitos, y una vez que tenés los hábitos la producción se hace más sencilla.
Las otras dos vitaminas son la innovación y la integración. La integración es la gente. No podemos decir “tenemos que salir a toda costa” sin mirar a mi equipo, cómo se siente, si están entusiasmados o no, mirar sus críticas, etcétera. Tengo que dedicarle tiempo por sobre todo a eso, porque es una vitamina en el largo plazo. La otra es la de innovación. Esas dos vitaminas me van a dejar avanzar en el largo plazo.
En ese tema de administrar tengo lotes de tiempo donde me dedico a investigar, a leer libros de todo tipo mirando lo que pasa también, que es bastante difícil. Y después no tengo la varita mágica para saber qué va a pasar.
Creo mucho más en que ante la duda hay que hacer cosas. Acá en Genexus somos constructores. ¿Va a funcionar blockchain o no va a funcionar? Y bueno, vamos a hacer cosas para que si funciona que nos agarre preparados.
Nicolás Jodal (CEO de Genexus) es de la misma idea, no estamos preguntándonos cómo van a ser las cosas en 50 años, sino que de lo que hay acá, qué cosas pueden prometer y vamos a experimentarlas. Somos de enchastrarnos las manos y no de “leo metaverso y veo qué pasa”. A veces le pegamos y otras le erramos.
—Es de suponer entonces que habrán apostado fuerte a alguna tecnología que luego no prosperó.
—Sí, a varias. Windows Phone, estaba Microsoft atrás, hicimos un generador y no anduvo. Blackberry, hicimos un generador y no anduvo. Después cada uno como desarrollador tiene muchos fracasos día a día de cosas que hacés, que capaz las hiciste antes de lo que deberías haber hecho. Capaz esas ideas se quedan flotando y en otro momento las agarrás y decís: bueno, es ahora. El tiempo importa y el contexto también.
—Y ahora, ¿en qué tecnologías están poniendo más atención?
—Somos bastante pragmáticos, creo firmemente que blockchain es una tecnología importante a la que le hemos prestado atención y estamos haciendo cosas con ella. Todo lo que es inteligencia artificial alrededor de procesamiento de imágenes, videos. Creo que la realidad aumentada ya está teniendo muchas aplicaciones y seguramente las va a tener. Y un concepto que está evolucionando mucho es el de superaplicaciones, apps que dentro de ellas puedas hacer muchas cosas; tipo Whatsapp, que puedas pagar adentro muchas cosas, pero no en un chat, sino que eventualmente quieras sacar una entrada de cine y la puedas sacar desde ahí. Muchas de las cosas que se están hablando tratamos de experimentarlas y no decidiremos de antemano si van a fracasar o no.
—Se habla siempre de la importancia de formar cada vez más talento en tecnología, pero ustedes proponen el camino de automatizar los procesos para que desarrollar sea más sencillo. ¿Es ese el camino correcto o se requiere un poco de los dos?
—El desarrollo de talento no tiene que estar limitado solamente a la tecnología. Creo que la tecnología es un gran punto de apalancamiento para los países para ir a este mundo digital, pero alrededor del diseño, alrededor de sociólogos, diseñadores de interacciones, comunicación.
Creo que el avance tiene que ir por el lado de los negocios, de lo que se necesita. Yo quiero hacer una app para un shopping y lo que necesito es alguien que sepa de shopping, y con eso lograr capturar ese conocimiento y hacer las apps.
No necesito un programador iOS o Android o Web para que me haga algo, tiene que ser la conceptualización desde lo que necesita el usuario final, el dolor que tiene, desde ahí hay que construir software.
Nosotros tenemos una visión de tratar de automatizar a partir de esas visiones de los usuarios finales. Con el paso del tiempo creemos que sí se necesitan talentos para construir esos puentes que hay hacia el código, pero no tanto para construir código, por tanto, eso de “hice un cursito de programación y ya me pongo a programar”, no sé cuánto va a durar en el tiempo, porque creo que se va a automatizar. Entonces andá buscando dónde está tu aporte de valor. Puede ser en una interacción, un diseño.
¿Tenemos que capacitar talento de software? En esta coyuntura, sí. Mucha gente está capacitando en codificar, creo que es mucho más importante capacitar en pensamiento computacional y razonamiento que simplemente codificar, que explico cuatro cosas y sale cualquier persona codificando.
Si alguien que falleció en 1950 lo despierto y le explico que así está el software hoy, sale programando. La industria del software no evolucionó.
Con respecto a la del hardware, está en pañales. Desde que inventamos los compiladores los programadores están escribiendo código. Y a partir de ahí hacen todas las soluciones. Necesitás gente que esté picando código. Yo siento que picar código sin seguir evolucionando va a ser una suerte de esclavitud futura.
Si te quedás picando y picando código y no incorporás razonamiento, no incorporás mejoras en las interacciones ni las formas como diseñamos software, seremos una suerte de esclavos digitales haciendo eso una y otra vez. Y eventualmente, como vos hacés programación, entrás al mercado laboral, te quedás conforme y ahí quedás estancado, y la industria del software se queda con una gran cantidad de programadores con una calidad dudosa de lo que se puede llegar a obtener.
Creo que hay que evolucionar también en nuestra visión. ¿Todo el mundo tendría que programar? No sé. Quisiera que todos aprendiéramos primero a razonar más que a programar, y a comunicarnos.
—Sin embargo, ustedes de alguna forma democratizan la programación mediante el low code, lo que puede llevar a que cada vez más gente empiece a programar.
—Hemos subido un nivel, creemos que hemos hecho un aporte. Avanzamos en esa dirección y por eso es esa utopía. Creemos ya con lo que tenemos que hemos ayudado a cambiar el orden de tiempo de dar valor. De hacer un sistema que dé valor y que esté bien hecho. En eso creo que ya estamos dejando un rastro que lo tendrán que seguir los que vienen.
—Si la programación va a ser cada vez más accesible, ¿qué lugar ocupará el ingeniero de software?
—La ingeniería tiene que ir madurando hacia procesos de resolución de problemas reales en donde la codificación o software es un instrumento más. Tenemos que hacer más ingeniería de soluciones y no tanto de la codificación.
Lo que está pasando es que entran miles de personas a estudiar programación, les enseñan a codificar y estás creando ingenieros en la codificación.
—Tras la compra de Globant, Nicolás Jodal anunció una nueva era para Genexus. ¿Cómo impactó?
—Hoy desde el punto de vista del equipo de investigación y desarrollo seguimos manteniendo una total independencia, como era la idea, pero una de las cosas buenas es que tenemos una organización que ahora tiene más de 27.000 personas trabajando y por lo tanto tenemos un input bastante grande de oportunidades y casos y de empapar nuestra visión con tantas otras visiones.
Globant es una empresa de servicios digitales que tiene muchísimos casos. ¿Cómo consigo un caso de blockchain para ser aplicado? Globant lo tiene y eso es lo que nos gusta, nos entusiasma. Estamos muy entusiasmados por las cosas que podemos hacer juntos. Globant quiere que las cosas más importantes vayan entrando y vayamos empapándonos.
—Una de las apuestas también era acceder a clientes de otra magnitud y nuevos mercados, como Estados Unidos y Europa.
—Sí, claro. Genexus era muy fuerte en Asia y Latinoamérica. Así que es un complemento y eso ya está pasando. El equipo de integración investigación y desarrollo y comercial está teniendo un trabajo muy fuerte alrededor del mundo uniendo la gran fuerza comercial y de ramas que tiene Globant alrededor del mundo. Esas ilusiones que teníamos se están concretando.