El envío de cohetes al espacio estuvo vinculado durante décadas con la exploración y la investigación a través de misiones financiadas por los gobiernos. La industria New Space viene a barrer con ese modelo para transformar al espacio en una nueva plataforma de negocios. Uruguay no se queda atrás y explora opciones para ser parte de ella.
En 2001, luego de un período en el que había dejado de tener sus propios sistemas de lanzamiento, y dependía de los rusos para poner material en órbita, Estados Unidos decide cambiar el rumbo y abrir el primer programa comercial para transporte de bienes y servicios a la estación espacial. Así nacen dos grandes compañías, como Space X, de Elon Musk, y Blue Origin, de Jeff Bezos, ambos en el podio de los hombres más ricos del mundo.
"Lo que hizo Space X fue reutilizar el cohete y ahí amortizar el costo, que bajó de forma gigantesca. Antes de este cambio, para lanzar tenías que avisar 7 años antes y ahora podés hacerlo a demanda. Space X pasó de lanzar 4 cohetes al año a 1 cada tres días", explicó Luca Estebenet, líder de operaciones Epic Aerospace, durante la edición 2023 de CUTI Business Forum.
Así comienza a generarse una separación entre el Old Space y el New Space. En este último ya no son las agencias las que comandan la misión, sino que pasan a ser facilitadoras de las empresas privadas que prestan un servicio, con un modelo de negocios detrás.
"Estamos en un momento tan joven de la industria, que tenés la posibilidad de ser la industria y no una oportunidad. Podés ser el líder mundial en determinado eslabón de la cadena. Acá, con los mismos recursos que tenés, podés volverte sexy inmediatamente y expandir tu revenue", afirmo Juan Ciapessoni, miembro de la comisión directiva de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI).
Uruguay busca su lugar
A mediados de 2021, Uruguay XXI comenzó a recibir expresiones de interés de empresas vinculadas a esta nueva industria. "Nos decían que se podía lanzar desde Uruguay y fabricar pequeños cohetes. Y resulta que teníamos una ventaja geográfica y espacial donde poder eventualmente realizar lanzamientos", aseguró Alejandro Ferrari, gerente de Inversiones & Aftercare en Uruguay XXI.
El país cuenta con una franja de 100 kilómetros en la costa este para realizar lanzamientos sin intervenir el espacio aéreo de países vecinos y eso generó una oportunidad. Actualmente, se están realizando estudios de impacto ambiental mientras se lleva adelante una consultoría internacional para fortalecer a la Fuerza Aérea y al Estado uruguayo en la regulación de un eventual puerto espacial.
"Seguimos hablando con posibles interesados y tenemos empresas vinculadas al rubro instaladas ya en el país. La idea es empezar a atraer interés sobre este tema que tiene un potencial enorme y que genera posibilidad de posicionamiento para Uruguay", agregó Ferrari.
A su vez, en lo que respecta al marco legal para que este negocio prospere en el país, se está tratando en el Poder Legislativo el proyecto de ley que propone la creación de una agencia espacial.
"En el 2020 empieza el proyecto de un conjunto de legislaciones necesarias, que vienen dadas por la realidad de que había empresas interesadas en avanzar", afirmó Mariana García, asesora de la Fuerza Aérea. Ahora está a estudio en el Parlamento. "Nos parece genial que se esté recabando la opinión de todos los actores espaciales. Creo que legitima mucho el proyecto", agregó.
Un espacio cada vez más rentable
El New Space se está volviendo un sector cada vez más pujante en las tres grandes columnas de su cadena de valor. La primera es Upstream, que engloba todos los productos y servicios necesarios para realizar los lanzamientos al espacio. La segunda es el Midstream, que incluye a todas las compañías que participan en la obtención de datos en órbita y en su preprocesamiento. Finalmente, el Downstream incluye a las empresas que toman la información y crean valor agregado para el usuario final.
Juan Pablo Garavaglia, fundador de Arche —firma de asesoría estratégica y soluciones de capital que tiene entre sus líneas de acción el New Space— aseguró que la mayoría de las personas desconoce el impacto que tiene esta industria en la vida diaria. "Si nosotros nos quedáramos sin satélite, no podríamos hacer el 98% de las cosas que hacemos en nuestra vida cotidiana de la forma en que estamos acostumbrados a hacer", aseguró.
El ejecutivo agregó que, con lo que está en órbita actualmente, "hay mucha data disponible para que se creen nuevas soluciones y productos de valor agregado de cara al consumidor final".
Esto abarca, por ejemplo, desde conocer el crecimiento económico de una cadena de supermercado analizando el parking del estacionamiento a través de imagen satelital o mejorar la producción de alimentos a través de cámaras multiespectrales para saber qué tan bien están irrigados los campos. "Las posibilidades son enormes", concluyó.
El caso de EPIC Aerospace
Es una empresa de origen argentino, con operaciones en Uruguay, que en enero de este año puso su primer satélite en órbita y que ahora se adelanta a incursionar en una etapa del negocio con menos exploración e inversión.
La empresa permite que los satélites chicos se lancen agrupados en cohetes grandes y que, después, lleguen aun así a su destino final —conocido como la última milla— a través de sus naves de transporte orbital.
"La idea era hacer una compañía de lanzamiento, pero en los últimos 10 años esta rama del negocio ha recibido más de US$ 10.000 millones en inversión. Con lo cual, la gente que nos ayudó a llegar acá nos dijo 'enfóquense en otra cosa porque la competencia son empresas como Space X", afirmó Luca Estebenet, líder de operaciones Epic Aerospace.
El empresario asegura que Uruguay es un buen lugar para las empresas que busquen hacer camino en este sector.
"Uruguay sirve, somos el caso que vinimos sin tener historial y los procesos, la comercialización y las ventajas fiscales y económicas son gigantescas. Este año ya estamos contando con contratos comerciales, la empresa ya está facturando millones de dólares en 2023-2024", agregó.