Victoria Forster Contributor
Una vacuna contra el cáncer basada enARNm mostró resultados prometedores en un pequeño ensayo clínico con pacientes con cáncer de páncreas. La investigación reveló que la vacuna puede estimular una respuesta inmunitaria a largo plazo, reduciendo el riesgo de recurrencia del cáncer después de la cirugía.
Los nuevos datos del ensayo clínico de fase I, que evaluó la vacuna de ARNm autógena cevumeran, fueron publicados en la revista Nature. Los resultados indican que, en combinación con otro tipo de inmunoterapia llamada inhibidor de puntos de control inmunitario, la vacuna estimuló una respuesta del sistema inmunológico contra las proteínas del tumor.
Además, las células inmunitarias activadas se detectaron en los pacientes hasta cuatro años después del tratamiento, lo que sugiere que, aunque las vacunas de ARNm tienen una vida corta en el organismo, las células inmunitarias antitumorales que generan pueden perdurar durante años.
Los datos del ensayo son alentadores
"Los últimos datos del ensayo de fase I son alentadores", afirmó Vinod Balachandran, médico cirujano e investigador del Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, y principal responsable del estudio. "Sugieren que esta vacuna terapéutica de ARNm en investigación puede movilizar células T antitumorales que podrían reconocer al cáncer de páncreas como algo extraño, incluso años después de la vacunación", agregó Balachandran, quien también es el autor principal del estudio.
Las vacunas contra el cáncer no funcionan del mismo modo que las vacunas para enfermedades infecciosas como el Covid-19 o el sarampión. Estas últimas se administran de manera preventiva para reducir el riesgo de infección o de desarrollar cuadros graves. En cambio, las vacunas contra el cáncer se aplican a personas que ya tienen la enfermedad y buscan estimular el sistema inmunológico para que ataque el tumor.
Una vacuna personalizada para cada paciente
Tal como ocurrió con las distintas formulaciones de las vacunas de ARNm contra el Covid-19, adaptadas a diferentes variantes del virus, las vacunas utilizadas en este ensayo fueron personalizadas para cada paciente. Gracias a la secuenciación genética, los investigadores diseñaron una vacuna de ARNm específica para estimular el sistema inmunológico contra proteínas llamadas neoantígenos, presentes exclusivamente en los tumores de cada paciente.
Un informe previo sobre el estudio había demostrado que la vacuna no produjo efectos secundarios importantes y que aproximadamente la mitad de los pacientes en el ensayo desarrolló una respuesta inmunitaria detectable.
"Para los pacientes con cáncer de páncreas, nuestros últimos resultados siguen respaldando la estrategia de usar vacunas personalizadas de ARNm para atacar los neoantígenos en cada tumor", explicó Balachandran. "Si se puede hacer esto en el cáncer de páncreas, teóricamente se podrían desarrollar vacunas terapéuticas para otros tipos de cáncer", señaló el especialista.
Un hallazgo esperanzador para un cáncer de baja supervivencia
Si bien los resultados deben interpretarse con cautela porque el ensayo incluyó a un grupo reducido de pacientes y solo la mitad respondió favorablemente, el hallazgo genera expectativas, ya que el cáncer de páncreas tiene una de las tasas de supervivencia más bajas. Actualmente, solo el 13 % de los pacientes sobrevive más de cinco años después del diagnóstico.
Los tratamientos tradicionales, como la cirugía y la quimioterapia, ofrecen beneficios limitados, y la mayoría de los pacientes experimenta una recaída de la enfermedad. Sin embargo, de los ocho pacientes que inicialmente respondieron a la vacuna de ARNm, seis seguían libres de cáncer al momento del seguimiento del estudio.
Las vacunas de ARNm contra el cáncer estaban en desarrollo mucho antes de que la pandemia de Covid-19 popularizara esta tecnología. Además del cáncer de páncreas, actualmente se están probando en ensayos clínicos para tratar el cáncer de piel, riñón, cerebro y mama, entre otros.
Los resultados iniciales fueron lo suficientemente prometedores como para que ya esté en marcha un ensayo clínico de fase II con 260 pacientes. Los participantes serán divididos en dos grupos: uno recibirá cirugía seguida del tratamiento convencional con quimioterapia, mientras que el otro será tratado con cirugía, una vacuna de ARNm personalizada y un fármaco inhibidor de puntos de control inmunitario para potenciar la respuesta del sistema inmune.
Se espera que el estudio finalice en 2029, aunque los investigadores publicarán resultados preliminares en distintos momentos a medida que avancen en la evaluación del tratamiento.
*Con información de Forbes US.